Historias Cortas Para No Aburrirse

Historia1 PEZ PESCADOR

Parte 2
(se recomienda leer la parte 1)

Han pasado 24 horas desde que el pescador atrapó al pez y casi 32 horas desde que el pescador comió por última vez. Solo le quedaba agua purificada para no más de tres días, ya estaba teniendo hambre y el dolor de cabeza iba en aumento, era un hombre fuerte, pero el cansancio emocional lo estaba superando.

El pez llevaba 39 horas sin comer, sabía que podía aguantar al menos otras 30 horas antes de comenzar a sentir su fin, pero la desesperación por comunicarse con el pescador lo estaba agotado demasiado.

Después de un rato, el pescador fue a las afueras del pueblo a recoger algunas ramas y sacar un poco de leña.

Mientras el pescador estaba fuera, el pez no podía dejar de pensar en cómo decirle algo. Estuvo todo el tiempo mirando hacia donde quedaba la montaña e incluso saltaba para llamar la atención del pescador, pero este le pidió que no molestara y puso una red sobre la cubeta, la estiró para que el pez no la pudiera levantar y la ató a la cubeta con una cuerda.

El pescador por fin había llegado con la leña. Se veía desesperado, llevaba ya 40 horas sin comer. El pez también estaba desesperado, se movía con rudeza y provocaba que la cubeta se tambaleara.

El pescador se acercó a la cubeta y le dijo al pez:

- Gracias por haberme acompañado.

El pez sabía que eso significaba que había llegado su final. Se resistió cuando el pescador trató de atraparlo en una red. Se resistió cuando el pescador trató de colgar la red con él dentro. Se resistió a morir. Se aferró a la vida tanto como le fue posible, hasta que simplemente no pudo.

El pescador terminó de guardar lo que necesitaría para subir la montaña y encontrar un pueblo más alejado del bosque. Se aseguró de que el pez estuviera muerto y prendió la fogata.

Una vez que el pescado estuvo listo para ser comido, el pescador dejó que se enfriara, le dio un par de mordidas al lomo y guardó el resto en una bolsa tipo ziploc.

El pescador guardó en su mochila la bolsa con el pez cocinado, y por fin salió del pueblo para adentrarse en el bosque y encontrar un nuevo lugar para subsistir.

Fin