XVI

182 21 1
                                    

Confiesa que está nervioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Confiesa que está nervioso. Las manos le sudan casi de una manera inexplicable, pero continúa esperando en el lugar acordado fingiendo que todo está en orden.

Ignora a los transeúntes que pasan por su lado porque sabe que si se concentra en ello pensará que lo están juzgando, así que permanece ahí, de pie y moviéndose de atrás hacia adelante con la punta y talones de sus pies. 

No pasa mucho tiempo cuando nota al rubio a unos metros de distancia, y es en ese momento que su corazón empieza a latir con mayor fuerza. No es solo porque la ansiedad dentro de su cuerpo comenzara a aumentar, sino también porque lo recuerda a la perfección, ese contacto tan íntimo que tuvo con el rubio hace un par de semanas, ¿nadie se ha sentido incomodo después de eso? ¿Cómo hace la gente para seguir actuando con normalidad? Es decir… ¿¡cómo!?

Antes de que pudiera salir huyendo, el rubio ya estaba en frente suyo. Muy tarde para huir.

— Hooni. Me alegro de que ya estes aquí. Dime ¿esperaste mucho?

— No, no en realidad. Estoy aquí desde hace como cinco minutos.

El rubio era mas alto que él y lo sabía desde el inicio de todo, pero, de todas formas, al no verlo por algún tiempo lo volvió a dejar sorprendido, sintiéndose muy pequeño a su lado, pero no inferior.

De pronto, Hooni se percata de que Soorim lo ha estado viendo un poco mas de la cuenta, lo que lo pone incómodo, pero no sabe si deba expresarlo. No es como si lo estuviera mirando con desprecio como muchos solían hacer, pero que alguien, quien sea, le tome tanta atención lo hace sentirse un poco avergonzado. 

— ¿Por qué estas mirándome así?

Se atrevió a decir. Entonces el rubio se encuentra con su mirada y se avergüenza.

— Lo lamento. No era mi intención.

Confesó muy rápido.

— Es solo que no te he visto en algún tiempo y siento como si después de hoy tuviera que pasar mucho tiempo para volverte a ver así que…

Hooni lo observa curioso.

Las mejillas del rubio se tiñen de un ligero color rojo.

— ¡No importa! De cualquier manera, deberíamos darnos prisa y aprovechar al máximo el día.

Soorim empieza a reír de forma un poco forzada y Hooni solo se queda ahí un poco confundido.

— De acuerdo, tienes un punto. ¿Qué te gustaría que hiciéramos primero?

Ambos se encontraban en un parque. El lugar estaba en el centro de la ciudad mas visitada en Corea, por lo que tenía mucho que ofrecer.

Desde fuentes de los deseos hasta un pequeño carrusel. Un lugar que te prometía pasar un buen rato.

— ¿Comiste algo antes de venir aquí?

Es así como se dirigieron a su primera parada: un negocio que vendía ramen.

— Y dime ¿Cómo ha sido vivir en un nuevo lugar?

Preguntó con curiosidad el mas alto.

— Bueno, por ahora todo ha marchado bien. Como es un lugar a las afueras de la ciudad no tengo muchos vecinos, lo cual es bueno porque ya sabes lo ansioso que me pongo cuando hay mucha gente a la que no conozco.

Soorim estaba escuchando con atención y, aunque pudiera sonar un poco mal por su parte, al menos ahora ya sabía que Hooni no estaba al otro lado del mundo. “Solo está a las afueras de la ciudad” se dijo.

— Me alegro por ti. Espero que tu nuevo hogar te haga tener recuerdos más agradables.

— Sí… Eso espero yo también.

La mirada del mas bajo se hizo un poco más triste.

“mierda”

— A lo que me refiero es que…

— No hay problema, sé a qué te referías.

Soorim se sintió un poco mal consigo mismo.

— Pero, de cualquier forma, todo ha marchado bien y en mi trabajo las cosas parecen ir por un buen camino…. Es solo que, ya sabes, extraño a muchas personas.

Hooni sonrió para sí mismo.

— Por eso estoy muy feliz de que hayas aceptado esta inoportuna invitación, en especial porque sé que eres una persona muy ocupada con la escuela, las clases deportivas y ayudando a tu mamá en casa.

— ¿De qué hablas? Dejaría cualquier tarea que estuviera haciendo incluso si me llamaras minutos antes.

Hooni abrió mucho los ojos avergonzado.

— N-No digas cosas que son mentira.

Ahora fue el turno de el rubio de sorprenderse.

— Parece que has olvidado que no miento, al menos no con cosas que son importantes para mí. Lo recuerdas ¿no?

Por un momento Lee Hoon permaneció en silencio. No sabía con exactitud qué decir.

— Lo lamento —Se dio cuenta—. No era mi intención incomodarte de nuevo.

— ¡¡No!! No es eso, es solo que no estoy acostumbrado a que alguien tenga sentimientos positivos hacia a mí. Aún no sé cómo asimilarlos.

Soorim sonrió un poco.

— Es decir, no tienes porqué responder. No es un preguntas y respuestas.

Ambos jóvenes rieron un poco.

— Pero estoy muy feliz por ti —Sonrió el rubio

LA VIDA DESDE QUE TE CONOCÍ • Soorim x Hooni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora