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Toni estaba dando vueltas en su habitación.

No quería las manos de Cheryl sobre su cuerpo. Solo quería las de Betty.

Cheryl se había ido temprano, después de haber amenazado a su esposa. Ahora solo quedaba una hora para que llegara y la pelirosa no había hecho más que caminar en su habitación.

¿Por qué le hacía aquello? ¡Justo ahora quería tenerla después de años de haberla cambiado por zorras!

Miró el reloj y faltaban exactamente cuarenta minutos para las once.

Toni chasqueó los dedos.

La pelirroja quería una marioneta ¿no? Una que solo la recibiera pero que no fuera un problema con los sentimientos, así que ¿qué sería lo peor para una mujer así?

Toni río y caminó hasta su clóset para tomar un pantalón de cuero y una camisa con la espalda transparente. Betty había halagado su espalda la penúltima vez. Se dirigió a la ducha y se quitó todo.

Se baño, se colocó aceite después de secarse, se arregló lo suficientemente decente y sexy para los ojos de Cheryl recordándose que para aquella chica solo era un trofeo que mostrar con ego y orgullo.

Cuando el reloj marcó las once y la puerta de la entrada se abrió, Toni saltó a la cama y se acomodó en medio de esta, esperando que su cabello tuviera las ondas y el despeinado necesario para causar la imagen que quería.

En el momento que la puerta se abrió, la pelirosa se lamió los labios y sonrió divertida.

-Que bueno que volviste, estaba esperándote.

Cheryl posó los ojos sobre su esposa y constantemente, tuvo que aceptar que su garganta se secó como un jodido desierto. Piernas torneadas, aquella camisa que acariciaba su pecho, sin sostén. Y estaba empezando a sentirse húmeda.

-¿Esperándome? - elevó una ceja mientras se quitaba su blazer.

-Solo a ti bebé - Toni río divertida, alejándose de la cama para acercarse a ella. - Por lo que veo estás un poco ansiosa. - llevó una mano a su pecho.

Cheryl la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. Sus labios se pegaron más rápido de lo que Toni quiso aceptar y los brazos fueron a su cuello. Dio un salto y sorprendentemente la pelirroja la sostuvo de los muslos para tirarla a la cama y colocarse sobre ella.

Soltó un jadeo cuando Cheryl rompió su camisa. Ella no estaba para ser dulce.

Sus labios atraparon su pezón, mordiendo, chupando y lamiendo.

-Joder... - Gimió Toni, arqueándose hacia su boca y enredando sus dedos en el cabello pelirrojo.

Cheryl mordió un poco más fuerte el pezón que tenía en su boca, se ubicó entre sus piernas y empezó a frotar sus centros, aún por encima de la ropa.

-Tu pantalón me molesta - gruñó antes de desprenderlo y sacarlo.

Fue entonces cuando Cheryl se dejó caer un poco por el momento.

Toni desnuda.

Toni en su cama jadeando con los ojos cerrados.

Toni deseándola.

Se quitó la ropa, lo necesitaba. Necesitaba sentirse dentro de la más baja, tan adentro que ésta lloraría de dolor, porque no merecía otra cosa.

Fue entonces cuando entró por primera vez al cuerpo de su esposa y un jadeo suave y manos recorriendo todo su pecho hizo a Cheryl enfurecerse. Enfurecerse por lo 'puta' que era y no exclusivamente por escuchar un 'Cheryl espera, es mi primera vez... duele'

Gruñó y la embistió lo más fuerte que pudo, sorpresivamente para Toni fue muy duro. La embistió otra vez tocando su punto sensible.

-Sí... Oh sí - gimió la pelirosa, clavando sus uñas en la espalda de la más alta. - Más... más rápido.

Gimió fuerte al sentir a la pelirroja lo suficientemente dentro para sentir su punto sensible. Las embestidas fueron más rápidas, sus labios mordiendo y marcando su piel.

La cama golpeó incontables veces la pared. Toni gemía alto, cuando el orgasmo la golpeó, decidió derribar un poco aquel ego.

-Betty... - gimió, más bien gritó, mientras se corría.

Cheryl solo apretó sus puños, Toni sonrió en medio del placer, eso solo era el inicio.

Mátame Lento // ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora