XV. Construyendo un hogar

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— Parece que tenemos a un grupo de ratas sin salida — dijo uno de los guardias, sacando su arma de servicio mientras se acercaba a Usopp.

— ¿¡Eh!? ¡Estás loco! Te dije que los compraría, ¿qué es esto? — exclamaba Usopp, intentando mantenerse en su papel pese al temor que sentía.

— Nami, ¡por aquí! — gritó de pronto Luffy, apareciendo detrás de lo que parecía ser una vieja barra de licores. 

Rápidamente la chica sacó una de las pistolas aturdidoras y disparó a los guardias que intentaban bloquearles el camino, mientras Usopp y Luffy le ordenaban al grupo de niños que siguieran el camino que tenían frente a ellos. 

Había resultado ser que aquella mansión tenía diversos túneles de escape, y uno de ellos llevaba directamente desde el prostíbulo a la calle, para asegurar la seguridad e identidad de los compradores, por lo que estaban guiando a los pequeños por aquel lugar hacia la salida, donde los esperaban un par de camiones de rescate.

— Luffy, necesitamos las pruebas de lo que hay aquí, de lo que se ha estado haciendo... — exclamó Nami preocupada, avanzando por el tunel hacia la salida.

Una cosa era rescatar a aquellos niños y otra muy diferente era encontrar pruebas certeras de que el dueño de aquello era Doflamingo.

— Primero salgamos, veré cómo entrar de nuevo para ir en busca de algo que nos pueda servir — contestó el moreno, tomando la muñeca de la pelinaranja para correr más velozmente hacia la salida.

Todos los invitados del lugar habían comenzado a evacuar, tomando sus automóviles y arrancando a toda prisa sin mirar atrás, las luces se habían apagado de golpe y solo se escuchaba el rumor de las voces que exclamaban diversos insultos.

— Nami, sube con los demás y márchense, yo sé cómo escapar de aquí, ¡rápido!! — le exigió Luffy, empujándola hacia uno de los vehículos en los que llevaban a los niños.

— Pero Luffy, ¡no puedes! Ese tipo está loco, lo más seguro es que tenga a hombres armados dentro y — pero no pudo seguir hablando, él ya se había marchado corriendo hacia el interior de la mansión.

— ¿Nos vamos? — preguntó uno de los choferes, mirando a Nami. 

— Sí por favor, ¡lo más rápido que puedas! Alejen a los niños de este lugar y llévenlos a la estación, yo los seguiré en mi vehículo — contestó la pelinaranja, bajando del vehículo para correr tras Luffy.

Iba subiendo los escalones de la entrada cuando vio cómo varias de las habitaciones del segundo y tercer piso del lugar explotaban sonoramente, lo que la obligó a lanzarse al suelo para cubrirse.

— Luffy... ¡Luffy!! — comenzó a gritar en el instante en que se puso de pie, obviando el hecho de que muchas de las personas que vivían en las cercanías habían empezado a grabar y a acercarse al lugar esperando saber qué era lo que había ocurrido.




Tras dos semanas de lo ocurrido, muchos rostros conocidos en la política y en la farándula comenzaron a aparecer en televisión debido a que estaban estrechamente relacionados con el caso "desaparecidos" que había sido expuesto hace no mucho. Doflamingo había intentado escapar en uno de sus Jet privados hacia los Países Bajos, pero rápidamente había sido detenido por la policía internacional para comenzar con el proceso de detención y recopilación de pruebas en su contra. 

Cada uno de los niños rescatados estaba siendo resguardado, pese a que ya los habían regresado a sus hogares. Los interrogatorios y recopilación de testimonios también seguía en proceso, por lo que sería un caso largo y turbio, mas no por ello menos relevante que los demás.

El sabueso & la chica nubeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora