XI.- Líder

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Naoto miró detrás de Takemichi a los hombres en el suelo. El azabache había ido por él ante de llegar a la bodega donde los productores de la droga estaban. Mikey y los demás solo lo vieron confundidos mientras que él solo negaba con la cabeza sin saber que iba a pasar pero se imaginaba que no sería algo muy bueno.

- Sanzu, Hanma encárguense de los extra. – se acercó al jefe tomándolo por el cabello sin importarle los gritos – Yo me quedó con esta mierda.

- Les recomiendo salir de aquí. – les dijo Tatsuya mientras que Akkun tomaba a uno de los golpeados.

- Takemichi – le llamó Draken, quien sostenía al chico que les había informado. – Él fue quien nos dio la información y nos trajo aquí. ¿Puede irse?

El azabache los miró.

- Izana, te lo encargo.

El albino asintió tomando al chico mientras que la Toman era sacada por Kakucho, Inui, Kokonoi y Kisaki.

- Salgan. No están listo para ver la realidad. – les dijo Akkun mientras cerraba las puertas del lugar.

- Va a matarlos. – dijo Mikey de manera seria.

- Eso es algo obvio. Takemichi hace su trabajo muy bien, desaparece a todas esas escorias. – comentó Naoto mientras sacaba un cigarro y lo encendía.

- Pareces de acuerdo con lo que hace. ¿Vas a rendirte acerca de salvarlo? – le preguntó Hakkai confundido.

- No puedo decirle nada dejando de lado lo que siente. Es mi culpa que este de esta manera, fui yo quien lo obligue a volver al pasado para que salvara a mi hermana una y otra vez. Además puedo entenderlo ahora, quiero permanecer a su lado no quiero salvarlo porque no es alguien que debe de ser salvado. – miró a los demás con seriedad – Amo a Hanagaki Takemichi y no me importa que sucede o que haga quiero estar a su lado para que sea feliz. Por eso voy a luchar, por el descanso y felicidad que tanto merece porque él no es un sol él es la luna que siempre nos cuido aunque no se lo pedimos.

Los gritos dentro del lugar comenzaron a escuchar, sabían que una masacre estaba ocurriendo dentro.

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Takemichi se encontraba parado frente al cadáver del que alguna vez fue el hombre que creo la droga que acabo con la vida de más de 20 estudiantes. Sus manos estaban ensangrentadas, sus nudillos abiertos pero no parecía importarle, su rostro, camisa y pecho también estaban manchados. En la oscuridad que había invadido el lugar sus ojos relucían como dos témpanos de hielo, tan fríos y carentes de vida que veía con indiferencia el cadáver.

Caminó hacía Izana que había dejado el cadáver del chico en el suelo, su muerte había sido rápida, un cuello roto tan rápido y mortal. Tuvieron piedad al haberlos ayudado pero Takemichi no iba a dejar ni uno vivo después de todo lo que ocasionaron.

- Todos muertos. – le dijo Kakucho.

- Bien hecho. – abrió las puertas encontrándose con los demás ahí esperándolos – Naoto reporta que fue una pelea interna. Nadie sobrevivió y tu solo seguías la pista de la droga. – le ordeno Takemichi mientras se limpiaba las manos con el pañuelo que Senju le había entregado.

- ¿Por qué? – preguntó Chifuyu cuando los Black Ocean caminaban hacía sus vehículos.

- Porque no puedo dejar cabos sueltos, hacer eso solo causa problemas en el futuro. – le dijo Takemichi viéndolo de reojo, su ojo parecía brillar.

- ¿Pasamos la prueba? – preguntó Mikey.

- Lo hicieron. Desde ahora asistirán a las reuniones y los llamaré cuando los necesite.

- Nos vemos Takemichi. Estaremos ahí cuando nos necesites. – dijo Draken al ver que sus amigos querían decirle más cosas al azabache. No era momento y podrían arrepentirse de lo que quisieran decirles.

Black Ocean no volvió a mirarlos, siguieron a su jefe lejos de ahí.

- Me encargaré de todo. Deberían de ir a casa. – les dijo Naoto de manera seria.

Draken suspiró mientras abría la puerta y veía el interior del lugar, cerró los ojos con fuerza al ver el cadáver del chico sobre el suelo. Se veía dormido, sin una gota de sangre manchando su rostro, parecía estar en paz.

- Esto es lo que ha estado haciendo Takemichi. Debe de cargar con muchas más cosas de las que no imaginamos.

Los chicos solo podían ver el lugar sin entender muchas cosas pero Naoto tenía razón: Takemichi no era alguien que debía de ser salvado. No lo necesitaba solo tenían que estar a su lado y amarlo como lo han hecho por tanto tiempo incluso si eso significaba ignorar todo lo que hacía. Ellos rompieron al héroe llorón, él pago sus consecuencias. 

Adiós HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora