°- Capítulo 5 -°

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- ¿Hablar? - La jóven miró a el rubio confundida. - ¿De qué?

- Si nos dejaras pasar te podriamos decir. ¿O acaso no piensas? - Al escuchar esto Boruto sonrió nervioso mientras Sarada tenía una mirada fulminante hacia Kawaki.

La jóven miró a el ojiazul y con las manos los llamó para entrar a la casa.

Ambos jóvenes se sentaron en la mesa y la chica fue a buscar un par de tazas con chocolate caliente para dárselas, puesto a que afuera hacia mucho frío.
Les dejó las tazas en la mesa y se sentó al frente de ellos.

El rubio iba a hablar hasta que escucho el ruido de la puerta.

- Hola, cariño. Ya llegué. - La pelirosa entró por la puerta y al ver a los niños sonrió. - ¡Hola chicos! - Dejo las bolsas con mercadería en el suelo y fue a abrazar a los dos niños.

- ¡Mamá! No seas tan cursi. - Boruto miró el suelo al escuchar como la pelinegra le decía "mamá" a la persona incorrecta.

- Mm, bien, bien. Los dejo solos así hablan, niños. - Agarró las bolsas del suelo y fue hacia su habitación.

- Lo siento por la interrupción, Boruto. - Sonrió nerviosa.

- Eh, sí. No pasa nada. - Sonrió. - Volviendo al tema... - El de cabello color sol miró al azabache quien no parecía nervioso en absoluto.

- Eres.. tú... - Tartamudeo.

No podía terminar la frase.

¿Que le diría?
¿Cómo reaccionaria?
¿Le creería?
¿Lo odiaria?
¿Ya lo sabrá?

La mente del rubio estaba llena de esos pensamientos.

- Tu madre no es tu madre. - Al escuchar que habló el de pelo bicolor levantó la cabeza y miró al azabache y a la jóven que parecía confundida.

- ¿Eh? Kawaki no jodas. - Miró al jóven que estaba al lado del azabache y este tenía las manos sudadas con una expresión de seriedad y miedo juntas.

- E-es cierto, Sarada. - Dijo el hijo del hokage con tartamudeo en su voz.

- Boruto, no hagas esas bromas. ¿Viniste para eso? Bien, vete de mi casa. - La niña empujaba a los dos muchachos hacia la puerta.

- Sarada... es verdad. - Sakura dijo saliendo de la habitación.

Todo este tiempo estuvo escuchando tras la puerta

- ¿Qué? - La miope se dió vuelta para ver a su madre.

Sakura le explicó todo lo que le tenía que explicar detalle a detalle.

La niña estaba tan sorprendida que se fue afuera para sentarse arriba de la torre hokage a repensar todo.

Tenía los mismos pensamientos que el rubio tenía antes.

- Kawaki, ve a animarla. - Dijo pegándole despacio con el codo.

- No, ni loco. - El azabache habló dándose la vuelta y yendose.

- Pero ... Agh, olvídalo. Iré yo. - Se dió la vuelta y fue para el lado contrario.

Boruto llegó y intento animar a Sarada pero todos sus esfuerzos fueron en vano. La niña no quería saber nada de nada.

El rubio en su fallido intento de sacarle una sonrisa se sienta a su lado y le dice como Sasuke, de alguna manera, estuvo siempre con él, presente a su lado.
Aunque no lo viera, era el poder de una madre. Hinata lo crío, pero no le dijo la verdad.

- Nuestra madre Sasu nos amo tanto a tal punto de arriesgar su felicidad por nosotros. - Eso hizo sonreir a la chica.
El ojiazul le ofreció ir a algún lado los dos solos y la jóven acepto.

Mientras tanto, el azabache miraba de lejos.
Su mirada estaba llena de ese sentimiento,
"celos".

Sentía celos de que el rubio esté animando a esa chica y no pasando tiempo con él.

No había explicación alguna del porqué sentía eso, solamente lo sentía y no podía ocultarlo o evitarlo.

El pelinegro siguió a los jóvenes y se oculto tras un árbol para ver qué hacían.

"¿Que haes Kawaki? Pareces loco acosador." — pensó. — "tal vez estar tanto con Hinata me hizo mal.." — Pensó sin apartar la vista de los dos jóvenes.

Vió que estos dos chicos estaban acercando sus labios y no dudo en interponerse.

- ¡¿Me seguiste idiota?! - Boruto empezó a gritar y la jóven pelinegra se hecho a reír.

- Sí, porqué estaba celoso, EH, estaba furioso porqué me dejaste hablando solo. - Dijo el azabache con muchísima vergüenza que ocultaba tras una fría mirada.

- Eso era lo que te iba a decir. - Sarada sonrió. - Pero al querer susurrarte alguien nos interrumpió. - El azabache se puso rojo de la vergüenza.

- Osea ¿no se iban a besar? - El ojiazul lo miró confundido mientras la pelinegra se hechaba a reír.

- Somos hermanos, idiota. - Boruto empezó a reír juntó a Sarada.

"Cierto" — Pensó.

- Pero, ¿por qué nos seguiste? - El azabache lo miró.

- Porqué esta enamorado de Borutito y sus encantos. - Sarada empezó a reír y mientras el azabache y el ojiazul estaban al borde del desmayo entre tanta vergüenza.

"¿Enamorado de Boruto? Ni que fuese gay." — Hizo una mueca de asco.

El azabache se dió la vuelta y se fue de ahí, no podía con tanta humillación.

Solo tú °-Kawaboru-°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora