07| sin piedad.

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El lema de cobra kai es muy simple, ataca primero, ataca fuerte, sin piedad. Ese era un lema que se mantenía en la cabeza de Regan y que aún no era capaz de entender del todo, ¿a qué se refería con "sin piedad? un escalofrío recorrió su cuerpo y sacudió su cabeza, intentando dejar de pensar en eso.

Demetri y Eli habían ido con Miguel, Brandy y Aisha a cobra kai, el quería intentar tomar clases de karate para verse cool y un poco más rudo. Regan había evitado por completo el tema y había ignorado a Brandy, quién tenía últimamente una actitud bastante violenta y grosera.

Regan se encontraba en la iglesia, todo el lugar estaba vacío ya que el servicio había terminado, estaba sentado frente al piano, tocando las teclas sin sentido alguno, formando melodías desentonadas. No quería volver a casa y no porque no le gustara estar ahí, sino que las palabras de Brandy seguían en su mente.

su móvil vibró en el banquito del piano, ella lo tomó revisando los mensajes, uno era de Acacia y el otro de Robby.

robby: tengo buenas noticias:)

Regan: me hará bien
escuchar esas buenas
noticias:))

robby: tengo trabajo!

Regan: eso es increíble!!
¿dónde?

robby: Larusso autogroup

Regan asintió, haciendo un puchero divertido frente a la pantalla, estaba orgullosa de Robby, no era tonta, sabía que había dejado la escuela pero le ponía bien que consiguiera un buen trabajo, lejos de Trey y Cruz.

regan: quizás un día
pueda ir a visitarte

robby: eso me encantaría
¿dónde estás?

Regan: en la iglesia
¿por?

robby:¿quieres venir?
compré pizzas

Regan soltó una risita, mientras sus mejillas se ruborizaban.

Regan: estaré allá a
las siete

robby: nos vemos, mariposa

Regan: 💕

La pelirroja tomó sus partituras, su bolso, y caminó hacia el auto, que ya usaba con más frecuencia y que probablemente su mamá le regale en algún momento. Eso hasta que una voz masculina la hizo girar.

-¿No te habías ido, Reg?- preguntó la voz del pastor, quién también tomaba sus cosas para salir de la iglesia. Conocía al pastor desde que era muy pequeña.

-No, me quedé tocando el piano un rato más- respondió, guardando las partituras en su mochila- me gustó el sermón de hoy, pastor.

-Eso es bueno, es mi objetivo, más jóvenes que vean esto como algo genial y no algo aburrido- ella sonrió- tengo que irme también, cuídate mucho Regan.

-Igualmente.

El hombre volvió a interrumpirla, cuando iba bajando la escalinata de piedra, se giró hasta el hombre calvo, quién le señaló con el dedo.

DON'T BLAME ME; robby keene Donde viven las historias. Descúbrelo ahora