•Dulce Venganza• ✿YeWook✿ ⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝

♔23♔

-Voy a pedirle que sea mi esposa...está decidido...no pienso esperar más tiempo para hacerlo, me tiene totalmente hechizado...

-¿No cree que debería pensar mejor en eso Joven?...es una mujer divorciada y tiene ya una hija...sabe cómo hablarán de usted los periódicos y sobre todo los inversionistas-mientras viajaban en dirección a una cita que Yesung había agendado con Wook, hablaba de temas serios con su chofer, pues era su única persona de "confianza".

-Me importa poco lo que puedan llegar a opinar de mi vida privada...esa maravillosa persona se ha ganado por completo mi corazón...es como si después de tanto, aquel invierno que creía estancado por fin llegara a convertirse en primavera. Es lo que tanto espere, no tienes idea de lo que siento.

-Joven...si usted está a gusto con ella...entonces no me queda más que desearle felicidad...-el hombre apretó el volante en sus manos y suspiró hondo tratando de no recordar todo lo que había pasado entre ellos dos antes, sin duda su historia había sido de lo más linda y hasta material para un libro, pero ahora mismo encontrarse de nuevo era peligroso, e incluso confuso pues la persona responsable ya no se encontraba ahí para explicar que había pasado.

Poco después de 20 minutos de camino llegaron a donde se verían. Se trataba de un evento de beneficencia, carreras de caballos y lo que se recaudara iría directamente a la financiación para comprar lo último que su hospital necesitara para abrir por fin sus puertas.

Wook ya se encontraba en el lugar, iba tan lindo como siempre y esta vez a Yesung parecía gustarle muchísimo más, después de hacerle saber a alguien sus planes se sentía liberado de las dudas. Entonces lo conociera de antes o no, iba a hacerlo su esposo.

-Buenas tardes Señora Lee...un gusto volver a verla, no sabe cuanto espere este día desde la última vez que nos vimos...apenas han pasado un par de semanas y me creerá usted que siento como si hubieran sido años...

-Lamento la demora en este encuentro...como sabe tengo una agenda algo ocupada debido a la pronta inauguración del hospital...pero también esperaba poder verlo...-esta vez no era mentira nada de lo que decía y le costaba admitirlo pues en verdad si había extrañado a Yesung como nunca. Había sido diferente cuando dejaron de verse esos años pero esta vez que empezaba a acostumbrarse a su presencia, le era más difícil separarse a la hora en la que llegaban a despedirse y cada quien iba por su lado. Sólo deseaba poder tenerlo ahí con él siempre.

-Entiendo perfectamente...los asuntos de la familia y la mina que administran también me tienen un poco ocupado, supongo que así son las vidas adultas...¿Su hija como se encuentra?...escuche por algunos conocidos que ha vuelto a la escuela.

-Ah...mi pequeña...si...volvió a la escuela hace unos días, sus vacaciones se terminaron y es hora de que continúe con sus estudios, me libera un poco la carga pues por las mañanas puedo trabajar libremente...

Ambos caminaban a las gradas, Yesung movía la mano constantemente en el interior del bolsillo de su saco, tenía todo preparado con un lindo anillo de oro que había comprado para pedirle matrimonio, cuando llegaron se sentó a su lado y lo miró, lo que le atraía era realmente algo muy familiar en él, que no sabía cómo explicar, adoraba su forma de ser, sus enojos, sus sonrisas y sobre todo que a veces lo usara para sostenerse si se sentía triste.

La carrera terminó poco después y cuando iban en el auto de regreso Yesung sacó el anillo, tomándole la mano, Wook volteo con una ligera gota de confusión.

-RyeoSoo...nos conocemos de hace poco...pero por ti he sentido lo que nunca en mi vida, no sé ni como explicar con palabras, todos los días espero a que de la hora en la que podamos volver a vernos y así admirar tu delicada sonrisa-le mostró el anillo, Wook supo de inmediato lo que quería hacer y eso lo hizo sentirse demasiado confundido, sus ojos se llenaron de lágrimas y no podía moverse-quisiera poder prolongar ese sentimiento de paz que me trae el tenerte a mi lado. Hacerte muy feliz lo que nos reste de vida, a ti y a tu hija a quien aceptaré gustoso...por eso mismo estoy aquí...pidiéndote que te cases conmigo.

-Joven Kim yo...no se como reaccionar a esto...simplemente no puedo...-tartamudeaba debido a lo nervioso que estaba y al miedo que le provocaba imaginar que sus sentimientos lo traicionaran y su tan planeada venganza se arruinara. Ahora había logrado lo que quería, enamorar a Yesung para después abandonarlo, pero...¿Porque ahora le parecía tan doloroso y tan destructivo hacerlo?-en verdad lamento lo que voy a decir...pero no puedo casarme con usted..soy una mujer que no le conviene...tengo una hija...soy viuda y eso afectaría mucho su imagen, además no estoy lista para continuar con algo así...he pasado por tanto en mi vida amorosa y por tantas decepciones que ya no sé si me quede corazón para corresponderle...-para ese punto ya lloraba de manera desconsolada, sin decir más en cuanto el auto paró frente a su casa, bajó y corrió para encerrarse en ella.

Yesung lo miró alejarse, su pecho dolía y unas enormes ganas de morir se adueñaron de él, recordaba haber sido un mujeriego antes del accidente y ahora cuando por fin se enamoraba de alguien, el destino se las cobraba todas, dejándolo lejos de lo que había deseado. Primero le había sido otorgada aquella oportunidad en bandeja de plata y cuando por fin se decidió a tomarla, se le había arrebatado con tanta violencia que junto a ella sintió que también había sido arrancado su corazón, y de una manera demasiado cruel.

Ryeowook volvió a casa a tirarse en la cama y llorar, Leeteuk lo vio pasar por la sala y el vestíbulo sin siquiera hacerle caso, su rostro dejaba al descubierto una expresión de dolor puro que lo hizo suspirar, él se lo había advertido, esa venganza no le dejaría nada bueno y no había querido escucharlo.

Mientras tanto Yesung solo permaneció en silencio pensando que era lo que había ocurrido para que no aceptara su proposición. El chofer lo miraba por el espejo retrovisor en ocasiones pero tampoco decía nada, ese joven era como parte de su familia y ya no sabía por cuánto tiempo más podría callarse la verdad.

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