Historias Cortas Para No Aburrirse

Historia6 TODO LO QUE QUISE DECIR

Parte 2

Pasaron tres años desde su muerte. No había ido a verla desde hace poco más de un año, a veces dejaba que el trabajo me quitará demasiado tiempo.

- Hola ¿Cómo has estado? -idiota, qué clase de pregunta es esa- Olvídalo, no me respondas jajaja, sé que me darías una patada por la pregunta. Lamento haber tardado. Te traje unas flores. Me recordaron a la vez que ambas enviamos flores a la casa de la otra para el día de San Valentín, fue lindo.

Puse las flores sobre la tierra que cubría su ataúd.

- Ayer fui a la cafetería donde atiende el tipo guapo que intentabas conquistar. Sigue soltero y se hizo un nuevo corte que, a mi parecer le queda mejor, pero tú lo hubieras odiado.

Sentí como si estuviera en una conversación normal con ella. Cerré los ojos y puede escuchar su voz como si me estuviera respondiendo, sabiendo exactamente a qué corte me refería.

- Sabes... Siempre encontraste la manera de descifrarme, incluso cuando ni yo misma lo sabía -suspire como si me faltará el aliento- Gracias por... Ya sabes... Ser mi amiga y todo eso. Por estar en mi vida y dejarme estar en la tuya... Por cuidarme y dejarme cuidarte. Por ser la única persona que nunca me hizo sentir mal conmigo misma. Por dejarme ser y hacerme sentir cómoda. Por estar conmigo en los mejores y los peores momentos. Por defenderme. Por creer en mí y apoyarme. Por ser mi cómplice. Por ayudarme a saber cuándo cometía errores, aunque me negará a aceptarlo. Por confiar en mí y dejarme confiar en ti...

De pronto dejé de hablar. Me di cuenta de que tenía la mirada perdida y todo lo que había estado pensando, sólo salió por mi boca.

Miré las flores y sentí como si ella me estuviera viendo. Entonces caí en cuenta que ya no iba estar para hacerme sentir bien, para acompañarme en los buenos y malos momentos, para apoyarme, para impulsarme a ser mejor y no tener miedo, para hacerme conciente de mis errores... Para llorar en su hombro, para abrazarla, para llamarla. Para quedarnos en casa a ver películas y pedir comida...

Dicen que una persona no muere mientras vive en los recuerdos. Estos tres años siempre estuvo en mis recuerdos, en mis conversaciones, en mis sueños, en los sándwiches que me enseñó a preparar, en el libro que pensé que le podría gustar. Estuvo en todo, pero realmente no estaba ahí. Nunca más va a estar ahí, y hasta ahora me doy cuenta.

Sentí que comenzaba a llorar.

- Te necesito aquí.

Me sentía mal, como si se hubiera roto una parte de mí. A pesar de eso, mi voz aún no se quebraba. Sólo salían lágrimas.

- Estuviste para mí, siempre. Espero haber estado para ti.

Quería gritar. Quería dejar de llorar y de sentirme miserable.

Me dolía el pecho, sentía un vacío enorme y hasta quería vomitar.

- Perdóname si alguna vez te hice sentir mal, o si no estuve para ti.

Quería salir corriendo y no volver. Quería abrazarla.

- Te amo amiga. A veces no sabía si me caías bien o mal. A veces no te quería ver. A veces quería que estuvieras a mi lado y que nunca me dejarás. A veces quería odiarte, pero era imposible. No importa que, siempre te amé... Y siempre lo haré.

Acaba de decir mucho de lo que me estuve guardando por años. El dolor en el pecho se calmó. Me sentí libre, más tranquila.

Hubo un momento en el que sólo sentí paz.

- Creo que ya dije todo.

Me senté en la tierra y me recargué a un costado de su lápida. Estuve un rato en silencio, viendo el cielo oscurecerse poco a poco. Viendo los pájaros que pasaban, la tierra sobre la que estaba, las flores que llevé y las otras lápidas a mi alrededor.

Se estaba haciendo más noche y comenzaba a tener frío.

- Bueno amiga, ya tengo frío y no traje otra cosa además de este suéter. Gracias por la charla. Nos vemos luego.

Después de eso me sentí mejor.

Han pasado 12 años desde ese día. Seguí con mi vida normal y, de vez en cuando voy a dejarle flores y le cuento algunas cosas.

No sé qué día nos volvamos a encontrar estando en la muerte, sólo espero que no sea pronto para que tener mucho más que decirle.

Fin