⠀⠀⠀⠀6.5

57 10 2
                                    

⠀⠀⠀⠀

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

𝟖 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐏𝐓𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄, 𝟐𝟎𝟏𝟖

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Al día siguiente, un asistente que jamás solicitaste tener se presentó en tu oficina por orden de tu jefe. Estuvo pegado a la puerta, sin hablarte, sin mirarte, como una sombra.

En el pleno de esa misma semana, los veinte minutos que se te habían asignado para hablar de la propuesta con la que estabas trabajando se redujeron a tres. El fracaso rotundo de tu discurso se visualizó en las caras indiferentes de los demás legisladores. Solamente uno se animó a preguntar detalles.

Lo que había iniciado como una gran propuesta apoyada por casi toda la Cámara culminó en un tonto intento por rebasar la autoridad de tu jefe. No se habló más de tus documentos, ni de tu excelente oratoria.

Te bajaste del pleno con la barbilla en alto, pero con la cara caliente. Cada músculo de tu cuerpo estaba rígido y los ojos... maldita sea. Caminaste en dirección contraria a tu asiento en la cámara, con prisa.

La tensión en tus hombros disminuía con cada paso hacia la salida y se esfumó por completo cuando entraste al sanitario. Los ojos dejaron de picarte porque el exceso de agua bajó por ellos. Estabas tan agitada que no pudiste disimular los quejidos. Una lagrima negra cayó en el lavabo donde te apoyabas. Se había pintado así por el maquillaje.

Supiste entonces que no querías mirarte al espejo.

La puerta sonó. Alguien más entró al sanitario y tu corazón se detuvo. Nadie debía verte así. Ni siquiera otra compañera.

Levantaste la cara y a través del material reflectante te encontraste con el intruso. No importó que el baño fuera exclusivo para mujeres. Ahí estaba la sombra. El tipo que Jinao había puesto para vigilarte. Recargado en la pared, en su habitual traje negro, mirándote sin pronunciar palabra alguna. Cruzó las manos delante de su cuerpo, haciéndote saber que te esperaría el tiempo que fuera necesario.

El agua todavía rodaba por tus mejillas cuando te reíste. Si le pareció extraño al espía, no lo demostró.

Cumplió con su trabajo todo el tiempo. Mientras reías, mientras llorabas. Cuando trabajas y cuando no. Su presencia solo hizo que entendieras cada vez con menos molestia lo que ya sabías desde que empezaste tu carrera política.

Nadie puede ganar contra Moon Jinao.

Ni siquiera Changkyun.

El asunto de alta sensibilidad llegó dos días después de esa lamentable sesión en la Cámara. Se trataba de un documento privado que el gobierno de la nación había emitido a una empresa privada de Estados Unidos, sin conocimiento de la Agencia de Policía.

Changkyun y tú hablaban del tema en lugares especiales, siempre propuestos por él. Jamás en su oficina ni en la tuya. Varias veces insistió en que se reunieran en aquella casa de madera a las afueras de la ciudad, pero te negaste y la principal razón se hallaba oculta en algún rincón del local donde charlaban.

La primera plática salió bien, Changkyun percibió tu tensión, pero no la cuestionó. La segunda y la tercera fueron más sencillas. Conforme transcurrían los meses te acostumbrabas más a convivir con una sombra cuidando cada paso tuyo. La cuarta, sin embargo...

ーNos están vigilando ーdijo tu pareja, mientras se limpiaba las comisuras de la boca.

La sorpresa te impidió hablar.

ーShownu identificó al tipo ーmurmuró, más bajo. Él siguió moviendo cosas de su plato, como si estuviesen discutiendo algo sobre la comida que degustaban. ーNos ha seguido desde la primera reunión.

ー¿Shownu está aquí? ーpreguntaste, atónita.

Tu sombra no era el único profesional siendo una sombra, después de todo.

ーTrabaja para Jinaoーdijo.

Tu estómago se revolvió. El apetito se te desapareció por completo. Ese era territorio donde él no debería meterse. Ni él, ni ninguno de sus compañeros.

Recordaste las palabras de tu jefe, la amenaza bien sembrada en ellas, y también la sonrisa que te daba después de que le decías cada detalle que Changkyun compartía contigo sobre ese misterioso documento. La sombra, o Hyunjin como habías aprendido que se llamaba, confirmaba todas tus aportaciones y se comprometía con tu jefe a seguir vigilándote.

ーTrabaja para mí ーcorregiste y Changkyun fijó sus ojos en los tuyos.

Te dio la impresión de que buscaba algo. Indicios de que estuvieses mintiéndole. O alguna súplica escondida entre tus facciones. Ayúdame. Nada de eso encontró. En su lugar, estaba una mujer seria, casi segura de lo que decía y de lo que esto implicaba.

ー¿Desde cuándo tienes un guardaespaldas?ーpreguntó.

Soltaste los cubiertos, dejando tus manos libres. Sabías que si algo se colaba entre ellas, comenzarías a jugar nerviosamente y eso te delataría.

ーEste asunto es muy delicadoー susurrasteー, no quise exponerme. Perdóname por no decirte antes.

Changkyun asintió, sin decir nada.

Sus ojos dejaron de mirarte. No encontraron lo que buscaban y aquello te entristeció porque hasta ese momento había sido lo contrario. Antes de esa cena, Changkyun siempre te había mirado como si en ti estuviese la respuesta a todas sus preguntas.

Esa noche no hubo mucha información nueva. Habían localizado a la persona que emitió el documento, pero no quiso hablar. Como todas las veces, antes de que pudiera mencionar al Clan X, lo interrumpiste.

ーHay un estaque cerca de aquí que adornan con luces, ¿quisieras verlo conmigo?

Caminaste a su lado por lo que sintieron como horas, pero en realidad fueron solo minutos. En un momento te atreviste a tomar su mano y él abrazó de vuelta la tuya. Todo se sintió bien. El espectáculo fue corto, pero maravilloso. El calor de las luces se quedó en tu cuerpo, especialmente en tu pecho. Así que no tuviste duda en buscar un abrazo suyo.

Changkyun enredó sus manos en tu espalda y tu reposaste la cabeza en su pecho. Ojalá esta pudiera ser la vida, pensaste.

ーSabes que puedes confiar en mí ¿cierto?ーmurmuró Changkyun. Una de sus manos dejó tu espalda para buscar tu mandíbula. Elevó tu rostro y ahí estuvo de nuevo esa mirada expectante. ーSi algo sucede, si necesitas algo, aquí estoy para ti.

Dime algo. Suplicó sin hablar.

Pero esta vez no pudiste dárselo.

ーYo voy a cuidarte de quien sea, pase lo que pase.

Y yo voy a cuidarte a ti. Quisiste decirle.

Hubo muchas cosas que quisiste hacer esa noche, empezando por creer en él y en sus promesas tanto como creías en las amenazas de Moon Jinao.

flower-ed  ━━im changkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora