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8."Conquistando bombas"

Narra Kirishima

Sentí los suaves labios de Bakugou posarse sobre los míos en un movimiento que no duró más de 10 segundos, realmente aún no se como sentirme respecto a todo lo que he estado viviendo con Bakugou durante los últimos días, pero empiezo a sentir que si le gusto lo suficiente como para que lo exprese frente a mi mejores amigas, y eso me hace sentir muy bien.

Lo vi marcharse lentamente hacía el pasillo, con su caminata que como siempre desbordaba varonilidad y porte, me encantaba verlo caminar, se veía seguro de sí mismo y me encantaba como era que lo hacía, como era que siempre se veía tan bien. No podía cambiar ningún momento que he vivido con el por nada en el mundo, porque hasta el simple hecho de comer en su regazo, de sonrojarme con sus palabras o incluso de recostarme a su lado a escuchar musica con él mientras me cuenta lo que siente y se comporta de una forma que solo hace conmigo.

—¿Qué esta pasando Kiri? — habló por fin Mina para romper el silencio algo confundida por la escena que acababa de presenciar junto a Jirou.

Mis amigas me miraron durante unos segundos, no sabía por dónde podía comenzar a contarles, o siquiera si podía contarles todo, así que a pesar de no tener mucho éxito ordenando mis ideas decidí comenzar a hablar.

— Ni yo se porque no me dice nada — contesté con firmeza, no era la respuesta que ellas querían, pero era la que podía darles. Al ver la confusión en sus rostros decidí seguir— es decir, es extraño porque primero parece frió y distante, luego me habla y hace cosas lindas, luego se aleja, luego me besa y más y después huye a la mitad de la noche y ahhhh — al notar que había hablado de más estiré una de mis manos lo suficiente como para poder tener acceso a un cojín de color negro que se encontraba en mi cama para poder posarlo sobre mi rostro sonrojado por las palabras que se me habían escapado.

Esperaba que el universo escuchara mis plegarias ante aquello y las chicas no se percataran de lo que había dicho, se podía interpretar de muchas maneras distintas, y en cualquiera tendrían razón.

—¿Cómo que te besa y más? — por fin dijo mi amiga de cabello morado mientras se acercaba al lugar donde yo permanecía con la almohada sobre mi cara — ¿O sea que si paso lo que creemos y por eso es la pastilla? — añadió mientras sentía como me picaba el brazo con uno de sus earphones.

—Kiri, ¿Por qué no nos contaste? ¿Es por eso que llorabas, te lastimo o algo? — preguntó mi mejor amiga mientras se acercaba para quitar la almohada que cubría mi rostro y me miraba fijamente a los ojos.

El ardor en mi cara se intensificó y una corriente eléctrica recorrió toda mi columna vertebral, mis ojos se cristalizaron y se erizo mi piel al recordar todas las emociones que Katsuki me había provocado la noche anterior, desde aquellas pequeñas con sus suspiros en mi cuello y el rose de sus dedos por mi piel hasta las que eran inexplicables como sentir su lengua recorrerme por lugares donde ni el sol me tocaba o cuando se adentraba en mi interior como nunca nadie lo había hecho mientras besaba mis labios.

—N-No, t-todo lo contrario

—¿Entonces por qué lloras?

—No estoy llorando — suspire después de que salieran de mi boca aquellas palabras salieran

—¿Y por qué no nos contaste? — preguntó Kyouka mientras se acercaba a limpiar una lagrima silencio que resbaló por una de mis mejillas — Si te hizo sentir bien, ¿por qué llorabas en el almuerzo?

No sabía cómo hablar de esto con ellas, eran mis mejores amigas, Mina es mi amiga desde que éramos niñas pero aún así no se como decirle porque es que me siento así.