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Algunas personas te traen un millón de bendiciones.

Algunas personas te enseñan un millón de lecciones.

-Lo bueno es que la casa es bastante grande así que no habrá problema a la hora de decorar su cuarto- Le dije a mi esposa mientras comíamos algo.

-Claro que sí, aunque aún debemos esperar para saber su sexo-

-Bueno, sin importar si es niño o niña, mi mamá quiere escoger el nombre-

-¿Ya le contaste a tú mamá?-

-Se lo dije ahora en la mañana cuando fui a verla para la revisión física-

-Hablando de eso, ¿Cómo está ella?-

-Me gustaría decir que ella está bien, pero estaría mintiendo, tiene sus momentos buenos, pero también tiene sus malos momentos-

-Lamento oír eso-

-No debes lamentarlo Nico-chan, sé que ella se pondrá bien, vas a ver, ella estará en casa pronto jugando con Dia y abrazando al nuevo bebé- Dije con una sonrisa.

-Yo sé que si amor- Dijo mientras me daba un pequeño beso en los labios.

-Hablando del bebé, ¿Cuánto tiempo llevas embarazada?-

-Ya un mes, te lo iba a decir dentro de dos semanas que es su primer ultrasonido, iba a decirte que me sentía mal para que fuéramos al médico, ya hasta había hablado con tu padre para que el radiologo nos atendiera y no un médico general-

-Espera, ¿Mi padre lo sabía? ¿Y no me dijo? Viejo tonto ese, cuando mamá salga del hospital le diré que lo deje en abstinencia-

Mi esposa se comenzó a reír, esa risa que tanto amo y que tanto extrañé escuchar, Dia solo nos observaba mientras aprendía a como usar los cubiertos, mi pequeña bebé se convertirá en hermana mayor pronto.

Eli

Después de todo el drama que pasó por fin pude entrar a mi casa, aunque las cosas no estaban bien entre Nozomi y yo, empezamos a evitarnos mutuamente, empecé a dormir en el sofá para mantenerme alejada de ella, cuando hablábamos solo lo hacíamos si era algo relacionado sobre nuestra pequeña Mari.

Estaba en la sala de nuestra casa viendo las noticias mientras mi pequeña dibujada sentada a mi lado, Mari puede ser apenas una bebé, pero tiene una mente bromista igual que su madre, así que sé que en el futuro tendré que estar al pendiente de ella para que no cause problemas.

Nozomi entró a la casa con las bolsas de supermercado ya que fue a hacer las compras de la semana, quería ayudarla a cargar todo, pero no quería darle una esperanza de que yo le quería hablar, siento que nos estamos volviendo como Nico y Maki ya que ninguna de las dos quería ser la que le hablará primero a la otra para no perder el orgullo.

Aunque por dentro claro que quiero hablarle a mi esposa, es mi compañera de vida, hemos estado juntas apoyándonos la una a la otra desde que estuvimos en el consejo estudiantil, hasta antes que eso ya que ella comenzó a hablarme en aquellas escaleras en nuestro primer año. Pero no puedo dar el brazo a torcer, ella me habló de una manera horrible y no quería ser yo la primera en pedir perdón, ya que siempre lo soy yo.

El timbre resonó por toda la casa, alguien nos estaba buscando, volteé a ver a mi bebé, la cual me miraba fijamente.

-¿Estás esperando visitas?- Le pregunté.

Mi bebé solo negó con la cabeza mientras seguía dibujando.

Me levanté del sofá para abrir la puerta, del otro lado de esta se encontraba Hanayo con una pequeña sonrisa.

-Hola Hanayo, ¿A qué se debe la visita?- Le sonreí dulcemente.

-Hola Eli-Chan, vine a arreglar las cosas para ustedes-

-¿Arreglar?-

Ella asinto, Nozomi llego a mi lado empujándome para darle espacio.

-¡Santo Dios Hanayo! ¿Qué estás haciendo aquí sola? ¿Viniste sola así en tu estado?-

Volteé a ver con atención a nuestra joven Kohai, a la cual se le podía notar el cansancio en sus ojos, al ver su gran vientre recordé su embarazo, cargar un bebé de casi ocho meses debe de ser bastante agotador para ella, miré a lo lejos notando que no había ningún auto estacionado cerca.

-¿En qué viniste?-

-Vine caminando- Respondió tranquila

-¡¿Caminando?! Hanayo tu casa queda lejos de aquí, ¿Por qué no viniste en tu auto?- Le preguntó Nozomi

-Bueno, Rin-Chan me quitó las llaves de mi auto mientras ella iba a entrenar, ya que dijo que no quería que saliera en este estado, pero recordé que las cosas entre ustedes no estaban muy bien que digamos, así que vine a ayudarles para no sentirme tan inútil-

-No digas esas cosas, ven entra-

Cuando Hanayo entró a la casa con ayuda de Nozomi cerré la puerta principal, me espera una larga tarde.

Unas horas antes.

Kiba

-Gracias por traernos Kiba- Dijo mi pequeña amiga.

-No tienes que agradecer Nico-Sama, tu salvaste mi vida, para mi esto no es nada-

Nico-Sama me había pedido el favor de llevarla a su casa para empacar unas cosas ya que ella estaba decidida en comprar una casa para criar a Dia y a la nueva bebé.

-¿Hablaste con Sato?- Le pregunté.

-No, no he vuelto a saber de él...sabes no entiendo nada ahora, las cosas con él se complicaron demasiado-

-¿Le vas a contar a Maki?- Pregunté de vuelta mirándola seriamente.

-No, no tengo porque contárselo, y tu tampoco debes hacerlo Kiba, solo tu y yo sabemos lo que pasó, nadie debe de enterarse, ni Nozomi ni mucho menos Maki, debes de prometerme que no vas a decirle a nadie-

-No estoy de acuerdo con el no decirle a Maki, pero te prometo que no diré nada-

Al llegar a la residencia Nishikino Yazawa ayude a Nico-Sama a bajar mientras ella sostenía a Dia.

-¿Vendrás a recogernos más tarde?- Preguntó Nico-Sama observándome.

-Claro que lo haré- Dije con una sonrisa.

Nico-Sama me sonrió de vuelto, entró a la casa para empacar sus cosas, me siento mal por mentirle, pero claramente no iré a recogerla, ya que cuando fue al hospital por Aki le dije que Maki que la ayudaría, y como sé que Nishikino saldrá de trabajar en unos 20 minutos tengo la sensación de que podrán arreglárselas solas.


Para Toda La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora