¿Los superhéroes se enamoran?

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14/02/2015

- ¿Necesitas ayuda con eso? –

Sunghoon me miró de reojo, escondiendo su risa.

- Estoy bien, gracias. –

Realmente me pregunto cómo lucía, porque todos me miraban por la calle, ¿Tan extraño era llevar una maceta a la escuela?

- ¿Me dirás para quién es? –

Pero negué, porque sabía que, a pesar de ser el mejor hermano de todos, Sunghoon se molestaría si se enteraba, probablemente debí haberlo pensado mejor, pero me hacía tanta ilusión ver los ojitos de Sunoo iluminados que realmente no pensé en todo lo que una flor podría causar.

- Dijiste que no tenías novia, pero te empeñaste en cuidar esa flor los últimos meses. –

- Es para el Sr. Lee. –

Sunghoon sonrió, pero yo sabía que no me había creído, porque sus ojos continuaban mirándome de vez en cuando, y su sonrisa no desapareció de su rostro.

- ¿En qué momento creciste tanto? –

Revolvió mi cabello como ya era costumbre, y no dijo más en todo lo que restó de camino.

Ese día el señor Lee dijo que lucía sorpresivamente feliz, y puede que fuera verdad, porque por primera vez me sentía feliz. Por primera vez no me importó que los chicos de mi clase se rieran de las flores, y tampoco me importó que las chicas patearan mi mochila como cada mañana, ese día fue distinto, distinto en todos los sentidos.

- Riki ¿Hoy no irás al jardín? –

Negué con rapidez, y el señor Lee sonrió, con una de esas sonrisas que aún no lograba descifrar.

El día anterior le había pedido a Sunoo que pasara a mi clase para poder ir juntos al jardín, y mi corazón estaba tan agitado por ello que pensé que saldría de mi pecho en cualquier momento.

- ¿Para quién es eso? –

La chica acercó su mano para poder tocarla, y yo me limité a mover la pequeña maceta lejos de ella.

- Para alguien. –

- Hoy es un día muy especial, no le regalas cosas a alguien si no es especial. –

- Pero ¿Quién podría ser especial para ti? –

Ahí estaba de nuevo esa mirada acusatoria, la que siempre me daban cuando algo de mi les molestaba... Es decir, todo el tiempo.

- Eso no les incumbe. –

- Pero yo sé para quién es. –

Abracé la maceta con algo de fuerza, evitando hacer caso a todo lo que decían.

- ¿No es para el chico mayor que está en el jardín después de clases? –

- A mí me parece lindo. –

Dijo la chica a mi lado, y mis ojos la miraron de reojo, notando sus mejillas sonrojadas, eran lindas, pero ¿por qué no me hacían sentir bien al verla?

- A mí me parece que es una niña. –

- No es una niña. –

Dije molesto, levantando mi rostro para poder mirarlo a los ojos.

- Solo a las niñas les gusta el rosa, además, él usa suéteres feos y se pinta los labios. –

- Eso no lo hace una niña. –

- Dices eso porque te gusta. –

Mis manos apretaron la maceta con fuerza, y sentí mi rostro calentarse.

- ¿Te gusta el amigo de tu hermano? –

Me quedé en silencio por algunos segundos ¿Me gustaba Sunoo? Me sentía bien cuando estaba con él, y siempre me apuraba a terminar los trabajos para poder salir a verlo ¿Hacías eso cuando te gustaba alguien? No estoy seguro de cuánto tiempo pasó, pero para cuando pude reaccionar aquel chico estaba riendo frente a mí.

- A tu hermano debe darle vergüenza, a Riki le gusta otro niño, eres una mariquita. –

Bajé la vista apenado, no por sus gritos, y mucho menos por sus palabras, sino por las miradas que todos alrededor me daban.

- No lo soy. –

Respondí molesto.

- Si no te gusta, entonces tampoco necesitas esto. –

Su mano tomó la flor con fuerza, arrancándola sin pensarlo demasiado. La violencia nunca era la solución, pero cuando su pie la pisó algo dentro de mí se sintió roto. Y cuando el rostro de Sunoo apareció detrás de ese chico, no pude evitar sentir molestia.

El señor Lee había salido de la sala de profesores, pero no me importó demasiado, porque dejé caer la maceta y me puse de pie con rapidez, apreté mis labios, y dejé que mis manos lo empujaran con la mayor fuerza que mi delgado cuerpo pudo conseguir.

- ¡Riki! –

Miré a Sunghoon con los ojos llorosos, y a su lado pude ver el rostro sorprendido de Sunoo.

Ese día, después de ver al director, me di cuenta de que tal vez ese chico no estaba tan equivocado.

Y entonces me pregunté si a los superhéroes podían gustarles otros superhéroes, porque a mi me gustaba Sunoo, me gustaba su cabello decolorado y sus labios rosados, sus suéteres coloridos y su olor dulce...

Y estaba dispuesto a golpear a cualquiera que dijera cosas que pudieran lastimarlo.

Boys Will be BUGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora