El enorme charco de lodo.

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25/04/2010

- ¡Riki! -

Ese día no levanté la mirada como cada que Sunghoon iba por mí a la escuela, aunque mantenía una brillante sonrisa en el rostro, tal vez me daba miedo que se sintiera mal... Al menos eso es lo que creo.

- ¿Cómo estuvo la escuela? –

Miré sus zapatos perfectamente lustrados, y entonces miré los míos repletos de lodo, mi sonrisa se borró lentamente.

-No te sientas mal, mamá no se molestará contigo, es sólo un poco de lodo. –

-Ayer se molestó. –

-Pero hoy no lo hará, porque le diremos que fue un accidente. –

Sunghoon siempre había sido el mejor hermano de todos los tiempos, solía cubrirme cuando jugaba hasta tarde, o cuando ensuciaba la ropa favorita de mamá. Es por eso que no pude evitar sonreír cuando saltó en uno de los enormes charcos que adornaban la calle, llenando sus impecables calcetas blancas de pequeñas manchas que muy probablemente molestarían a mamá.

Levanté la mirada por primera vez, dejando mi rostro libre del desordenado cabello que antes lo cubría, y entonces le dediqué la que yo sentía era la sonrisa más bonita que podía mostrar, incluso si faltaban algunos dientes en ella.

- Riki... –

¿Acaso no había sido una sonrisa bonita? Su sonrisa había desaparecido, y ahora tan solo me miraba desde aquel enorme charco.

- ¿Qué pasa? –

Apretó la correa de su mochila levemente y suspiró después de algunos segundos.

- El señor Bee ¿Le gustó su casa nueva? –

Asentí con rapidez, y supe que había notado mi emoción, porque volvió a sonreírme.

-Ayer estaba bastante triste porque mojaron la anterior, pero no te preocupes Sunghoon, yo lo defendí de quienes lo hicieron. Debiste haberlo visto, estaba muy feliz cuando le mostré la flor que encontramos esta mañana. –

- Debes llevarme a conocerlo algún día, Riki. Le construiremos una casa juntos. –

Su mano revolvió mi cabello levemente y recuerdo a la perfección como hablamos todo el camino sobre las hermosas flores que crecerían en el jardín de la escuela esa primavera.

Sunghoon siempre hablaba conmigo sobre los distintos tipos de flores que crecían en el jardín, se interesaba por los nombres de mis amigos, y también se aseguraba de que estuvieran bien todo el tiempo. Me llevaba a la escuela cada mañana, y siempre estaba a tiempo para regresar caminando juntos.

Sunghoon era mi héroe, porque siempre lograba que mamá no me regañara, hacía que los niños de mi clase me invitaran a jugar al balón, e incluso evitaba hablar de mis "marcas de guerrero", solía llamarlas así, aunque yo sabía que solo eran moretones que los otros niños causaban cuando defendía a mis amigos insectos.

Jamás le dije eso, porque pensé que si estaba tan emocionado por llamarlas de esa forma entonces yo estaba bien con eso.

Boys Will be BUGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora