XII. Todo y Nada

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Pasaban los días y Nami seguía en reposo, por lo que estar en la oficina haciendo las labores diarias resultaba ser totalmente aburrido para cierto moreno, que acostumbraba rondar por la oficina de la chica.

— Luffy... ¿Por qué no pides un par de días libres? No me sirve que hagas mal tu trabajo y que te lo lleves suspirando. Anda, ordena tus cosas, firma los permisos y vete a casa, o a ver a Nami, o lo que sea que quieras hacer — le había dicho de pronto el Jefe Jimbe, encontrándoselo en el pasillo de la estación.

Apoyó su enorme mano en el hombro del moreno y le dedicó una amplia sonrisa, algo recurrente en el Jefe durante los últimos días.

— Sí, creo que tiene razón... Me tomaré un par de días libres. Necesito llenar mi estómago de rica comida y entonces todo estará bien, shishishi — contestó Luffy, devolviéndole la sonrisa al Jefe Jimbe antes de irse directo a buscar sus cosas.

Luffy
12:23 - Nami, ¿estás en casa?
12:24 - Voy en camino a buscarte, ¿salimos a comer algo?

Nami 
12:27 - Acabo de salir de la ducha.
12:27 - ¿No tienes trabajo? 

Luffy
12:27 - ¿No quieres enviarme una foto tuya en la ducha? Shishishi.
12:28 - Me dejaron salir temprano, notaron que estaba muy deprimido sin tu presencia en la oficina. ):

Nami
12:30 - ¿No prefieres que te envíe un puño afectuoso?
12:30 - Que tierno, ¿realmente extrañas irrumpir en mi oficina? 
12:31 - Te espero. ;)

Y una vez que el chico leyó el último mensaje, se apresuró en llegar a su departamento, se ducho y cambió de ropa, tomó su billetera y subió al piso de arriba despreocupadamente, pensando en qué podrían comer de rico con Nami. Pero cuando tocó el timbre del departamento de la pelinaranja y la vio tras un lapso de días sin haber querido ir a "molestarla", sintió un profundo deseo de abrazarla y besarla y no salir a ningún restaurante.

— Dame un segundo, iré a buscar mi cartera y nos marchamos, ¿bien? ...Luffy, ¿estás bien? — preguntó notando que estaba mucho más silencioso de lo habitual.

— Sí, pero espera, hay algo aquí en tu labio — contestó el moreno sujetándola de la muñeca para atraerla hacia él.

Entonces, depositó un suave y delicado beso en sus carnosos y rosados labios, sintiendo el aroma fresco de su perfume y su respiración entrecortada, entonces la soltó y se alejó un poco de ella sonriendo de oreja a oreja.

— Ya me preguntaba porqué era que estabas tan callado — le murmuró Nami, sintiendo cómo el calor se apoderaba de sus mejillas.

Al final habían decidido ir a un restaurante famoso por estar en lo alto de un hotel, en el que se podía apreciar una vista panorámica de la ciudad puesto que el lugar iba girando lentamente, revelando diferentes vistas de Nueva York. La comida había resultado un fracaso, pero las bebidas y las vistas estaban de maravilla. Tras eso, caminaron por un par de barrios irónicos de la ciudad charlando trivialidades, nada muy relevante ni muy absurdo, simplemente querían despejar sus mentes.

— Luffy, mira... ¡parece que ahí están ganando algo! — exclamó Nami mientras atravesaban lo que parecía ser un pintoresco parque residencial.

— ¡Veamos de qué se trata! — y tomándola de la mano, ambos corrieron hacia el lugar donde se divisaba un montón de personas con focos, implementos y demases.

No había muchas personas observando la grabación, por lo que no se les dificultó descubrir de qué de trataba.

"— Pero tú... Nunca has querido formalizar conmigo. ¿Es porque tienes a alguien más en mente? ¿O simplemente estás pasando el rato conmigo para sentirte menos sola? — decía un apuesto muchacho alto, de cabello rubio, piel pálida y unos enormes ojos azulados.

El sabueso & la chica nubeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora