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𝟑 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐏𝐓𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄, 𝟐𝟎𝟏𝟖

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Después de esa noche no supiste de él por meses. La temporada de reuniones y fiestas pomposas se terminó, y en su lugar llegaron los viajes por el pais para atender asuntos públicos y llevar a cabo plenos que conseguían agotar tu paciencia hasta la última gota.

Una y otra vez hablaste en público hasta que se volvió monótono.

Te diste cuenta, muy rápido, que este trabajo era muy diferente a cómo lo habías imaginado. No había que ser riguroso ni creativo con casi nada pues, en todas las veces, Jiano conseguía a alguien para hacer la parte difícil. Más de una vez te sorprendió lo poco que trabajaba ese jefe tuyo y lo inflada que terminaba su cartera por lo mismo.

¿No era completamente contradictorio?

El primer año fue así, dejaste que él te ordenara lo que tenías que hacer sin poner ni un solo pero. No te convenía llevarle la contraria cuando a penas comenzaban a conocerse. Tu plan era fortalecer las raices de su relación, hasta que Moon te viera como alguien de confianza. Hasta entonces debías ser tan complaciente como te fuera posible, áun si eso te provocaba nauseas y dolores de cabeza.

La jugada completa dio un giro inesperado cuando Im Changkyun se presentó en tu oficina, sin aviso previo y después de tanto tiempo. No fue ninguno de tus pasantes quienes lo recibieron, tampoco fue Munji, ni ninguno de los secretarios contratados para esa tarea en específico.

Quien se encontró personalmente con el aquel entonces Jefe del despacho de Seguridad Pública fue tu jefe, y él mismo lo acompañó hasta tu oficina. No se guardó la expresión sugestiva, ni tampoco la sorpresa. Moon Jinao, desde ese momento y con su pura mirada, te dejó en claro que no debías jugar con fuego. Mucho menos en su contra.

Entonces, tu cerebro empezó a atar cabos.

Tal vez no necesitabas del todo a tu engreído jefe para hacerte de un buen puesto con estabilidad.

Tal vez Changkyun era tu angel de la guarda. Aquel que vendría a salvarte de la sumisión y la tiranía a la que tu jefe te sometía. Tu az bajo la manga. Tu jugada maestra y al mismo tiempo tu escudo protector.

Aceptaste las flores moradas que te trajo y también la invitación de salir con él. Le enseñaste también tu elegante oficina y un poco del proyecto de ley en el que estabas trabajando. Uno que te tenía muy emocionada pero a tu jefe no tanto. Changkyun oyó cada palabra de tus labios y poco a poco te diste cuenta de otro detalle suyo: era bueno escuchando.

Quizá fue el brillo de tus ojos los que lo entretuvieron tanto. O ese tono de voz que te cargabas tan estable y peculiar. Incluso pudo haber sido tu manera tan especializada de acomodar las palabras con las debidas pausas.

Pasaron de hablar en la oficina, a hacerlo por teléfono y después en su coche o en un restaurante nuevo.

Dos meses después, sabías todo sobre su vida en la universidad en especial lo mucho que aborreció la materia de Derecho Romano y también lo complicado que fue adaptarse en un pais extranjero y después de nuevo en su pais natal. De la misma forma que él, llegaste a sentir que podías escucharlo hablar por horas sin que te cansaras.

Y en una de esas noches de charlas que parecían infinitas, todo cambió.

El roce de sus manos sobre las tuyas fue diferente. Fue, mejor dicho, ausente. Sus dedos, que tanto se entretenían jugando con los anillos en los tuyos, se mantuvieron lejos. Y su mirada baja. Estaba tan cerca pero tan lejos.

Y pensaste que tú lo habías arruinado todo.

Tal vez no debiste acercarte de más a él, la noche anterior. Ni tampoco debiste comentar eso sobre sus labios caoba. Tal vez era tu personalidad, tan diferente a la suya, lo que por fin lo había hartado. O incluso pudo haber sido lo mucho que te gustaba hablar de tu trabajo. Seguramente él ya se había cansado de escuchar siempre las mismas quejas del sistema legislativo tan machista del que eras parte.

La cabeza se te hizo un lío, y el corazón un nudo.

Tus ojos miraron con tanto miedo los de Changkyun que él se alarmó.

ー¿Estás bien?ーte preguntó, casi susurrando.

Las paredes de la habitación fueron sofocantes. Sentiste que se hicieron más pequeñas, y te encerraron ahí dentro, casi privándote del oxígeno.

ーSiーmentiste y él supo que lo hiciste.

De nueva cuenta, su mirada cayó hasta suelo donde se entretuvo. No volvió a mirarte el rostro y tú pensaste cada vez más que esas noches a su lado, habían llegado a su fin. La diversión se había agotado. La atracción igual.

Te mordiste el labio inferior.

Y entonces...

ーHay algo que tengo que decirteーpronunció.

El tono te dejó saber que se trataba de algo serio. Casi venías llegar el "ya no quiero verte", pero lo cierto fue que lo siguiente fue mucho peor. Algo que nunca imaginaste.

ーHay personas a las que quiero que conozcasーcontinuó, poco a poco se notaba más nervioso.

Asentiste, sin saber qué decir.

ーY después de que lo hagasーuna de sus manos se posó cerca de la tuyaー, ambos sabremos si esto funcionará o no.

A la mañana siguiente, Changkyun era una persona totalmente diferente para ti.

flower-ed  ━━im changkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora