— Disculpa, no suelo cocinar así que no tengo comida. — dije con vergüenza al verlo tan intrigante examinando mí casa supuse que tenía hambre.
A pesar de estar sucio, y con algunos moretones, su piel seguía viéndose muy bien, menos sus labios. Estaban muy resecos.
Tum-Tum
Le dejé por un momento para ir a la cocina, tomando de ahí el único vaso de vidrio que imaginariamente llenaba la alacena y lo llené de agua, añadiendo solo una pizca de azúcar.
No había comida, y eso era muy vergonzoso, aunque en mí defensa, nunca pensé que tendría visitas, hace mucho tiempo que no las he tenido... Además de mi manager y algunos entrevistadores molestos.
Buscándolo con la mirada, lo encontré en la sala, cerca de la grada que daba inicio a la escalera de caracol dando entrada al segundo piso.
Estaba en silencio, neutro, como una alma solitaria que se había perdido.
Me acerqué lentamente, con vaso en mano.
—¿Te gusta la forma en la que se expresa Manet? — pregunté llegando a su lado, y junto a él, admiré esa pintura. Dónde varias personas almorzaban en un jardín abierto, y las mujeres estaban desnudas. Ese mismo cuadro, en donde los defectos y errores formaban parte del paisaje —Este cuadro, fue un regalo de un amigo, pero ésta es la primera vez que lo veo detenidamente. — sabía que a pesar de su matador silencio, me escuchaba.
—Ricos. — murmuró.
Sí. La sociedad clasificaba la ironía de las posesiones de los ricos, con falta de valor.
Apreté mis labios sintiéndome pequeño al ser juzgado por él, y le extendí el brazo ofreciéndole el agua.
Hizo una pequeña reverencia y la aceptó. Bebió con necesidad. Y ver eso, que había ayudado mínimamente al pálido, mis labios se encorvaron voluntariamente.
Tum-Tum
Era muy tierno y satisfactorio escuchar ese suspiro al final, al terminar de beber.
Mi celular vibró en mi trasero y nuestras miradas se cruzaron. Había sonado como vibrador, mierda.
Por primera vez, lo sentí extraño, haber sentido esa vibración artificial mientras veía detenidamente al chico pelinegro. Esos ojos exaltados al pensar mal de mí con el sonido de mi teléfono.
Joder, ni modo, tuve que responder al ver que Jungkook era el responsable de arruinar el momento.
Le miré de nuevo y le levanté la mano, diciéndole que me disculpe solo unos minutos.
—¿Qué pasa ,Kook? — me quejé con molestia.
—Jimin-ah, ¿estás bien vestido? ¿Recibiste del paquete de lencería de la nueva empresa?
—Eh-eh, ¿qué? — me dejó volado. Recordé que días anteriores me había mencionado algo sobre ser modelo para una empresa de mercancía sexual a nivel mundial.
—¡Estoy yendo a tu casa! — alejé el móvil de mi oído al escuchar un chirrido, los frenos del auto estaban siendo maltratados —¡Vístete con la ropa que dejé en tu habitación!, la sesión de fotos fue movida sin previo aviso, estamos retrasados.
—¡¿Qué?! ¡No, Jungkook! ¡No estoy listo, nunca mostré demasiada piel ni en mis presentaciones!
—Lo sé, pero no hay tiempo. Llego en cinco minutos. — y antes de poder oponerme ante eso, colgó.
Demonios.
—¿Te disgusta el sexo? — como un choque en mí estabilidad hormonal, su voz gruesa me tomó por sorpresa.
Moví mis manos en negación —No es que me disguste... Pero, es muy diferente cuando usas ese tipo de elementos solo. Mi baño, no puede compararse con los sets de fotografía de la empresa.
Ví sus mejillas ruborizarse un poco al mismo tiempo que asintió ante mis palabras.
Tum-Tum
Nunca había pasado que tenía visitas. Jungkook no lo sabía. Pero era algo que deseaba, algo que, mi corazón me pedía y no dudé en dárselo.
Sabía que podía tener problemas, algunos rumores talves, y un regaño de mi mánager añadiendo que Jungkook también podría tener complicaciones. A pesar de todo eso, me haría responsable de mis actos, haciendo lo posible por no afectar a segundos.
Me acerqué al pálido quien había clavado su mirada en sus manos con manchas de sangre y tierra. Levantó la cabeza al sentir mi presencia, y le sonreí.
—¿Quieres venir conmigo a la sesión de fotos? — pregunté con muchas ilusiones e ideas en mente.
Gracias por leer :3
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corazonada || jimin x yoongi
FanfictionConsentir al chico de la lluvia, se habían convertido en parte de la rutina de Park, un actor de la danza contemporánea y la persona más peleada por las empresas del entretenimiento. ¿Por qué es tan difícil decidir a quien escuchar? ¿Por qué el cora...