-Buenos días.- Saludó Baji a Yuzuha , su secretaria.
-Buenos días Baji-san.- Respondió amablemente la chica. -Le recuerdo que hoy tiene una junta a las 12:30.- Dijo Yu mientras le entregaba una carpeta llena de documentos.
Keisuke le agradeció y se dirigió a su oficina. Una vez dentro cerró la puerta y soltó un gran suspiro, tenía muchas cosas en su cabeza y se seguían acumulando.
Por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en aquel rubio, su rostro aunque con una expresión no tan agradable se veía bastante lindo.
Se sentó en su escritorio y sacudió su cabeza en forma de negación para deshacerse de ese absurdo pensamiento. Sin embargo, algo que no podía borrar era la culpa que sentía por hacer que despidieran a ese pobre chico.
Sin pensarlo dos veces tomó su celular y buscó en sus contactos el número de Mikey. Esperó unos cuantos segundos, hasta que la llamada se conectó.
-¿Bueno? .- Se escuchó decir a Mikey.
-Hola Mikey, ¿Cómo estás? .- Respondió Baji.
-Estaría mejor si no hubieras interrumpido mi sueño.- Confesó Mikey soltando un bostezo.
-No puedo creer que sigas durmiendo a esta hora, pero como sea, lo siento por despertarte, necesito que me ayudes con algo.- Soltó Kei mientras tecleaba cosas en su portátil.
-Claro, ¿Qué tengo que hacer?
-¿Recuerdas lo sucedido ayer? .- Preguntó Baji en un tono serio.
-Como no recordarlo, realmente lo jodiste todo, pobre mesero te odiara el resto de su vida.- Respondió Mikey mientras se reía.
-Callate, justo sobre eso es el favor que quiero que me hagas. Necesito que vayas a la cafetería y busques información que nos ayude a encontrar a ese chico, quiero disculparme personalmente.- Mencionó de la forma más relajada que pudo.
-Vaya, vaya, ahora la culpa te carcome ¿Cierto? .- Siguió Mikey de forma burlona.- Está bien, lo haré, más tarde te informaré lo que consiga.
Eran aproximadamente las 2:00 pm y un agotado ojiverde se encontraba sentado en la banca de un parque tomándose un respiro. Había estado varias horas caminando sin parar en busca de un empleo, sin mucha suerte.
Tenía que regresar pronto a casa, no quería dejar a Haru con los Hanagaki mucho tiempo, ellos también merecían un descanso, sobretodo Hina, sabía que ella tenía largas jornadas laborales en el hospital como practicante; y Takemichi también solía doblar turnos en la tienda de discos donde estaba.
Sin embargo no había conseguido nada y no quería rendirse tan pronto. Era demasiado difícil conseguir un empleo con el nivel de escolaridad que tenía, pues ni siquiera había terminado la prepa. Además mencionar que tenía un hijo era otro factor que le jugaba en contra.
Maldijo con todas sus fuerzas al idiota que provocó que lo despidieran, si no hubiera sido por su estupida actitud arrogante, no se encontraria en esa situacion. Entendía que había sido descuidado y provocó un desastre, pero no creía que fuera para tanto, ni siquiera dejó que le explicara y hasta lo había lastimado físicamente.
Se prometió que si lo volvía a ver, le rompería la cara a golpes. Lo recordaba perfectamente, alto y una cabellera larga en color negro que lo hacia lucir bastante apuesto.
Se cacheteo mentalmente por haber tenido aquel pensamiento, debía estarse volviendo loco.
Estaba pensando seriamente en regresar a la cafetería y suplicar para que lo volvieran a contratar. No le importaba tener que humillarse con tal de poder seguir brindándole un techo y alimento a Haru.
Sin duda eso es lo que haría, se presentará mañana a primera hora para evitar que haya muchos clientes.
Por ahora regresaría a casa y disfrutaría el resto del día con su pequeño.
-Lamento molestarlo, pero me urge que me ayude con algo.- Dijo Mikey sentandose frente al gerente de la cafetería. Pues tal como se lo había pedido Keisuke, estaba ahí para obtener la información del rubio.- Necesito que me brinde la información que tenga a la mano sobre el mesero de ojos verdes que despidió ayer.
-¿Sobre ese inutil? ¿Por qué usted querría algo así? .- Preguntó el gerente indiferente.
Mikey solo se limitó a observar con mala cara, le molestaba un poco que se expresara así de sus trabajadores. El gerente también lo observó y de repente su expresión cambió a una de sorpresa.
-Espera... tú estuviste involucrado en el incidente de ayer ¿verdad?
-Es correcto, así que le pido que no cuestione las razones del porque quiero la información, limítese a dármela, de todas formas el ya no trabaja aquí no tendría que haber problema, ¿cierto? .- Respondió el rubio en un tono amenazante.
El gerente lo miró mal unos segundos y después se dirigió hacia un archivador donde tenía los expedientes de sus trabajadores.
Buscó por orden alfabético la letra M y cuando dio con la carpeta correspondiente la sacó, luego se sentó en su escritorio y comenzó a hojear los documentos contenidos ahí.
-Debo aclarar que no me haré responsable de lo que tu vayas a hacer con esta información, me vale un comino lo que hagas con ese idiota, pero a mi no me metas en problemas.- Dijo retante.
Mikey solo le regaló otra mirada de desagrado y después comentó.
-Quiero nombre, dirección y teléfono.
-Vas enserio ¿eh? .- Agregó el gerente mientras soltaba una risa burlona.- ¿No tuvieron suficiente con dejarlo sangrando ayer?
Él realmente creía que Mikey quería la información para hacerle algo malo al ojiverde. Mikey se estaba molestando en serio, pero trato de guardar la calma para evitar meterse en problemas, así que se limitó a ignorar ese estupido comentario.
El contrario notó eso y se limitó a brindarle lo que buscaba.
-Matsuno Chifuyu, 8-6-25 Kotobuki - Ku 107, (045) 1234-5810.- Comentó mientras anotaba los datos en un pedazo de papel y seguido se lo entregaba a Mikey.
El rubio arrebató el papel y salió de la oficina sin decir nada más.
Una vez fuera se montó en su motocicleta y regresó a casa para con calma externarle la información a Baji justo como había prometido.
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D E S P U E S D E L A T O R M E N T A
Fiksi Penggemar¡Por favor, tienes que creerme! ¡No te vayas! - gritó con las pocas fuerzas que le quedaban- ... Dolía como nunca había dolido. Tenía miedo, no sabía qué hacer...