Capítulo 11

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Ginger

La miré con odio y apreté mis puños, sentía que las uñas se me encajaban y me dolían.

Pero eso no me importó.

—No —respondí mirándola a los ojos, la estaba retando y ella pudo verlo —No iré.

—¿Me vas a desobedecer? —el tono de voz de mamá sonaba a burla —¿Sabes lo que les pasa a los hijos que desobedecen a sus madres?

—¡¿POR QUE MIERDA NO VAS Y LO HACES TÚ?! — grité —¿QUE NO LO ENTIENDES? ¡POR POCO ME TOCA SIN MÍ AUTORIZACIÓN Y TODO POR TU ESTUPID...

No termine de gritarle, por darme cuenta en la forma en que le hable y espere un golpe por su parte.... el cual no llegó.

Papá se puso en medio de nosotras dos y la puerta de la cocina se abrió, pude ver a William y Frederick salir, después le siguió Reese y Craig.

—No seas mentirosa, Ginger —señaló a William y a Frederick —Tus hermanos llegaron a tiempo.

—¡Mentiras! —sentía un nudo en la garganta —¿Ahora me dedico a eso?.

—Joven y hermosa, Ginger —me escaneo con la mirada —Vales mucho más que yo.

—Eso es demasiado cierto —le saque la vuelta a papá, para quedar otra vez frente a frente con mamá —¿Quién querría acostarse con una cincuentona cómo tú? —la miré con asco.

Su expresión cambió por completo y alzó su mano derecha. Por la fuerte cachetada que recibí, mi vista se nubló y pude notar que de mi nariz volvió a sangrar.

Pude ver que William reaccionó rápido y se dirigió directo hacia mi y antes de caer al piso el me envolvió en sus brazos.

La cabeza me volvió a doler y ese maldito recuerdo que ni siquiera llego a topar, volvió a aparecer.

—¡YA ES SUFICIENTE! —gritó papá —Wílliam, lleva a Ginger a su habitación —ordenó —Y ustedes tres a sus habitaciones.

William hizo caso a la orden y me llevó a mi habitación. Escuchaba a papá gritarle a mamá y ese recuerdo me hizo sentir más confundida.

William

Lleve a Ginger a su habitación y pensé que estaríamos solos, pero no. Los otros tres idiotas entraron a la habitación.

—¿Que mierda fue lo qué pasó ahí en la sala, Ginger? —Craig cuestionó.

—No se si naciste idiota o sordo —respondió Frederick.

—Si van a estar discutiendo lárguense de aquí de una vez —habló Ginger.

Miau.

Ahora el gato también estaba aquí.

Genial.

—Tuviste un ataque de furia —Reese sonaba de lo más tranquilo.

Los cuatro la miramos en espera de una respuesta —corrijo —los cinco la miramos y si incluyendo al gato.

—¿Y eso es normal en mi? —Ginger temblaba y no se si del miedo o de lo que acaba de pasar.

—En todos Ginger —hablé por primera vez— Yo los llego a tener muy a menudo.

—Y vaya que si —Craig hecho una risa, pero al ver que nadie se reía se detuvo.

Idiota.

—¿Hay algo malo en mi? —lágrimas caían de su rostro —Siento voces en mi cabeza y no logro entenderlas.

—¿Que voces? —Frederick cuestionó —Habla de una vez —odio cuando la presionan —¿Que son esas voces Ginger?

—¿Quieres dejar de presionarla? — apreté mi mandíbula —Déjenla descansar, pero déjenme a solas con ella, necesitamos hablar.

Ginger no decía nada.

Reese me miro con cara de "¿es enserio?" Y le sostuve la mirada, señalé la puerta con mi mano y al final salió. Frederick y Craig también lo siguieron, solo faltaba el gato pero Reese lo llamó desde las escaleras y vaya que se emocionó.

—William, solo déjame —se paro de la cama y fue directo a su baño. Tomo un rollo de papel y se empezó a limpiar la sangre en su nariz —Esa pelea hizo que perdiera todas las fuerzas.

Se tumbó a su cama y pude ver que su pecho le baja de arriba y abajo. Me crucé de brazos mirándola para ver si decía algo, pero al final lo hice yo.

—¿A donde fuiste hoy con Craig?

—¿Estás celoso, William? —escuche que soltó una pequeña risa.

¡Pues claro que estoy celoso! ¿Cómo puede pasar tiempo con Frederick y Reese? Y ahora Craig.

¡¿Y qué hay de mi?! se que a veces me comporto como un gran idiota, pero también soy divertido.

—Lo estoy —levantó su pulgar —¿No puedo estarlo Ginger?

—No debes estar celoso de tu propio hermano.

Ya no puedo más.

Me acerqué a su cama, la tome por los pies y eso pareció sorprenderle. Le abrí sus piernas y me metí entre ellas.

—Pero bien que te encanta correrte en mi, no?

—No —se apoyó entre sus codos y no apartó su mirada de la mía.

—¿No?

Alce su vestido y metí una de mis manos hasta su estómago, luego a sus pechos y odio cuando trae sostén.

—¿No gemiste mi nombre ayer, Ginger? —tome uno de sus pechos en mi mano y comencé hacerle círculos en el. Su pecho subía y bajaba —Sé que lo estás disfrutando.

Y yo también lo disfruto, ya quiero estar dentro de ella otra vez.

—Si no te encanta que te folle —hice una pausa —¿Por qué fuiste con Frederick el día que te deje con las ganas?

—Cállate, William.

—Cállame.

—Te odio.

—Y dale con "te odio" —deje de hacerle caricias y me separe un poco de ella. —Ginger, yo te amo.

—Tú no me amas William —sonrió con tristeza —Tienes una obsesión conmigo.

—Si te amo —suspire —Solo que no sé demostrarlo con palabras —O tal vez sí.

—No, no lo haces.

Tome su rostro con mi mano y acerque su boca con la mía y pensé que no me seguiría el beso, pero al final lo hizo.

Perdón si no demuestro lo mucho que te amo.

Me sorprendió al ver cómo bajaba el cierre de mi pantalón. Su mano se dirigió directo a mi bóxer y sacó mi miembro.

Comenzó a masajearlo, se relamió sus labios antes de metérselo a la boca. Poco a poco fue metiéndolo a su boca.

Los sonidos que salían de la garganta de Ginger eran música para mis oídos. Estoy a punto de venirme y lo haría en su boca.

Terminó de lamer y lo volvió a colocar en su lugar. Se pasó su mano limpiando el líquido sin apartar su mirada de mi.

Cariño escapemos juntos y vámonos lejos de aquí, de todos.

Sin pensarlo dos veces lo haría.

—Ya era hora de tu recompensa —una lágrima se le escapó.

—No llores —tome su rostro entre mis manos y le plante un beso.

Uno tierno.

Si la vida es correr el riesgo, yo me arriesgaría para escapar con ella.

The boys who lied +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora