Capítulo 10

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Eran aproximadamente las 8 de la noche cuando Keisuke se encontraba abriendo la puerta principal de su casa.

-Buenas noches Baji-sama.- Se escuchó decir a una chica del personal de aseo la cual lo recibió tomando las cosas que Baji cargaba. - ¿Gusta que le lleve la cena a su habitación? .- Cuestiono mientras seguía al pelinegro.

-Cenaremos en el comedor como de costumbre.- Respondió Baji.

-Oh bueno, querrá decir "cenaré", Hanemiya-sama aun no vuelve.- Continuó la chica, colgando el saco dado por el pelinegro.

Kei se detuvo en seco al escuchar aquel comentario, ¿Se quedará en casa de sus padres? ¿Pero por qué no me avisó? Se cuestionaba el pelinegro mentalmente.

-¿Llamó para avisar de su ausencia?.- Preguntó Baji

-No señor, creí que usted ya lo sabría.- Respondió la chica.

-Ya veo, aun no sirvas la cena, le llamare para preguntar.- Finalizó Kei mientras subía las escaleras para dirigirse a su habitación.

Una vez dentro tomó su celular y llamó a Kazutora.

Keisuke esperó en la línea por varios segundos, la llamada estaba a punto de mandar a buzón cuando por fin se escuchó la voz del doncel del otro lado.

-¿Por qué no has regresado? .- Cuestionó Baji una vez que Kazutora contestó.

-Hola mi amor, estoy bien ¿tú cómo estás? .- Respondió Tora con sarcasmo.

-¿Dónde estás? .- Continuo Kei, estaba realmente molesto, la visita de su madre no le sentó nada bien y llegar a su casa y que su esposo aun no regresara y ni siquiera le avisó. Esa fue la gota que derramó el vaso. Últimamente salía mucho y regresaba bastante tarde.

-¿Quieres calmarte por favor?.- Respondió el doncel.- Salí por un trago con unas amigas, imaginé que tenías mucho trabajo y por eso no te avise, no quería interrumpir.- Finalizó ya en un tono molesto y rodando los ojos, aunque eso último no pudo verlo el pelinegro.

-¿Dónde están? Voy a ir por ti .- Preguntó Keisuke caminando hacia su closet.

-Oh, no es necesario querido, me quedaré a dormir en casa de una de ellas, nos vemos mañana. Besos.- Y con esto Kazutora colgó la llamada sin darle oportunidad a su esposo de responder algo.

Baji se quedó pasmado unos segundos, ahora estaba el doble de molesto. Regresó a su cama y se sentó en la orilla de está, mirando hacia la nada con su cabeza totalmente en blanco.

Repentinamente apareció una imagen por su cabeza, la imagen de unos grandes ojos verdes, un hermoso cabello rubio y una sonrisa perfecta. Sacudió su cabeza para salir de su trance, analizó lo que acababa de imaginar y como si de magia se tratara la molestia guardada en su ser comenzó a desaparecer y a la vez su cuerpo comenzó a relajarse.

En su rostro apareció una pequeña sonrisa y a su vez Baji tomaba su celular para llamar de nuevo, pero esta vez al dueño de aquel rostro que segundos antes había ayudado a despejar su mente.

-Diga.- Se escuchó la voz tranquila de Chifuyu.

-Chifuyu...- Fue lo único que pudo pronunciar Kei, pues se había quedado helado al escuchar al rubio. La llamada se quedó en silencio un tiempo hasta que Chifuyu volvió a hablar.

-Baji-san ¿Está todo bien? ¿Ocurre algo? .- Cuestionó el rubio un poco preocupado. Le parecía demasiado extraño que su jefe lo llamara a esas horas y además se quedara callado después de que le contestara el teléfono.

-Estaré en tu casa en 40 minutos, iremos a cenar .- Contestó rápidamente el pelinegro e inmediatamente colgó.

Como era de esperarse Chifuyu se quedó helado, ¿Había escuchado bien?.

D E S P U E S  D E  L A  T O R M E N T ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora