Zack Holister es un cantante conocido mundialmente, cada vez que comienza un show le hace tributo a su cantante favorito: Bruno Mars.
En un show ve a una bonita chica, y desde entonces empieza a verle el sentido a las canciones de ese cantante.
•His...
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4|Moonshine
Zack Holister
Me despierto por el fuerte sonido de la puerta de mi habitación. Casi hace que me caiga de culo. Me incorporo y abro, Ziggy parece estar enojada.
—¡Ya van a ser las ocho! Despierta de una vez, joder— está enojada, y eso no me conviene.
—Primero, ya estoy despierto sino no te hubiera abierto la puerta— alzo una ceja—. Segundo, ¿qué hay con que sean las ocho?
—Niño, olvidas todo últimamente— niega con la cabeza—. En unos minutos sacarán la revista en la que sales en la portada.
Ah, eso. Se me olvidaba que salgo en la portada de una de las mejores revistas de Los Ángeles, que es en donde estoy ahora pero no para hacer shows.
—En un rato bajo— le informo y ella se va.
Hace un mes estamos en Los Ángeles, ya hice dos shows pero ahí se terminó mi gira. Ahora estoy aquí porque quiero comprarles una casa a mis padres y por fin cumplir sus sueños.
Bailey me ayudó bastante a buscar un buen hogar. Ella se encargaba de ver los espacios y chequear que todo esté bien, es una de las cosas que hace muy a menudo: ver que todo convine y que esté bien.
Oh, Bailey.
Hace dos meses nos conocimos, hace casi un mes que nos besamos pero nada más pasó. Bueno... no tanto.
Seguimos basándonos a escondidas, aunque Ziggy sabe, pero aún no surgió un romance, ambos estamos enamorados pero no somos novios. Solo estamos enamorados, la pasamos bien juntos, pero no queremos subir ese gran escalón que nos lleva a una relación. Creo que ninguno está dispuesto a dar ese paso aún, ambos lo hablamos y dijimos que íbamos a esperar.
Pero yo tendría que dar ese paso, estoy seguro que lo quiero dar, pero quiero esperar para que ella esté cómoda junto a mí.
En otras noticias estoy un tanto nervioso porque mis padres vienen esta tarde a Los Ángeles. No tienen idea de qué es lo que les tengo preparado, es todo una sorpresa.
—Buenos días— digo al bajar al comedor del hotel.
Bailey se levanta de su silla y me deja un beso en los labios, como todas las mañanas.
—Buenos días— me dice.
Ziggy, que estaba frente a ella, saca una revista de su bolso y la deja en la mesa, esperando impaciente a que yo la vea.