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. . . .╰──╮ Celo Omega ╭──╯ . . . .

Quizás eran eso de las cuatro de la mañana cuando un fuerte ruido proveniente del primer piso de su hogar los despertó

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Quizás eran eso de las cuatro de la mañana cuando un fuerte ruido proveniente del primer piso de su hogar los despertó.
Las personas acostadas rápidamente voltearon a verse entre sí pero al notar que faltaba una presencia se asustaron.

J.- ¿Dónde coño esta Gustabo?-. Pregunto entre asustado y ansioso.

V.- Vamos, oí un ruido abajo-. Eran alfas y encima policías, era obvio que ante un ruido lo primero que harían sería buscar sus armas y ver que pasaba.

Bajaron las escaleras con sigilo pero rapidez, lo primero que lograron ver fue la luz de la cocina encendida y seguido escucharon el fuerte sonido de la licuadora.

Al entrar a dicho lugar observaron a su novio tan tranquilamente agregando frutas a su preparación sin prestarles atención, o así era hasta que Jack carraspeo.

G.- Oh, hola alfas. ¿Quieren un poco?-. Pregunto en tono inocente y cariñoso, algo raro en él.

V.- ¿Cariño, viste la hora que es? En dos horas debemos trabajar, deberías estar durmiendo.

J.- ¿Muñeca que coño haces? Es tarde y comer algo tan dulce te va a hacer mal ahora-. Aconsejo mientras tomaba los potes de helado de la mesada y los volvía a guardar en su sitio.

El rubio los miro sumamente ofendido y cuando vio que iban a agarrar más cosas de su preparación golpeó sus manos, escuchando quejas al instante.

G.- Iros a la mierda, como si quiero comer cinco cucharadas de azúcar sólo joder-. Hablo enojado y claramente mirándolos con el ceño fruncido.- ¿Es por qué me pongo gordo comiendo eso? ¿Ya no les gustó acaso?.

Tanto Volkov como Conway parpadearon rápidamente intentando procesar la repentina bipolaridad que tenía ese ojiazul, apenas despertaban y su cerebro no lograba analizar todo tan rápido.

G.- Joder si quieren dejarme háganlo, no los nesecito-. Sus ojos se aguaron a la par que su labio inferior sobresalia formando un lindo puchero. Esa actitud pasivo agresiva los estaba matando.

Cuando vieron esas reacciones simplemente se acercaron a él y lo rodearon con sus brazos mientras dejaban sus feromonas salir para calmarlo un poco.

J.- No hables idioteces, cachorro-. Susurro y dejó un corto beso en su cabellera.

V.- Eso, nosotros estamos más que felices de estar contigo Gus, tú sabes que te amamos-. Sentía al menor aferrarse a ellos con desespero y luego de unos segundos percibió ese aroma que lo tenía tan loco con una ligera alteración.

G.- Alfas~ -. Jadeo bajo mientras se mordía el labio.

J.- Ya ya, lo sabemos. Tranquilo-. Claro que noto el dulzor de su aroma, delatando claramente que su celo acababa de comenzar y probablemente dentro de poco empezarían las olas de calor.

Month Volkaboway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora