Final

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Algunas personas te traen un millón de bendiciones

Algunas personas te enseñan un millón de lecciones

Todo lo que aprendí, es que no era mi turno

No era el momento adecuado...

Ya habían pasado seis meses desde que Ruby nació, tuve una junta con los directivos del hospital ya que aunque yo fuera la dueña del hospital también era madre, así que cambié mis horarios para pasar más tiempo en familia.

Pensé que mi padre no estaría de acuerdo con mi decisión, pero solamente me dijo que estaba muy orgulloso de mí, lo cual me alentó bastante.

Una semana después del nacimiento de Ruby, Sato vino a la casa buscando a Nico-chan estaba completamente ebrio, no le importó que yo estuviera ahí, empezó a declarar su amor por Nico-chan a gritos afuera de la casa, ese día tenía ganas de salir y partirle la cara ya que nadie me va a quitar a mi esposa.

Nico-chan tomó su mano llevándolo dentro de nuestra casa, lo ayudó a bañarse y le preparo café, ya cuando un poco de alcohol fue bajando en el metabolismo de Sato, Nico-chan volvió a tomar sus manos, lo miró a los ojos mientras le decía cuanto lo quería, ella lo quería como un hermano, que ella nunca iba a poder mirarlo de otra manera, le dijo cuanto me amaba y que esperaba pasar el resto de sus días a mi lado. Nico-chan abrazó a Sato diciéndole palabras de aliento, le habló sobre su hija y que él debía ser un buen padre para Riko.

Después de un rato Sato abrazó a Nico-chan, luego se despidió de ella, se acercó a mí, me miró con ojos tristes, me pidió disculpas y se despidió para irse de nuestra casa, nosotras pensamos que se había despedido porque ya iba a irse a su casa, pero estábamos muy equivocadas...nunca más lo volvimos a ver.

La madre de la bebé de Sato llegó un día al estudio buscándolo ya que tenía varias semanas de no saber de él, Nico-chan también estaba muy preocupada por lo cual las dos fueron al departamento de éste, Nico-chan tenía las llaves ya que Sato se dio copia en caso de emergencia, pero la puerta no abría, llegaron a recepción para hablar sobre que la llave no servía, él encargado de los departamentos les comentó que Sato ya no vivía ahí, se había ido hace unas semanas, se había ido para siempre.

Como Sato había producido muchas canciones de Nico-chan cada vez que alguien compraba alguna la parte de Sato iba directamente hacía Riko y su madre. Nico-chan trató de llamar muchas veces al tarado ése, pero dejó de hacerlo cuando el correo de voz no sonó más indicando que Sato había cambiado su número.

Siempre que pienso en eso me parece muy exagerado, creo que él era una persona bastante exagerada.

Pero...no más exagerada que Nozomi.

-¡Demonios Nicocchi! Deja de pasar tantos tiempo con esa mujer, soy tu mejor amiga debes de ponerme atención- Reclamaba la peli morada.

Nozomi había venido a visitarnos, últimamente Nico-chan ha pasado mucho tiempo con la mamá de Riko ayudandole en todo lo que necesite, pero parece que a cierta pechugona eso no le gusta para nada.

-No paso tiempo con ella porque quiera hacerlo Nozomi, además ni siquiera me sé su nombre y ella necesita ayuda- Decía Nico-chan con nuestra pequeña Ruby en los brazos.

-¡Yo necesito tu ayuda!- Reclamó Nozomi asustando a Dia y Mari las cuales jugaban en el suelo de la sala.

-¿Qué pasa?- Le pregunté curiosa.

-La mamá de Elicchi quiere llegar de visita este fin de semana-

-¿Y eso qué tiene?- Preguntó Nico-chan.

-Que desde que Mari nació, Elicchi y yo no hemos tenido tiempo a solas, así que estoy muy nerviosa ya que eso significa que vamos a cog...- Le tapé la boca antes de que pudiera terminar de hablar, señale a las dos niñas que nos miraban curiosas.

Nozomi pareció entender su error por lo cual comenzó a reír como loca mientras se disculpaba.

-Aún no veo el problema- Comentó Nico-chan confundida.

-Oh, no lo hay, solamente quería que me pusieras atención y contarte mi vida privada, ya sabes, al igual que las mejores amigas- Dijo Nozomi mientras sonreía inocente.

Comencé a reír mientras veía a Nico-chan con el ceño fruncido, luego ella comenzó a reír también, no le arrepiento de haber formado mi familia con ella, ella es mi vida.

Para Toda La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora