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𝟕 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐏𝐓𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄, 𝟐𝟎𝟏𝟖
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━Eso es todo por hoy pueden irse, excepto usted diputada━espetó Moon refiriéndose a ti. Apretaste los dientes y volviste a tomar asiento delante de la mesa de cristal. Todo en esa asamblea parecía estar hecho de ese material tan frágil, incluso los trabajadores.
Con un jefe tan astuto y frívolo como Moon Jinao, era cuestión de tiempo que él quisiera hablar a solas sobre tu nueva relación amorosa.
El hombre, diez años mayor que tú, se levantó de su lugar a la cabeza y empezó a caminar hacia donde te encontrabas. De su saco, extrajo una hoja que desdobló y colocó en la mesa justo delante de tus manos.
Jinao levantó la cejas, dándote la orden para revisar el documento.
Lo primero que advertiste fue el logo de la Agencia Nacional de Policia y después el nombre Changkyun seguido por su firma. Un elegante trazo, igual que el resto de su persona. Casi pudiste sentir su aroma en aquel pedazo de papel.
━Disculpe, sabomin ¿qué es esto?
━Creo que eso ya lo sabe, diputada.
Negaste.
━Es una carta, de parte de la agencia policiaca, pidiendo tu apoyo para trabajar en conjunto con un asunto de alta sensibilidad━se enderezó.
━¿Y por qué la Agencia Nacional de Policia querría que una diputada les ayudara con algo?━continuaste con las preguntas. Moon ladeó su cabeza y estudió tus expresiones como si buscara algún indicio que delatara la mentira que pretendías construir.
━Explícamelo tú━ordenó, sin honoríficos.
Se miraron unos segundos hasta que no pudiste soportar la frialdad propia de su faceta. Abriste tus brazos, imitando sus movimientos.La única manera de mostrarse segura frente a un hombre de esa talla, era convertirse en su espejo.
━Bueno, soy abogada también.
Tu jefe era un señor de pocas palabras. No porque no le gustase hablar, sino porque nadie mejor que él sabía ahorrarse la saliva. Sin rodeos, ni divagaciones, él esperaba y daba siempre argumentos concisos.
Lo ambiguo le aterraba pero lo breve le venía de maravilla.
No había sido tan difícil darte cuenta de eso, y era de esa manera como intentabas hablarle cada vez que te mandaba a llamar. Aturdirlo pero encantarlo. Como un juego que lo llevaba a perseguir su propia cola.
Su reacción fue natural, se quedó en silencio. Unos segundos después tuvo entre sus labios la pregunta indicada.
━¿Qué tanto conoces a Im Changkyun?
Uno de tus puños se cerró, fue la prueba de que te estaba tomando toda la fuerza en tu interior para no hacer otro gesto como morderte el labio. Moon no pasó desapercibido aquello y eligió acercarse más.
━Es irrelevante, no pienso que tenga algo que ver.
Sus palmas se colocaron a unos centímetros de las tuyas. Su colonia, aunque se tratara de una costosa, fue demasiado para ti.
━El papel de tonta no te va━espetó, el aire pesado de sus palabras te movió los cabellos de la frente━. Ambos sabemos que eres mejor que eso.
Apretaste ambos puños, y también la frente. En la tensión que los rodeó se podía saborear el odio que le tenías. Si tan solo no se tratara de tu maldito jefe... ya se habría tragado sus palabras muy adentro.
━¿Intenta insinuar algo?━te atreviste a cuestionarlo.
Su faceta cambió por completo, empezando por el color. La sangre le subió rápidamente a la cabeza, lo que indicaba que se había molestado. El espejo estaba roto. Habías cruzado la línea y al mismo tiempo habías delatado tus planes.
Moon Jinao prolongó el contacto visual. Poco a poco, los pensamientos que tuvo cuando leyó la carta se fueron esclareciendo. Él sabía que ya no le temías, que habías conseguido un escudo protector. De otra forma, jamás hubieras evadido una pregunta de su parte.
━No, diputada━tranquilizó su tono pero la cólera no abandonó sus facciones━. Yo respeto tanto a cada mujer como respeto a mi difunta madre, sobre todo en lo que a sus sábanas respecta.
Torciste las cejas y por fin sus envenenados ojos dejaron los tuyos. Señaló el papel y después tu pecho.
━Quiero cada detalle de este asunto de alta sensibilidad ¿está claro?
Sus sospechas en torno a ti y el jefe de policia se comprobaron, por lo que no tuviste ninguna razón para seguir su juego.
━Le daré la información que me permitan darle.
En un parpadeo estuviste de pie y sin esperar su respuesta caminaste hasta la salida de esa sala de juntas, solo para que un ruido macabro te congelara delante de el cristal de la puerta. Los vellos de tu nuca se erizaron por el miedo del que fuiste víctima en ese par de segundos.
Estuviste completamente segura de que jamás ibas a olvidar aquel sonido que taladró cada poro de tu piel y también de que jamás querrías volverlo a escuchar en toda tu vida.
La risa de Moon Jinao sonaba como una pesadilla. Como el grito que escuchas en la penunbra absoluta. Como los pasos que acechan tu regreso a casa por esa calle donde solo caminan almas en pena. Como el sollozo desgarrador que llega después del balazo. Como todos tus miedos juntos en un mismo sonido.
