corazonada || jimin x yoongi

11

¿Sería mucho pedir recibir la primera nevada con la persona que te gusta? No lo creo. Pero entonces, ¡¿por qué me había rechazado la invitación?!

Suspiré por milésima vez en la mañana.

—No es justo.

—Jimin, deja de quejarte. Me cansas.

Había invitado a Jungkook para no pasar solo la primera nevada del año, ¡¿pero a qué costo?! Desde que lo saludé al vernos no ha parado de decir que soy una molestia.

—Tú no entenderías. — lo juzgué.

—Como sea. ¿Qué vamos a hacer? ¿Para qué me llamaste?

Aún no estaba acostumbrado a su repentino cambio de actitud conmigo. No entendía porque se comportaba así, tan indiferente y arrogante.

—Mmm, actúas raro últimamente, ¿hay algo en lo que te pueda ayudar? Somos amigos, ¿no? Puedes contarme lo que quieras.

Jungkook me miró fijo como si estuviera retandome con la mirada. Sin duda, algo no estaba en orden.

—Puedo... ¿Puedo ser directo? — la inseguridad se notaba en su voz.

Asentí. Estaba dispuesto a escucharlo.

—Siempre lo has sido, Jung-

—Aléjate de él. — me interrumpió.

—¿Qué? — ¿Mis oídos habían escuchado bien? —Jungkook, ¿por qué me dices eso?

Mordió su labio con un poco de rabia e incredulidad de sí mismo.

—No soporto verte cerca de él, me entiendes ¿verdad?

—No, no te entiendo, pero lo que sí entiendo es que contigo tampoco cuento.

—¿Tampoco?

—Namjoon me dijo lo mismo, que me aleje de Yoongi. Al parecer, estoy solo en esto. Quería por lo menos una persona que me apoyara, pero si ni mi mejor amigo lo hace, ¿en serio no hago buena pareja con el chico gatito? Carajo...

—Espera — tartamudeó llamando mi total atención —¿Namjoon-ah te dijo que te alejes de él?

Asentí.

—Le dije que no. No intentes hacerme cambiar de opinión.

—Jimin, yo no hablaba de Yoongi... — me miró como si dentro suyo otra personalidad lo hubiese poseído. Sonrió un poco nervioso. —Tú... Yo... Me gusta Namjoon hyung.

Entonces lo entendí todo. Su cambios de humor, su manera de hablarme, de mirarme, sus indirectas cuando iba a la empresa o lo irritable que se ponía, la indiferencia con la que me trataba cuando estábamos solos. Hasta hoy.

—No entiendo.., — rompí el hielo —¿por qué empezaste a tratarme diferente? No me gusta Namjoon. Lo veo solo como un amigo. ¿Por qué... Por qué a mí?

No dijo nada. Caminó de largo mientras yo le seguía. Pasamos por unos árboles desnudos y un patio de juegos público desolado. Se sentó en la primera banca que vimos, y yo también lo hice, junto a él.

—Sigue rechazándome. Por ti. — "Auch" —No responde mis llamadas, me ignora cada que estás cerca, me invita a salir y luego, repentinamente, cancela o lo pospone en la lista de los "talvez", ni siquiera lo considera una deuda... — mis latidos cesaron, un sentimiento de culpabilidad me invadió sin siquiera haber razones, era una situación que no podía controlar y tampoco sabía cómo. Los sentimientos de Nam no eran objetos como para manipularlos a mi antojo y dejarle de gustar —Ese día, los ví. También el anterior, y el anterior a ese. Me topo con ustedes en la calle sin siquiera querer hacerlo. La cafetería, el restaurante, e incluso en este mismo parque. Namjoon es otra persona cuando está contigo. Es dulce, tierno, y atento. Me dan celos. — sus ojos se aguaron.

—No fue mi intención. Lo siento.

Quisiera poder decir más. Decirle que no le tome importancia porque nunca saldría con él. Pero me sentiría como una basura si le dijera eso.

Mientras él hace todo lo posible por salir con Nam, yo tengo la ventaja que él desea, pero yo no lo deseo. Así debe ser la vida, supongo, frívola e injusta, cálida y pacífica.

Hubiese querido seguir escuchando a Jungkook, que se desahogara en mí. Preferiría escucharlo maldecirme por la influencia de los celos y enojo a escuchar ese débil adiós que me dijo antes de irse a casa, decaído con las manos en sus bolsillos.

...

Por primera vez me gustó llegar a casa. Tenía a alguien esperando por mi. Ojalá fuera la misma situación para mí mejor amigo.

—¿Qué haces? — pregunté al entrar a la cocina y verlo en el fregadero vistiendo con un delantal largo negro.

—Experimento. — respondió sin voltear a verme, centrado en lo que hacía —Serás mi conejillo de indias.

—¡¿Qué yo qué?! ¿Y si me enfermo? O aún peor, ¡me da diarrea crónica y me muero!

Quedó inmóvil por un momento y giró un poco el rostro para verme de reojo.

—No te pregunté. Mi boca está llena de sabores diferentes, así que no puedo probar el resultado final. — prosiguió a tomar un cuchillo.

Se me heló la sangre por microsegundos.

Me acerqué despacio. El utensilio filoso se movía como si estuviese quitándole los órganos a alguien, pero me relajé cuando vi que solo le daba forma a un pedazo de masa verde.

Solté aire aliviado.

—Se ve delicioso. — dije al recostar mi cabeza en su hombro y abrazarlo por la cintura.

—¿Pasó algo?

Negué.

—¿Seguro?

Asentí.

—No te creo.

Reí.

Era tan tierno cuando me preguntaba este tipo de cosas. Aunque negara que estaba preocupado por mí, yo sabía que sí, solo quería confirmarlo, escuchar su voz diciendo que le preocupo. Es más fácil solo confiar en mí instinto.

—En serio. Estoy bien. — cerré mis ojos, así pude disfrutar de su suave aroma.

Sentí su mano en mis cabeza, acariciando mis cabellos. Me sorprendió pero me encantó a la vez. Nunca pensé poder vivir este tipo de momentos tan insignificantes pero con más palabras que los mismos libros de una biblioteca. Tan cálida, tan reconfortante.

—Creo en que, vas a estar bien... Jiminie.

Tum-Tum Tum-Tum Tum-Tum

Dejé un casto beso en su hombro. Deseando que ese momento sea el primero de muchos.

Survive <3

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