Capítulo 1

517 25 0
                                    


La paz dentro del bosque Oeste se sentía a kilómetros a la redonda, su guardiana Elianne se había encargado de mantener ese paraje en completa tranquilidad tal como Aslan se lo había encomendado desde su llegada a esas tierras, no exactamente en su llegada, más bien cuando esta ya era una adulta capaz de razonar. Elianne era una hermosa joven de largo cabello castaño claro y ondulado, casi siempre adornado con algunas flores silvestres que sus amigos ponían sobre su cabello y una pequeña tiara de plata sobre su frente, con un pequeño dije en forma de alas en medio, ella era alta y delgada, sus labios eran gruesos y su nariz respingada, con algunas pecas sobre esta, poseía una mirada única, ojos tan claros como el día más despejado, a pesar de su apariencia delicada era una de las mujeres más fuertes y valientes que existían en toda Narnia, hábil con las espadas que habían sido entregadas a ella como presente por su gran valor, ya que había prometido a temprana edad cuidar de ese bello bosque con su vida y también al resto de la nación. Ese lugar era el único en toda Narnia que no había sufrido las inclemencias del eterno invierno impuesto por la Bruja blanca. El miedo dentro de ese bosque no era una opción, su gente vivía en paz.

Junto a su fiel y mejor amigo, Pietro. Un pequeño ruiseñor de hermosos y brillantes colores que solían cambiar según el clima revoloteaba a su alrededor cantando bellas melodías. El radiante sol de la mañana era ideal para una caminata por los alrededores, tenía que vigilar la zona para asegurarse de que ningún seguidor de la Bruja Blanca intentase cruzar sus dominios y dañar a las criaturas y árboles que se mantenían bajo su cuidado. Desde que había sido nombrada guardiana, había acabado con gran parte de los seguidores de Jadis, cada minotauro, enano, ogro e incluso lobos que cruzaba sus territorios eran aniquilados de inmediato, ella se encargaba de asesinarlos sin demora alguna.

— Bien, creo que todo por este lado esta perfecto. No hay señales de minotauros ni enanos por los alrededores. Será un día tranquilo. - Una sonrisa traviesa apareció en su rostro dejando ver un par de hoyuelos. – Creo que no volverán después del susto que les hicimos pasar la última vez ¿No crees? — Comenzó a reír de manera traviesa por todas las cosas que les había hecho.

—    Por supuesto. -Respondió el ave mientras reposaba sobre el hombro de su amiga. Picoteando una de sus orejas. – Pero si tenemos compañía Elianne.

— ¿Disculpa? Pietro mis sentidos son lo suficientemente agudos para percatarme de la presencia de cualquier criatura. -Dijo con total confianza. – Tengo un oído muy desarrollado.

— No tengo duda de que eres perspicaz mi querida niña, pero aún debes escuchar con atención. -Levantó la vista encontrándose con una imagen familiar, frente a ella se encontraba quien la había criado y enseñado todo lo que sabia, tanto historias y lecciones de modales. A trucos de batalla y lucha. Él era la razón de todos sus juramentos y promesas.

— ¡Aslan! -Corrió a toda prisa hasta quedar abrazada a ese enorme león de dorada melena. – Han pasado años.

— Lo se querida mía. Ha pasado tiempo, veo que el bosque Oeste sigue en paz.

— Como lo prometí majestad. -Se mantuvo abrazada a él, jalando con cariño algunos mechones de su melena. - ¿Puedo saber que te trae por aquí?

— Tengo una nueva misión para ti. -Respondió sin demora provocando que la joven doncella se apartara. - ¿Recuerdas la profecía que conté para ti cuando eras apenas una niña? -Ella asintió con un movimiento de cabeza, las historias que Aslan contaba para ella se mantenían en su memoria. – Los hijos de Adán y las hijas de Eva llegaran pronto, tendrás que venir conmigo a la mesa de piedra y luchar junto a ellos. Tú también eres parte de esa profecía.

— Pero Aslan, desde que llegue a Narnia jamás he salido de este bosque, lo más lejos que he ido es al claro del norte, yo... No creo ser capaz de ir más allá de estas tierras.

— Eres valiente Elianne, eres una guerrera brava y fuerte. Confía en tus capacidades, eres necesaria en esta guerra. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las crónicas de Narnia y la guerrera del bosque Oeste libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora