El hada de las flores

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22/06/2012

- Es la tercera vez esta semana, Sunghoon. –

Mamá de nuevo lucía molesta, no estaba seguro de lo que eran las pequeñas hojas blancas que Sunghoon le entregaba, pero él decía que se trataba de notas que los profesores enviaban cuando estudiabas demasiado en clase. Tal vez por eso jamás comprendía por qué mamá lo regañaba tanto al verlas, tal vez no quería que Sunghoon pasara tanto tiempo leyendo, su vista podría dañarse.

- Lo siento, mamá. –

Él la miró serio, pero en ningún momento soltó mi mano, y yo no solté la pequeña cajita con lombrices que había encontrado en la entrada de casa.

- Creo que es momento de hablar con tu padre al respecto. –

Sus ojos se abrieron rápidamente, y después de mirarme de reojo se agachó a mi lado.

- ¿Por qué no le llevas eso a Mar? Estoy seguro de que estará feliz. –

Era la primera vez que me miraba desde que había pasado por mí a la escuela, su mejilla estaba más roja de lo normal, y parecía haber mordido sus labios, porque tenían pequeñas cortaditas al costado.

Quería preguntar, pero sus ojos parecían tan tranquilos que pensé que simplemente lo veía de esa forma porque era pequeño. Asentí con rapidez y solté su mano, corriendo inmediatamente al patio trasero.

- ¡Mar! –

Dejé mi mochila en el césped y me dejé caer junto a la hermosa margarita que Sunghoon había cultivado para mí.

- No lo vas a creer, pero el hada de las flores volvió. –

Dije mostrando la pequeña caja que llevaba en las manos.

- También dejó una nota, pero Sunghoon dijo que debía leerla después. Ya es después ¿cierto? –

Dejé la caja a mi lado y abrí la nota con emoción, era la segunda vez que el hada aparecía, así que supongo que era comprensible que mi corazón latiera con fuerza. Aclaré mi garganta levemente, y después de mirar a Mar por unos segundos comencé a leer.

- "Querido Riki. He visto la margarita que vive en tu jardín y es bastante bella, pensé que podría ser aún más bonita, así que conseguí algunas lombrices para que le ayuden a crecer. Ponlas en la tierra." –

Miré la caja emocionado, y acto seguido miré a Mar.

-Espera, Mar, hay más. "Sus nombres son R y S, cuídalas mucho y nunca las separes, ellas también cuidarán de ti y de tus hermosas flores". –

Arrugué la pequeña nota y abrí la caja sin poder esperar más, dentro había dos lombrices rosadas, no eran bonitas, pero para mí eran perfectas.

- ¿Qué hay en la caja, Riki? –

Sunghoon se inclinó a mi lado, mirando el interior con curiosidad.

-Mira Sunghoon, el hada de las flores me regaló dos lombrices. –

- ¿De verdad? –

Asentí rápidamente, y su sonrisa se volvió aún más brillante.

- Esta es S, y esta es R. –

- ¿Cómo lo sabes? –

Me miró curioso, y en ese momento pude notar las marcas de guerrero que adornaban su rostro.

- ¿Riki? –

No estoy seguro de cuánto tiempo estuve en silencio, pero decidí que, si él ignoraba las mías, entonces yo debía hacer lo mismo.

- Es muy obvio. –

Dije sonriendo, incluso si el tono violeta de su mejilla llamaba mi atención.

- Mira esta. –

Apunté a la más grande de ellas.

- Esta es S, porque es más grande que la otra, obviamente el hada sabe que tú eres mayor, por eso son S y R. –

- El hada es bastante observadora. –

Revolvió mi cabello mientras yo me limitaba a tomarlas con cuidado para poder llevarlas a su nuevo hogar.

El hada de las flores solía dejar regalos en la puerta cada que regresaba de la escuela, Sunghoon decía que era porque me quería mucho, y yo no podía evitar creerle.

Boys Will be BUGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora