The boys who lied +21

Capítulo 1

GINGER

Unos fuertes brazos me tienen rodeada junto a él, así como todas las mañanas al despertar.

No se si lo hace de esa forma para que en la noche no pueda escaparme a algún lugar. Esta demasiado dormido, ronca y respira cerca de mi cuello y debo admitir que siento cosquillas. Quito con cuidado su brazo de mi vientre y con mucho cuidado y sin hacer ningún ruido salgo de la cama. Doy una última mirada a William que sigue tirado ahí en mi cama y salgo lentamente de la habitación.

Miau.

—¡Fluffly ! —di un salto del susto.

Casi me mata del susto.

Miau.

—Se que estas enojado porque no dormiste conmigo ayer en la noche —me mira atentamente — tú sabes que william y tú no se llevan bien y tú no quieres pelear con él, verdad?

Miau.

—Eso es.... un no?

Miau.

Fluffy se va directo hasta las escaleras y lo pierdo de vista. Me dirijo hacía el baño pero antes de que yo pueda abrir la puerta esta se abrió.

Frederick.

Se recargó en la puerta —me mira atentamente — sin ninguna expresión en su rostro. Traía puesto una toalla que le rodeaba en la cintura y se puede ver la "V" marcada ahí.

—¿Vas a quedarte ahí parada viéndome toda la mañana? — pregunta con tono burlón.

—Pues si sigues recargado ahí en la puerta y no me dejas pasar —hice un ademán de pensar — entonces sí, me quedaré ahí viéndote.

Tengo todo el día Frederick Evans.

—¿Puedes dejarme pasar? por favor.

Por fin se apartó y sin nada más que decir se fue directo a su habitación. Siempre amanece bien pero hoy amaneció peor.

No te engañes siempre amanece así con cara de odiar a todos.

Me giré hacía su dirección.

—¡Espera! —logré decir antes de que casi cerrara la puerta de su habitación. Volvió a abrir la puerta y frunció el ceño, me encamine rápidamente hacia a él y tuve que tirar mi cabeza hacia atrás para poderlo mirarlo.

Siempre me superan de tamaño, lo cual odio.

Sonreí y me puse de puntillas para poderle dar un beso.

—Buenos días para ti — nunca me decía buenos días y eso no quiera decir que yo tampoco lo haga.

Por primera vez hizo una pequeña sonrisa por la cual fue borrada al instante. Volví dirigirme al baño y cuando salí de bañar me encamine hasta mi habitación y por suerte William ya no estaba. Pero si dejo mis sábanas arrugadas.

¿Tanto le cuesta hacer la cama?

Idiota.

Pero para otras cosas si lo hace rápido.