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Los Santos no era una ciudad en la cual destacará su igualdad de castas. De hecho era una de las ciudades más retrógradas del país; los alfas se consideraban los putos amos del lugar, los betas vivían sus vidas con normalidad y los omegas tenían que sobrevivir.
Nacer ahí como omega era un suicidio y más aún si llegabas a una edad adulta, pues si no tenías alfa o alguien que te proteja fácilmente serias carnada de tiburones.
Conseguir trabajo era otro dolor de huevos, solo alfas y betas eran aceptados en altos cargos o trabajos importantes. Los omegas simplemente eran contratados como amos y amas de casa, meseros, niñeras y a veces chefs.
Pero no todos querían ese insulso futuro para sus vidas, ese era el caso de Gustabo Garcia quien peleo con dientes y garras para conseguir terminar sus estudios completos.
Luego intento buscar trabajo como lo que más le apasionaba: policía. Y siempre se consideró afortunado de que por lo menos aún quedaba gente con humanidad como lo eran los comisarios y superintendente de esa comisaria, ya que jamás le negaron la oportunidad de intentar trabajar ahí.
Nunca lo denigraron o rebajaron por ser omega, era un igual ante todos y eso por fin lo hizo sentir realizado consigo mismo.
Su trabajo como agente de ley empezó a sus cortos 21 añitos, a día de hoy ya tenía veintiséis años bien puestos y dos alfas los cuales le entregaban su completo amor.
Aunque también le entregaban algo más... y eso era el mejor sexo de su vida. Esos hombres sí sabían como follar.
[...]
V.- ¿Gus, estas bien? Te noto pálido-. Hablo su alfa de nacionalidad rusa mientras agarraba su mentón para subirle la mirada.
G.- Siento que todo me da vueltas, alfa-. Esa frase salió en un hilo de voz y toda la fuerza de sus piernas se desvaneció.
Viktor fue rápido y lo atrapó con sus brazos, se preocupo demasiado así que grito para que su pareja que se encontraba en la cocina lo escuche.
V.- ¡Jack, Gustabo se desmayo!-. Corrió con el rubio entre sus brazos y en sus rostros se vio reflejado el pánico que sentían.
J.- ¿Pero qué coño paso?-. Poso su mano en la frente contraria y claramente estaba hirviendo, probablemente tenía fiebre.
V.- No lo sé, estábamos limpiando la habitación y lo vi algo perdido y pálido. Cuando le pregunté que pasaba simplemente se desplomó.
Los mayores dejaron de darle vueltas al asunto y emprendieron camino hacia el hospital. Por el trayecto solo rogaban que no sea nada malo y que su lindo novio esté bien.
[...]
Ser personas con poder en la ciudad tenía sus ventajas y una de ellas fue que recibieron atención médica al instante de pisar el hospital.
Claudio, el mejor doctor de omegas de la ciudad, estaba a cargo ahora mismo de Gustabo. Llevaban como media hora sentados en la sala de espera.
Sus pies se movían de arriba hacia abajo con desesperación, la espera los estaba matando y sus lobos no ayudaban en nada.
C.- Superintendente, Comisario vengan conmigo por favor-. El doctor oía todas las preguntas que le hacían los alfas mientras caminaban pero él hacia oídos sordos.
G.- Hey, hola amores-. Hablo débil el menor mientras estaba recostado en la cómoda camilla.
Viktor y Jack sintieron un peso enorme ser quitado de sus hombros cuando vieron esa linda sonrisa en su chico.
V.- Hola pequeño, ¿Qué tal te sientes?-. Ambos tomaron sus manos y dejaban suaves caricias sobre estas.
C.- Casi nos matas del susto capullo-. Suspiro aliviado y le dio un casto beso en la frente.
G.- Estoy bien, tranquilos bobos-. Río y seguido vio como el médico carraspeaba para llamar su atención.
C.- Gustabo ahora esta bien, sufrió una descompensacion pero nada que con un suero no se solucione. Igualmente su situación ahora si es de riesgo debido a el abuso de pastillas anticonceptivas, su útero está sumamente dañado y estuvimos al borde de tener que sacárselo.
El español sólo bajo la vista hacia sus manos mientras sentía sus ojos aguarse. Por otro lado sus alfas sentían sus corazones achicarse al ver el estado de su novio.
C.- Si sigues tomando pastillas vas a quedar totalmente estéril. A dia de hoy aún puedes procrear pero va a ser muy difícil llevar a cabo un embarazo, incluso puedes llegar a morir o tener abortos espontáneos-. Siempre era difícil dar ese tipo de noticias, ver como los omegas se deprimian poco a poco al saber que probablemente no iban a poder tener cachorros, jamás era algo bueno.
V.- ¿No hay alguna solución? ¿Cómo va a evitar quedar en cinta si ya no puede tomar pastillas?-. El ruso se notaba visiblemente preocupado pero aún así hacia preguntas lógicas.
C.- Pues... lo mejor sería no tener relaciones sexuales pero entiendo que su naturaleza y juventud se los va a pedir. La segunda opción son los parches dermicos, son los anticonceptivos menos agresivos para un omega y de hecho son los más efectivos-.
J.- Haber empezado por ahí hombre. Ya luego nos pasamos por una farmacia y los compramos Gustabin, tranquilo-. Acaricio el rostro contrario y vio como una pequeña sonrisa se dibujo en él.
C.- Si... no es tan fácil como ir a una farmacia. Es por eso que yo nunca le hablo de esos parches a los omegas de la ciudad, aquí solo contamos con las pastillas. Los parches se venden en otros países más igualitarios y son sumamente costos-. Claudio rompió la poca esperanza que le quedaba al omega ganándose una pequeña lágrimita rebelde que se escapo de esos azulados zafiros.
Volkov gruñó audiblemente cuando vio aquello y se acerco a abrazar a su omega al igual que Jack.
V.- Te olvidas que somos altos rangos en la policía Claudio, incluso la jefa del cni es nuestra amiga, así que conseguir esos anticonceptivos no es problema para nosotros.
Vio al medico asentir y salir de la sala por una emergencia, dejando solos a la pareja.
J.- Tranquilo cachorro, ya oíste al otaku, vamos a conseguir esas mierdas en menos de dos horas-. Acariciaba la tersa piel de su espalda, la cual quedó descubierta por la bata, transmitiendole paz al contrario.
V.- Deja de llamarme otaku, viejo amargado-. Replicó y la risa de los tres se hizo presente en la sala.
Ojalá algún día Los Santos sea una ciudad con igualdad para todas las castas. Quizás así conseguirían evolucionar como personas de bien. No solo ponían en riesgo la salud mental de "los más débiles", también jugaban con sus integridades físicas a su antojo.
El primer cambio fue aceptar a dos omegas en la policía... esperaban que poco a poco se les de más oportunidades y la ciudad avancé.
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