17| la desaparición de Regan.

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-Eso que quieres hacer es una total locura- dijo Regan, mientras Tory caminaba de lado a lado en la habitación de la pelirroja, Madison estaba sentado en la cama de Regan, ambos intercambiaron miradas- se que estás molesta.

-Estar molesta se queda corto- replicó ella, mientras su rostro redondo se ponía rojo- esa perra, quiere Miguel, quiere incluso a tu noviecito, a Keene.

-El ya no es mi novio.

Madison se cruzó brazos, mirando preocupado a Tory, quién había llamado a Regan para contarle la venganza que planeaba en contra de Larusso. El chico realmente entendía su enojo, pero no estaba de acuerdo con lo que la rubia-castaña quería hacer.

-Lo quería cuando lo era de todos modos, solo le gusta cuando tienen novia- apretó sus puños- tienes que ayudarme Regan, y Madison también, por favor, ya hablé con Mantarraya, se encargará de todo.

-Si claro, Mantarraya encargándose de algo- rió Madison, pero se calló al ver la expresión molesta de Tory- ya, lo siento. Mala broma.

Regan torció el labio hacia Madison.

-Tory es una locura, no puedes ir y golpearla porque besó a tu novio. Si puedes hacerlo, pero no en la escuela, es arriesgado y puede salir todo muy mal.

-Tiene que ser ahí, tengo que quitarle la máscara de niña buena que tiene. Todos sabrán lo zorra que es- exclamó en voz muy alta- deberías ayudarme,  ella quería lo tuyo también, eso le daría una lección.

Regan suspiró, sabiendo que no podía cambiar la opinión de Tory. La chica se sentó frente a la pelirroja, intentando convencerla.

-Si no ponemos a la perra en su sitio, ella nunca dejará de meterse con las cosas que nos pertenecen- se señaló- por favor, Regan. No puedes dejar que ella venga y te quite lo que es tuyo, porque es Samantha Larusso y cree que se lo merece.

Madison se puso de pie, para caminar por la habitación.

-Se que no puedo detenerte- dijo rendida- pero no voy a participar en eso, podrían abrirnos expediente, podrían arrestarnos, es algo muy delicado y lo siento, Tory... pero no voy a participar en eso.

Tory asintió, estaba molesta, pero no con Regan, supo al instante que si Regan no participaba, Madison tampoco lo haría.

-Tu no lo harás, pero yo si. La haré pagar por lo que hizo.

Regan y Madison se miraron, ambos con expresiones de preocupación, mientras que Tory pensaba y armaba su plan. Regan no sabía cómo dormir con esa información, no sabía que esperar el lunes en clases y de pronto, temio.

[...]

El primer día de clases, Regan bajó de su auto, llevaba su típica falda a cuadros a la cintura, su sweater negro, medias transparentes con estampado de estrellas, que Madison le había regalado y sus zapatillas bajas. Arregló su mochila y por primera vez, todos la miraron al pasar.

Se había ganado una reputación al estar en cobra kai, por lo que al pasar por los pasillos llenos de gente, ellos se movían a los lados, para dejarle el camino despejado, ella continuó caminando, con los rizos cobrizos perfectamente repartidos por su espalda, con la barbilla en alto, destilando elegancia y ahora, un matiz agresivo, que contrastaba con aquella imagen.

Regan no sabía que Robby iba a volver a la escuela ese día, no sabía tampoco que Samantha se encontraba  con remordimiento por haber besado a Miguel, no sabía que en lugares distintos de la escuela, pasaban mil cosas.

Escuchó un inconfundible acento británico, Acacia llamó su nombre y ella corrió por todo el pasillo, hasta abrazarla fuertemente, cerrando sus ojos al encontrarse envuelta, en la fragancia de flores de su amiga.

DON'T BLAME ME; robby keene Donde viven las historias. Descúbrelo ahora