Lee Hoon es un chico de 17 años que quiere suicidarse. Su madre había fallecido y su padre lo dejó con una deuda que no puede pagar. Lee Hoon vive solo y esta deprimido, pero no es capaz de tomar decisiones difíciles hasta que a su vida llega un jov...
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Honn - Lee nunca recibió amor de nadie desde que es un adolescente. Su vida era una continúa miseria que le hacía querer desaparecer, pero a pesar de todo lo malo, siempre había algo que lo detenía de cortar más profundo en sus brazos, de ahogarse con carbón en su departamento o de quedar colgado de una soga amarrada al cuello. Tal vez lo que Honni necesitaba era un amigo, alguien que le hiciera volver a sonreír.
Aunque eso cambió al abrir la puerta, su deseo por haber permanecido colgado se hicieron grandes. Justo frente a él estaba aquel muchacho alto y rubio con el que se había topado hace poco. Honni pensó entonces que sería mejor morir por sus propios méritos que ser golpeado en su mismo techo.
— hola, soy el hijo de la casera. Mi madre dice que hay una reunión de vecinos obligatoria, así que debe asistir
Definitivamente era el mismo chico de la bufanda y eso le aterraba, pero si tuviera un medidor de miedo el escuchar que era hijo de la casera era mucho más aterrorizante. Honni daba por sentado que aquel chico alto terminaría por golpearlo. ¿Por qué más iría a su casa?, Ahora le debía dos cosas: la bufanda y la renta.
Debía evitar a toda costa que este entrará a su casa, así que con sutileza comenzó a cerrar más la puerta. Quiso ser discreto pero el rubio lo había notado, así que coloco su pie para evitar que la puerta se cerrará.
— no quisiera molestarlo pero es obligatorio
Tal vez fue porque Honni le tenía miedo al hijo de la casera pero de alguna manera termino accediendo.
Sus nervios estaban a flote, sentía como el sudor se resbalaba por su espalda y las manos comenzaban a sentirse húmedas.
El pequeño chico suicida alzó la mirada en un intento por encontrar una salida, pero lo único que halló fue una mirada sorprendida del rubio. Su cara era inexplicable para Honni, no se veía molesto ni con intenciones de pegarle, era más alegre, más colorida.
El peli negro desvío la mirada un poco avergonzado, nunca ha podido mantener sus ojos fijos en alguien, sentía que de alguna forma eso le causaba problemas.
El chico más alto se acercó después de lo que considero como una acción graciosa, disimulo su sonrisa colocando su mano sobre la barbilla.
Soorim estaba de buen humor al saber que el peli negro vivía ahí, aunque nunca lo hubiera imaginado, él creía que ese era el hogar de algún adulto gordo sin vida social.
— oye
Lo llamo casi como en un susurró
Honni sintió como su piel se erizaba. En absoluto no estaba listo para conversar con él; de hecho no estaba listo para conversar con alguien.
— oye
Lo llamo de nuevo pero solo obtuvo la misma reacción. Soorim era persistente, así que está vez se colocó detrás suyo a una distancia prudente pero lo suficientemente cerca para casi susurrarle directo al oído.
