Un extraño cosquilleo comenzó a sentirse en su estómago, era indiferente a ese tipo de sensaciones, nunca pensó que alguien le haría sonreír tanto como Soorim lo hacía.
Abrió la caja y ahí estaba, a decir verdad, tenía tantas ganas de probarlo, pero al mismo tiempo quería conservar aquel primer regalo que alguien le había dado. Con inseguridad decidió beberlo, pensó que mantenerlo en casa no servirá de nada, ya que constantemente se le iba la luz.
Estar con Soorim solo abrió un nuevo mundo para el peli negro, comenzó a descubrir emociones que para muchos eran comunes pero que para él eran extrañas.
- Sabe delicioso
Se dijo así mismo.
¿Felicidad? ¿Eso era lo que sentía?
Se recostó en su cama pensativo, suspiro, pero por primera vez lo hacía porque era increíble pensar que alguien lo considerará un ser humano, que le llamase por su nombre y que incluso lo hicieran con respeto; le hacía creer que aún había gente buena en ese mundo.
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Se quejo internamente, era difícil regresar a ese sitio de malos recuerdos llamado escuela, pero no tenía opción, le había prometido a su madre que terminaría la preparatoria y eso haría. Honni sabe que seguramente la ha decepcionado muchas veces con sus malas decisiones, pero después de conocer al joven rubio y reflexionar todo el fin de semana, se dio cuenta que debía intentarlo una vez más.
Ese mañana intento verse limpio, como si fuera el primer día de clases de un niño realmente emocionado por hacer amigos. Durmió un poco más temprano con la esperanza de que sus ojeras se desvanecieran, y aunque no lo logro, admite que levantarse esa mañana fue más sencillo que otros días.
Camino por la gran explanada de la preparatoria mientras escondía sus manos en sus bolsillos, hacía frío y sus mejillas estaban heladas; recordó la bufanda de Soorim y algo le hizo sonreír avergonzado; era demasiado bochornoso imaginar que llevaría algo de él, y aunque aún quiere devolverle la prenda, admite que le gustaría conservarla.
Llegó al salón, este era un poco más cálido que los pasillos así que se sintió mucho más cómodo. Miro a todos con sus guantes y suéteres tibios que los cubrían de la helada mañana. Él no podía tener esas cosas, no podía gozar de tales privilegios, pero no importaba, ya no le daría vueltas al asunto porque sabe que terminara deprimido.
Un chico se acercó al joven pelinegro, le tocó el hombro de manera tan agresiva que Hoonni se espantó.
- Hooni, Hooni ve a traerme un café, hace demasiado frío que temo quedar congelado
Dijo con una sonrisa amenazante.
- P-Pero no tengo dinero
Primera hora del día y el acoso y hostigamiento había comenzando. Ni siquiera había llevado dinero consigo porque sabía que algo así podría suceder.
- ¿Estás diciendo que prefieras que muera de frío?
- N-No, eso no es lo que quise decir
- ¡Entonces no protestes y ve a hacerlo!
De verdad que la vida lo quería ver jodido, pero no, no más, este tenía que ser el inicio del nuevo Hooni.
Respiro e intento armarse de valor, tenía que alzará la voz.
- Bien chicos, es hora de comenzar la clase
Se alegro de que el profesor llegará, eso evitaba que se enfrentará a Tajeun, su mayor agresor, absolutamente aún no estaba listo.
Tajeun solo lo miro molesto y se retiró a su sitio.
El docente comenzó a impartir su clase y un abrumador nerviosismo invadió a Hooni. A pesar de lo mucho que se esmeraba por entender los temas parecía ser una tarea difícil, todos lucían como unos expertos comparados con él, en especial un chico de gafas, mucho más alto que él e incluso que Soorim.
Hooni se pregunto si aquel chico tenía una buena vida, seguramente la respuesta era sí. ¿Quién podría ser más miserable que él?
Sacudió su cabeza varias veces, debía comenzar a ser una persona diferente, pero eso era algo prácticamente imposible. Recuerda que siempre ha sido así, o al menos la mayor parte de su vida. Casi no tiene ningún recuerdo bueno, la mayoría de sus memorias están llenas de tragedia.
Tal vez debía darse el tiempo para tomar una asesoría. Sí, eso debía hacer, siente que el profesor habla en otro idioma en ese momento por lo que no vale pena esforzarse por comprender algo. Tal vez el fin de semana podría comenzar.
Se quedó mirando en dirección a la ventana, su visión abarcaba la gran Cancha de fútbol. ¿Su escuela era así de grande?
- Señor Hoon ¿Entendió lo que cabo de decir?
Se sorprendió al escuchar su nombre y cuando miro al maestro este parecía molesto. ¡Genial!, nunca parece interesarle a nadie cuando es acosado, pero misteriosamente parecen percatarse de su falta de atención.
- N-No
La gente comenzó a murmurar, Hooni odiaba eso porque sabía que no significaban cosas buenas.
- ¿O es acaso que usted ya es un experto en el tema?
- N-No es así, profesor ... yo ... me he distraído un poco
Bajo la mirada, no era bueno enfrentando los problemas.
- Eres el chico con peores calificaciones de esta escuela ¿Crees que sea prudente decir que te has distraído solo un poco?
Las manos le temblaban, quería llevar un día normal pero ahora era el mismo profesor quien lo intimidaba.
