XII.- Rival Peligroso

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Takemichi miraba con el ceño fruncido el papel frente a él. Su pierna no dejaba de moverse de manera nerviosa y entre sus dedos descansaba un cigarro que se consumía por el fuego. No le gustaba nada lo que estaba viendo pero no podía evitarlo.

La puerta de la oficina fue abierta dejando ver a los hermanos Haitani: Ran y Rindou. Ambos se veían demasiado serios para ser ellos así que eso solo lo puso más ansioso.

- ¿Qué consiguieron? – les preguntó mientras apagaba su cigarro.

- Nada que te vaya a gustar jefe. – le dijo Ran mientras le entregaba unos documentos.

El azabache los abrió encontrándose con varias fotos de un grupo de hombres armados, había varias de un hombre de cabello carmesí de ojos azules, los cuales parecían brillar con odio.

- Ellos son la nueva pandilla o más bien organización que ha estado las calles de todo Japón. Saben como hacer su trabajo, solo buscar el miedo en las personas y disfrutan asesinado. – señaló la fotografía del hombre de cabello carmesí – Kobayashi Kentaro, es su líder y un hombre que no tiene sentimientos por los demás, se divierte atormentado a sus víctimas y le gusta verlos sufrir antes de asesinarlos. – le explicó Rindou de manera seria viendo como los ojos de su jefe brillaban de una manera que lo hacía querer retroceder y ocultarse.

- ¿Cuál es el nombre de su organización?

- Debiruzo.

- Diablos. El nombre perfecto para personas que se comportar como uno. – se levantó dejando los papeles de lado. – Preparen a todos los que puedan, vamos a enfrentarlos. Si los dejamos crecer más las cosas no serán sencillas y no tendremos oportunidad de acabar con ellos y si eso sucede más inocentes sufrirán por nuestros errores. – les ordenó Takemichi.

Los hermanos salieron de la oficina dejando pasar a Mikey, quien venía caminando.

- No sabía que los Haitani también formaban parte de los Black Ocean. – comentó Mikey mientras veía a Takemichi, que estaba frente al ventanal de su oficina con las manos dentro de sus bolsillos. – ¿Todo bien?

- ¿Necesitas algo Sano? – le preguntó Takemichi sin siquiera verlo.

- Quería hablar contigo acerca de ciertos movimientos que hemos visto por el territorio. Hay personas vigilándonos, Kenchin lo noto desde hace unos días y pensé que debía de informarte.

- No hagan nada. Manténganse lo más alejados de esas personas y si llegan a estar en peligro solo presionen este botón. – le dijo mientras le entregaba lo que parecía ser un radio pero más pequeño y solo con tres botones, el que señalaba era uno negro en forma de cuadrado. – Llegará la ayuda en segundos, no puedo permitir perderlos.

- ¿Quiénes son? Te ves nervioso Takemicchi.

El azabache se permitió sonreír ligeramente al escuchar ese apodo pero esa sonrisa se desvaneció casi de inmediato al recordar los problemas que ahora tenían sobre ellos.

Son una organización que parece ser más una mafia con los actos atroces que hacen. Son personas peligrosas que lo más seguro es que busque acabar conmigo ya que soy un gran obstáculo y por ende empezarán a ver a cada una de las pandillas aliadas a Black Ocean. Las cosas se están poniendo peligrosas por eso te doy ese radio, deben mantenerse juntos de preferencia no se separen hasta que el peligro haya pasado, necesito que también le informes de eso a Naoto y lo mantengas a salvo como a los demás. – le ordenó Takemichi más tranquilo pero de una manera seria.

- Lo haré. ¿Qué haremos con ellos? Por lo que dices el conflicto es inevitable.

- Ustedes no harán nada. Yo me encargaré pero como lo veo quiero acabar con ellos, mis chicos los asesinaran a los que más puedan mientras yo me encargo de su líder. No será una batalla justa, estoy seguro de que jugara sucio pero no puedo dejar que perturben más la paz.

Mikey suspiró mientras abrazaba al azabache por detrás, dejando que su barbilla se recargara en el hombro del menor.

- Gracias por todo tu esfuerzo, por mantenernos a salvo. Estamos aquí para ti, puedes usarnos como te plazca, no vamos a desperdiciar todo lo que has hecho por nosotros. – beso el cuello de Takemichi con cariño – Estaremos contigo hasta el final.

Takemichi sonrió ligeramente ante el gesto y decidió quedarse callado disfrutando de calidez de Mikey. Jamás pensó que la persona que era más fría y necesitaba ser salvada ahora le ayudará a mantener los pies sobre la tierra además que le diera un poco de calidez que había perdido en todo ese tiempo, su frío corazón se entibiaba cada vez que estaba con Mikey o los demás, incluso Kisaki llenaba ese lugar con su presencia. Puede que todos los que le servían con lealtad estuvieran pagando sus pecados pero aun así los salvaría, no dejaría que ninguno de ellos muriera y es por eso que llevaría a cabo su plan. Tal vez después de acabar con este problema pudiera descansar después de mucho tiempo. 

Adiós HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora