Desde que llegaste...

Capitulo 5

No sabia como reaccionar, sentía pequeñas punzadas en el estomago y mi respiración agitarse de nuevo... por instinto voltee esperando a que aquel erizo acelerara o se quedara atrás ... pero no lo hizo por que aun seguía al lado del coche. Comencé a sentirme nerviosa por que era demasiada coincidencia que me volviera a encontrar con este extraño erizo.

En mi mente comenzaron a surgir las cosas que pase con ese erizo hace unos cuantos minutos, empecé a recordar como me tomo en sus brazos para no caerme, como fue que se arrodillo y me dijo que me limpiara mis heridas... en como su presencia logro inquietar mi alma. Sin duda nunca había sentido ese tipo de emoción nunca había sentido mi pecho dolerme por los nervios, sentía los pensamientos rebotar de un lado a otro dentro de mi cabeza hasta que me percate de como aquel erizo pelinegro ya no se encontraba al lado del carro y en su lugar se encontraba mi casa... ya habíamos llegado.

-Listo Amy sana y salva-

-Muchas gracias por traerme Silver creo que no hubiera sido buena idead venir caminando-

El ambiente se encontraba aun peor, empezó a llover y el viento quemaba la piel por lo frío que estaba.

-No tienes nada que agradecerme Amy será mejor que entres de una vez ya estuviste expuesta demasiado tiempo, te vas a resfriar-

Le di una sonrisa a Silver, tome mi bolso y acomode mi vestido para que no se alzara al momento de levantarme hasta que sentí como me tomo de una forma delicada el erizo que se encontraba a mi lado.

 -Déjame ayudarte Amy-

Silver bajo y se apresuro para abrirme la puerta, el me dio su mano para ayudarme a bajar y me acompaño hasta la entrada de mi casa, sus orbes color miel me observaban con detenimiento la chaqueta que traía puesta. Lo nervios me jugaron mal y mi cuerpo empezó a temblar involuntariamente.

-Gracias por traerme Silver hasta luego-

Me solté del brazo de Silver y empecé a buscar las llaves de mi casa desesperadamente sin éxito.

-Ahora me puedes decir que fue lo que te paso hace rato?-

-No se de que me hablas-

Finalmente encontré mis llaves y rápidamente abrí la puerta de mi casa, estaba a punto de entrar pero sentí como Silver me tomo de los hombros frenándome en seco-

-Amy somos amigos desde hace mucho eres como mi hermana menor y se que me estas ocultando algo-

-Lo- lo siento Silver es solo que no se si este sea el momento adecuado para contarte lo que paso-

-Esta bien, sabes que siempre estaré para ti-

 -Te lo agradezco mucho Silver mañana te miro cuando vaya al hospital, ya es tarde y debes regresar con los chicos-

Pov Amy

Silver se fue y por fin después de un largo día ya me encontraba dentro de mi casa así que lo primero que hice fue ir directamente hacia a mi habitación para tomar una ducha rápida y por fin poder dormir. Cuando llegue a mi habitación me senté en la cama y comencé a quitarme los zapatos y seguido de eso me quite la chaqueta que me había dado aquel erizo peli verde... o bueno mas bien dicho que le habían mandado para mi.

La olí y ese fuerte olor a colonia hacia mi corazón latir rápidamente hasta que vi como del bolsillo de la chaqueta cayo un pequeño pedazo de papel.

Dudosa lo recogí y sentí mis mejillas arder al leer el contenido de esa carta...

Nunca había visto a una mujer tan hermosa como tu...te doy esto para que dejes de llorar y te sigas viendo mas bella de lo que eres.

P. D. Pronto me presentare contigo para seguir admirando tu belleza.

Oh dios mío ¿En que me metí? Las dudas comenzaron a surgir al recordar como aquel erizo peli verde me mando esa chaqueta, hasta que recordé el sobre que me había dado junto con la prenda. 

Rápidamente tome mi bolso y saque ese sobre amarillo que me había dado Scourge... al abrirlo el miedo se apodero de mi al ver como dentro de este se encontraban varios billetes de 500 dólares. Esto era demasiado, empecé a sentir nervios, miedo literalmente de todo por todas mis dudas al pensar que me había metido en problemas por haber aceptado ayuda de un par de extraños que claramente y sin dudas se que son peligrosos.

...

Después de un rato salí de la ducha y al cabo de unos minutos ya me encontraba en mi cama cobijada mientras que la sensación de nervios nunca dejo de aquejarme.

-Creo que ese dinero lo depositare en mi cuenta ahí estará mas seguro... vaya este fue un "gran día"-

Al día siguiente

Abrí mis ojos lentamente y pude sentir el calor las cobijas abrazar mi piel, inmediatamente me descobije y me levante para buscar la ropa que usaría el día de hoy, pero al instante sentí como la cabeza me dolía y la garganta me molestaba, me mire en el espejo del tocador y mire que mi cara estaba pálida y mis ojos estaban ojerosos me sentía débil y sin ganas de hacer nada. Sabía que esto me iba a pasar, pase mucho tiempo en el frio y ya estaba cobrando efecto.

Me dirigí hacia mi armario y saqué un pantalón, un suéter calientito color gris y una chaqueta negra. Tomé mis botas del mismo color y después de 15 minutos ya estaba vestida con mi pelo recogido con mis guantes puestos y mi bolso listos, tomé mis llaves y salí de mi casa rumbo a la farmacia para comprar algo que me quitara este malestar que ya no aguantaba.

...

El día paso bastante rápido, después de ir a la farmacia pase toda la mañana y parte de la tarde con Rouge en su casa. Ya habían dado las 7:00 pm y el malestar que sentía desde la mañana nunca me dejo de aquejar.

Me despedí de mi mejor amiga y me dirigí hacia el centro para ir al supermercado a comprar algunas cosas que me faltaban.

Ya me encontraba adentro del centro del comercial después de tener casi todo lo que necesitaba en el carrito me dirigí al pasillo de golosinas y me decidí por echar unas cuantas por que lo único que quería hacer llegando a mi casa era acostarme en el sofá y ver películas.

Pero tuve un pequeño problema por que quería una caja de chocolates que se encontraba demasiado arriba y no podía alcanzar, me puse de puntillas y estire mi brazo para poder alcanzarlos hasta que vi como una mano mucho mas grande que la mía logro tomar los chocolates sin problemas.

_: ¿Querías esto?

-Eres tu... 

Continuara...