¿Por qué le hablaba de manera tan cruel? ¿No sé supone que los maestros son el lugar seguro?
- Ni siquiera te veo un futuro como conserje. Me avergüenza llamarme tu maestro, ahora sal de la clase
Se sintió miserable, tan miserable que todo intento por ser positivo se desvaneció.
A toda prisa tomo sus cosas, sus compañeros comenzaron a reír y sin intentar decir algo, salió corriendo con dirección al baño. La cabeza le dolía, estaba conteniendo sus lágrimas. Se miró al espejo del baño y observar su reflejo completamente débil y sin nadie, en completa soledad fue lo que le hizo derramar un par de lágrimas.
El resto de día se la paso en aquel parque en el que por primera vez había hablado con Soorim, en cuanto terminó de tranquilizarse no volvió al salón, prefirió retirarse, tampoco tenía sentido ir a casa ahora porque no tenía nada que hacer ahí. Pensó en Soorim y la inseguridad invadió su pecho, se dio cuenta que si incluso los profesores pensaban así de él entonces era cierto, no tenía futuro y que aquel chico rubio solo lo había estado elogiando para burlarse de él.
Se columpiaba sutilmente mientras veía el sol ocultarse por el horizonte. Ya no estaba llorando, piensa que ha quedado vacío.
De pronto vio caminar al joven rubio, instintivamente intento ocultarse y pasar desapercibido pero sus intentos fueron inútiles.
- ¡Joven Hooni! Hola
El rubio se detuvo a lo lejos saludando con la mano.
- ¡Qué sorpresa encontrarlo justo aquí!
Soorim se dirigió al peli negro pero detuvo su andar a pocos pasos del chico.
- ¿Qué le ha sucedido? ¿Por qué se ve tan abatido?
- No ha sucedido nada
- ¿Está seguro de eso? No quiero ser entrometido, pero usted me preocupa
- En realidad, yo ...
No podía hablar, de nuevo sentía que debía estar alerta de todo y de todos.
- No es nada, creo que es hora de volver a casa
Hooni se puso de pie y sin dirigirle la mirada a Soorim comenzó a caminar.
Repentinamente sintió como el rubio lo tomaba por la muñeca para evitar que continuará caminando.
- No sé que es lo que le sucede, pero sí se que me desagrada verlo así. Desde que tuve la oportunidad de ser su amigo he decidido que haría cualquier cosa por no ver una cara triste en usted.
Hooni estaba confundido ¿Realmente estría diciendo la verdad?
- Si acaso usted cree que esto es una broma déjeme decirle que no es así y nunca será así; está bien si aún no confía lo suficiente en mi, pero por favor dígame ¿Qué puedo hacer para hacerlo feliz?
Las mejillas de Hooni se tornaron con un leve sonrojo. ¿Por qué el rubio siempre tenía que decir algo dulce?
Quedo estático por un par de segundos, pero en cuanto retomo la conciencia apartó su mano de la del contrario.
- No espero que me entiendas. De hecho, no espero que alguien lo haga
- ¡Yo puedo hacerlo! Créame
- ¡No! ... N-No
Hooni no sabe cómo ha tenido el valor para alzar la voz.
- Lo siento, s-solo quiero estar solo
Poco a poco desapareció de la vista del rubio. Soorim estaba confundido ¿Había hecho algo mal?
Solo pudo ver la espalda del chico, no lo siguió, no porque no quisiera, prefiero respetar lo que Hooni le dijo, incluso se espero un par de minutos antes de retirarse él mismo solo para no toparlo en el camino e incomodarlo.
El recuerdo de la desesperanzada cara del peli negro lo tenía preocupado. Sospecha que sufre acoso escolar pero no puede hacer nada si ni siquiera el chico quiere decírselo.
Al llegar a la zona de condominios dónde su madre cobraba la renta, alzó la mirada para ver la puerta de Hooni.
- Hooni hyung. Usted debería confiar en mi.
Así, el rubio camino hasta su propia casa donde el resto de la tarde no hizo otra cosa que pensar y pensar....
Mientras tanto, el peli negro estaba tirado en el suelo de su casa, no tenía ganas ni de sentirse mal, no tenía ganas de nada.
- Ahg ¿Por qué? ... ¿Qué tan miserable debe verse alguien para que venga un hada madrina?
Sintió en sus manos las patas de algún insecto, no quiso mirar solo azotó su mano y se levantó.
Se percató que tenía sucia la ropa, incluso él mismo estaba sucio.
Abrió la llave de la regadera y el agua comenzó a caer.
- ¡Ah! Está fría
Otra deuda a la lista.
El agua resbalaba por su espalda blanca. Hooni comenzó a preguntarse si había un futuro bueno para él.
- Debo ser realista, a pesar de lo mucho que lo intente todos me despreciarán, me juzgarán por no tener padres, por no tener dinero, por no ser muy listo, pero es de verdad que lo he intentado. ¿Qué puedo hacer?
Miro sus piernas maltratadas, llena de cortes y moretones.
- ¿Qué he estado haciendo?
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LA VIDA DESDE QUE TE CONOCÍ • Soorim x Hooni
FanficLee Hoon es un chico de 17 años que quiere suicidarse. Su madre había fallecido y su padre lo dejó con una deuda que no puede pagar. Lee Hoon vive solo y esta deprimido, pero no es capaz de tomar decisiones difíciles hasta que a su vida llega un jov...