𝐒 | ❝ déjame ir ,Peter, estaremos bien❞
susurró ella con un hilo de voz,
y soltó su mano.
Donde el amor de Amy y Peter era tan poderoso, que incluso la estrella más fuerte del universo podría ser vencida por ellos. Un impe...
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Eran las 3:45 de la madrugada y Amy no podía dormir, estaba en su habitación, se sentía tan cansada, pero no lograba conciliar el sueño, tantas cosas que se mantenían en su cabeza... no pudo alejar los pensamientos durante tantas horas. Como si los recuerdos estuviesen atascados en reversa.
Mientras, Peter dormía acurrucado en el sofá, justo como había acordado días atrás con Amy. Tenía una manta cubriendo su cuerpo, cubriéndolo de la fría noche.
De pronto, Peter sintió un movimiento a su lado. Despertó y ella estaba sentada junto a él. Sonrió y ella sonrió de vuelta.
—¿Estás bien?— preguntó Peter con la voz ronca y los ojos entrecerrados por el sueño.
Amy se quedó callada.
—Hey, qué pasa?— preguntó preocupado.
—He pensado que... es tiempo volver a casa, quiero v-olver— soltó con la mirada perdida.
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Los extraño... amo esta ciudad pero también quiero ir a Finchley.
Peter se sentó para quedar a su altura y la abrazó, ella se recargó sobre el cuerpo de él.
—También los extraño— suspiró él.
—Sé que es difícil para ti también, ¿tú quieres volver?— Amy lo miró.
—Si, cuando tú te sientas lista.
Hubo un silencio confortador.
—No has dormido, ¿cierto?—agregó Peter.
Amy negó con la cabeza.
—Me gustaría que duermas conmigo... ya sabes, cómo pasaba cuando estábamos juntos y tenía pesadillas... o cuando no podía dormir— confesó Amy.
Al chico le sorprendió lo que dijo, pero simplemente asintió.
—Nunca dormirás sola, solo dime cuando lo necesites y ahí estaré, lo sabes— le dió una mirada tranquilizadora.
Amy suspiró.
—También estaré aquí para ti cuando necesites algo... bueno, estaremos— miró su vientre.
Ambos sonrieron.
Se dirigieron a la habitación de Amy y comenzaron a platicar sobre varias cosas de las que necesitaban hablar.
