Capítulo 3: La Colmena
Ambos hermanos se abrazaron y esperaron su muerte.
- Tranquilos niños, no les haré nada, al menos por ahora -dijo y se empezó a alejar- ¿van a venir o esperarán a que vengan más zombies?
Los chicos corrieron detrás del hombre. No sabían que sucedía pero era mejor que estar muertos.
- ¿A dónde iban a esta hora, no podían esperar que amanezca? -increpó el hombre.
- Íbamos a buscar a nuestros padres Señor -dijo Mía mientras caminaban apresuradamente para estar a la par del hombre.
- ¿Señor? No me digas así, me haces sentir viejo, me llamo Jason ¿y ustedes? -pregunto el hombre.
- Yo soy Mía y él es Alan, mi hermnao menor.
- No entiendo como puedes arriesgar tu vida y la de tu hermano saliendo a esta hora Mía.
- Estábamos preocupados por nuestros padres, creí que en la noche sería más seguro.
Jason río y siguió caminando.
El pueblo donde vivían tenía una base militar debido a la proximidad con la selva. Fueron allí pero no había más que destrucción y algunos zombies inactivos.
- ¿Disculpe, que hacemos aquí? -pregunto Alan escondido atrás de Mía.
- Pues no mucho, debemos pasar por aquí para ir a la Colmena.
- ¿La Colmena? -preguntaron al mismo tiempo.
- Aghh es cierto, ustedes son humanos. Miren no quiero entrar en detalles solo les diré que es un lugar seguro.
Ambos se miraron y decidieron no preguntar más.
En un lugar más o menos alejado de la base militar había una escotilla entraron y había un cuarto con 2 puertas. Una decía "Colmena" y la otra solo decía "acceso restringido".- Entren -dijo Jason esperando a que dejen de ver la otra puerta. Entraron y se sorprendieron al ver que que realidad se trataba de un ascensor, uno muy extenso porque se demoro en llegar a su destino más de tres minutos. Los cuales aguardaron en completo silencio mientras evitaban miradas.
Al bajar del ascensor caminaron un poco más y llegaron a un lugar donde habían más "personas".
- ¡Más sobrevivientes! -dijo Mía emocionada.
- ¿Qué? -dijo Jason mirándola con el ceño fruncido y una leve sonrisa- ¿No sabes diferenciar humanos de vampiros?
- ¿No son humanos?
- No me extraña que decidieras salvarme -dijo el hombre otra vez sarcásticamente.
- ¿Celebran algo? -preguntó Alan.
-No, nuestro pueblo es así de animado siempre.
- No traigas más humanos Jason, me da hambre -dijo un hombre detrás de ellos.
- Oh Flyn, no debería importarte lo que yo haga -dijo Jason con una sonrisa alejándolo con la mano.
El estómago de Alan interrumpió está acción.
- Ohh, la comida tiene hambre -dijo Flyn.
- ¿Tienen hambre? -pregunto Jason.
- Si, no trajimos nada de comer -respondió Mía.
- Aghh esta bien, síganme -dijo Jason y los llevo a un puesto de comida cercano.
- Deme 3 señora -pidió Jason.
- ¡De inmediato! -dijo la señora y se puso a preparar una especie de comida rápida.
- ¿Y para mi? -reclamó Flyn.
- Compretelo tú, ganas más que yo -dijo Jason- tengan niños coman.
Se sentaron los 4 a comer en una banqueta.
- Umm, esta muy rico ¿qué es? -pregunto Mía
- Humano -le susurro Jason en el oído, Mía paró de comer pero mantenía su sonrisa para no gritar.
Acabaron de comer los demás y Mía voto su platillo disimuladamente.
- Bien, hora de irse -dijo Jason sacudiendose las manos.
- Muchas gracias por todo -dijo Mía haciendo una pequeña reverencia.
- ¿Ya se van? -preguntó Flyn- Es muy tarde, se pueden encontrar con vampiros asesinos.
- ¿Ustedes no lo son? -pregunto Alan.
- Solo cuando nos provocan -respondió Jason mirando a Mía- esperen a que amanezcan yo mismo los llevare.
- ¿No les hace mal el sol a los vampiros? -preguntó Mía.
- Por eso iremos bajo tierra, ¿es que no te suena la palabra Colmena? -respondió Jason como siempre sarcásticamente- tenemos túneles hacia cualquier parte del pueblo.
Alan y Mía se miraron y aceptaron.
- Vamos al cuartel -dijo Jason.
- ¡¿Los vas a llevar ahí?! -preguntó Flyn exaltado- Kara se va a enojar.
- Se habrán ido cuando se de cuenta.
Llegaron al famoso cuartel y si, era un cuartel. Eran unas instalaciones muy viejas y deterioradas, parecía que no había nadie. En el lugar había habitaciones, salas de entrenamiento, salas de clase y enfermería, por dentro todas parecían estar en perfecto estado.
- Aquí pueden dormir -dijo Jason enseñándoles una habitacion.
- Muchas gracias -respondieron unísono.
Los chicos entraron y Jason cerró la puerta y se fue.
- ¿Estás bien? -pregunto Mía a su hermano al ver su cara de preocupación mientras tendía unas sábanas.
- Si, solo estoy sorprendido.
- Yo igual, aún no me fío de ellos.
Se acostaron cada uno en una cama, Alan se quedó dormido y Mía aprovechó para curiosear el lugar.
Salió de la habitación en puntillas sin hacer nada de ruido incluso tuvo cuidado con la manija rechinadora pero a la vuelta se volvió a chocar contra el musculoso cuerpo de Jason.
Próximo capítulo: Sobrevivientes
(23/01/22)
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Séptima dosis
General FictionLas vacunas han sido bien aceptadas, ¿es momento de cambiar la receta?