Advertencia: durante este capítulo, los escenarios y pensamientos irán variando de un lugar a otro a través de la separación de los párrafos, para que estén atent-s y no se pierdan durante el transcurso de la historia. ¡Tengan una bella y entretenida lectura! ♡
— Escúchame, pero escúchame bien... ¿Viste a la mocosa de pelo naranjo? La que gritó esas barbaridades. Necesito que, ya sabes, la hagas callar de la manera más miserable que consideres dentro de las posibilidades que tengas, ¿comprendes?... Sí, entiendo, por eso no te preocupes, yo prepararé todo. Solo necesito que la mandes a callar — decía el ministro Caesar, caminando de un lado a otro en su oficina, presintiendo que si no hacía aquello, el imperio que estaba construyendo con tanto esfuerzo.
—Oí Nami, ¿estás segura que lo de hoy servirá de algo? Creo que quizás no fue buena idea... Estás con tu equipo listo, ¿verdad? — le decía Luffy a través del teléfono a la chica, que se encontraba aún rondando el edificio al que acababa de entrar Caesar.
— Sí, tranquilo, no hay de qué preocuparse. Si seguimos el plan, no debiese haber nada que pueda salir mal, lo único que debemos hacer es mantenernos fieles al plan y estar atentos a los movimientos de Caesar, que es lo que más me preocupa — respondía la pelinaranja, con los ojos puestos en el edificio que tenía frente a ella.
— Bien... Nami, cuídate, ¿sí? — y justo en el momento en que iba a colgar, el moreno pudo escuchar un leve murmullo que sonaba similar a cuando intentan ahogar a alguien, lo que hizo que Luffy se pusiera en alerta y al mismo tiempo, alertara a todo el mundo respecto a lo que estaba ocurriendo.
— Así que el idiota cayó en la trampa... Bien, prosigamos. Podemos escuchar que Nami se queja y maltrata verbalmente a los tipos que la secuestraron, pero no nos dice nada respecto del lugar. Intenten rastrearla — ordenó el Jefe Jimbe al equipo de inteligencia.
Lograron ver que el vehículo en el que iba, estaba dando vueltas sin una ruta en específico por el centro de la ciudad, lo que claramente significaba que sabían que podrían estar siendo rastreados o que querían confundir a Nami para evitar que supiera la ruta por la que la llevarían. De cualquier manera, intentaban no perderle el rastro, de lo contrario, solo les quedaría esperar las especificaciones de la chica a través del audio.
— Ugh, ¡quítenme esta estúpida bolsa de la cabeza! No puedo respirar bien... Maldición, ¡son unos inútiles! Ya sé que están dando vueltas por el centro, ¡que acaso no saben que también tengo dos orejas!!!! ¡Par de simios sin inteligencia! — escuchaba el grupo que Nami les decía a sus secuestradores.
— Cállate, maldita sea, cómo es que eres tan parlanchina... Si sigues con esa actitud, tendremos que callarte a la fuerza, ruidosa de mierda — habló de pronto el sujeto que conducía, harto del ruido que emitía la chica.
— Oye, por qué aún no le quitan su teléfono, saben que nos pueden rastrear, ¿verdad? Par de idiotas — mencionó otra voz masculina, notoriamente molesta.
Y tras estas palabras, perdieron la señal del celular de la chica, quedando únicamente con el audio de los micrófonos que Nami había puesto en su cuerpo. Tras un par de minutos de quejas, palabrotas y demases, finalmente se escuchó que se detenían en algún lugar cercano a la playa. Bajaron a Nami del automóvil, y la metieron en lo que parecía ser un contenedor metálico.
— Veo que no la dañaron, tal y como les pedí... Excelente. Bien, aquí está la chica, jefe —.
— Ajá. Entonces, ¿quién fue la persona que te dio la información que decidiste gritar a los cuatro vientos como una estúpida?, ¿creías que no ibas a tener consecuencias? — se escuchaba que Caesar le decía burlescamente.
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El sabueso & la chica nube
FanfictionNami, una famosa detective a lo largo de Europa, es contactada por la policía de Nueva York como apoyo para la resolución de unos casos que requieren de cierta minuciosidad y experticia. Sin embargo, su torpe pero fiel ayudante apodado como "D" el s...