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El día de nuestros alfas sinceramente había sido totalmente agotador. Parecía como si todos los criminales de la ciudad se hubiesen puesto de acuerdo para atracar y secuestrar todos en simultáneo.
Para el Superintendente y Comisario fue atender un caso tras otro, sin parar ni descansar. Muchos de sus agentes apenas si podían caminar arrastrando los pies por el cansancio. Agradecían que su novio tenía día de descanso.
V.- Jaaack vamos a casa ya, me duele toda la espalda-. Rabio como un pequeño. Realmente quería llegar a casa, tomar una ducha caliente y dormir por un siglo.
C.- Calma alfa, aún nos queda media hora de servicio-. Escucho las quejas infantiles de su novio y sonrió negando con la cabeza.- Venga Vik aguanta, Gustabo me llamo y dice que preparo un pastel.
Los dos se miraron por unos segundos y rieron, sabían que probablemente su omega había ensuciado toda la cocina y ni hablar de su ropa. Solo espraban que esta vez si le quede bien, porqué digamos que Gustabo no era el mejor cocinero del mundo y la vez anterior que intentantaron hacer aquel postre les salió fatal y el rubio casi llora por la frustración y enojo con ese estúpido pastel quemado.
[...]
La media hora paso lenta y torturosa para aquellos hombres, la gente incluso hasta esas altas horas de la noche iban a hacer denuncias y ellos como buenos agentes debían atenderlas.
C.- Superintendente Conway y Comisario Volkov realizan su 10-10, buen servicio agentes-. Todo el día anelaron decir aquello, así que pasaron sus credenciales por el escaner correspondiente y salieron directo al estacionamiento.
V.- ¿Tú crees que deberíamos pasar primero por una jugetearia?-. Una vez dentro del coche tomaron rumbo a su hogar pero los dos tenían ese mismo pensamiento en mente.
C.- Absolutamente si-. Doblo en una calle y encontraron, gracias al cielo, aquel negocio para niños abierto.
Están casi 100% seguros que su omega estaba frustrado, enojado o triste por hacerse el repostero durante la tarde. Y que mejor que un peluche para alegrar su ánimo.
V.- ¿Qué clase de jugueteria es esta que solo tiene muñecas y cochecitos? Vaya mierda-. Dieron varias vueltas por el local y nada, no parecía haber peluches.
C.- Mira, aquí hay uno-. Señaló una vidriera y el otro alfa lo miro incrédulo
V.- ¿Estas de coña? Ese oso mide lo mismo que Gustabo o más-. Efectivamente, aquel afelpado era gigante y muy abrazarle.
C.- Perfecto, ¿no?.
Claramente que lo compraron. Les costó un poco meterlo sin romperlo o ensuciarlo en el coche pero lo lograron. Ahora si podrían ir a casa.
