Capítulo 16

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Sus ojos se posaron un momento en Aslan quien comenzaba a apartarse lentamente de la multitud que celebraba y saludaba a los reyes y reinas. Juntos salieron un momento del castillo para caminar en dirección a la playa, el sol ocultándose tras el horizonte. Ambos se mantuvieron en silencio deteniéndose para ver el mar. Aslan resoplo viendo luego a Elianne.

— El bosque Oeste ya no necesita tu protección Elianne ¿Lo sabes? Ahora que la Bruja se ha ido ellos estarán a salvo. -Menciono este, ella tenia claro eso, pero aún así deseaba regresar. -Puedes quedarte aquí junto a Peter, note que ambos se llevan bastante bien. -Dijo aquello último con una sonrisa que ella imito. –

— Si, el...es encantador, pero. -Un suspiro salió sus labios, su vista giro hacia el castillo en donde Peter observaba atento. – Extraño mi hogar, quiero estar con mi familia Aslan, Peter va a entender eso. Lo extrañare a el también...

— Has crecido y madurado, recuerdo cuando llegaste a Narnia, cuando te encontré temblorosa en medio del bosque. Eras una niña curiosa y traviesa. -Los ojos de la joven se humedecieron ante los recuerdos que invadían su mente. - ¿Has pensado en volver a tu mundo?

— Algunas veces, pero no imagino mi vida estando con los humanos, he pasado tanto tiempo en Narnia, aquí todo es mágico. Es mi hogar. -La castaña llevo una mano hacia su melena dejando sutiles caricias en esta. - ¿Dónde iras ahora?

— Volveré a mi nación, ahora que hay paz. No soy necesario. Cuídate querida. -Aslan soplo hacia ella entregándole así un pequeño presente que ella descubriría con el tiempo.

El gran león emprendió su viaje, esperaba verlo pronto y tener la dicha de recibir nuevamente su sabiduría. Elianne observo un instante mas el atardecer antes de regresar al castillo en donde aún continuaba la celebración. Avanzó por el gran salón buscando a Peter, este le jalo de la mano haciéndola girar para quedar frente a ella, sentía su respiración chocar con su rostro. Sin pedir invitación comenzaron a bailar al ritmo de la suave melodía que sonaba en todo el salón. Aquella velada había finalizado con un suave beso entre ambos, un beso que ella recordaría por el resto de su vida.

Elianne estaba lista para partir, llevaba nuevamente su vestido azul con el que había llegado, sobre la cama estaba su espada misma que acomodo en su espalda, en su cintura colgaba su daga y su pequeña bolsa que había sido entregada por uno de los sirvientes del palacio, con suficiente fruta y provisiones para su largo viaje, Corian viajaría con ella, ambos se habían unido de una manera especial y única. Con sus dedos recorrió las sábanas de seda, extrañaría ese lugar y sobre todo a sus moradores.

— ¿Estas lista? -Pietro ingreso por la ventana posándose directo sobre su hombro.

— Si.

— Arriba ese ánimo Elianne, escuche que el Rey Peter tiene planeado visitarte dentro de unas semanas. -El rostro de la joven tomo un sutil color rojizo ante la idea de que el rubio visitara su hogar. – Andando, el camino es largo y no quiero volar tanto.

— No volaras nada, iras sobre mí. Te estas volviendo viejo Pietro.

— Eso es ofensivo. -Dijo el pequeño ruiseñor que salió volando por la ventana.

 -Dijo el pequeño ruiseñor que salió volando por la ventana

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Las crónicas de Narnia y la guerrera del bosque Oeste libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora