❝𝗣𝗲𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮 𝗗𝗲 𝗠𝗲𝗺𝗼𝗿𝗶𝗮❞ 【Takemichi Hanagaki】-Yandere-

6

Un dolor de espalda empezó a invadirte horas antes de que saliera el sol.

Te levantaste, las cinco de la mañana, todavía era muy temprano para levantarte. Pero aún así lo hiciste.

Tenias que irte a dar un baño, además de que no habías comido casi nada.

Te sentaste en el sofá, viste hacia la camilla y ahí estaba Takemichi durmiendo tranquilo, te levantaste y acariciarte su cabello.

Volviste al sofá, sacaste de tu bolso un bloq de notas que traías junto a un lapizero dejando una nota en la mesita de noche para después irte.

El sol todavía no salía, tenías intenciones de volver al amanecer para seguir cuidando de Takemichi.

Tal vez hablarle de él, le hacía recobrar la memoria, después de todo no querías encariñarte tanto.

Llegaste a tu departamento, vacío, no vivías con nadie y tampoco tenías tiempo para cuidar de alguna mascota.

La mayor parte del tiempo estabas en el trabajo, te metiste a bañar, haciendo tu rutina de siempre.

Salir y tomar una taza de café, para buscar algo que desayunar. Recibiste una llamada de Mitsuya.

—Bueno?—dijiste desde el otro lado del teléfono.

_____, quería preguntarte si podías pasar antes por el estudio—preguntó Mitsuya

—Se te olvidó algo?

No... Si no que no recuerdo si cerré bien o no el lugar y ahí esta nuestro trabajo—murmuró

Casi escupes tu café.

—Takashi!! Como no te puedes acordar de algo así!!?

Escuchaste una risa desde el otro lado de la línea.

Es la primera vez que te escucho decir mi nombre...—dijo con burla

—Eso no es importante ahora! Salgo en quince minutos de aquí... Cuando te vea te voy a alinear la vida de una cachetada...

Fue lo último que dijiste para vestirte rápido y salir corriendo hacia el estudio.

La puerta estaba ligeramente abierta, abriste poco la puerta todo estaba totalmente.

—Hola?—hablaste esperando alguna respuesta

—Así que tu eres _____...

la voz de un hombre se escucho adentro, nunca lo habías escuchado. Querías salir pero una mano salió de la oscuridad tomando tu muñeca y empujandote hacia adentro.

Estaba totalmente oscuro, no veías nada.

—Puedes tomar lo que quieras, pero por favor no me hagas daño...

Tenias miedo, te sentaron de rodillas en el suelo, estabas a nada de llorar.

—No puedo ver tu rostro, pero apuesto a que tienes miedo... No te preocupes, no te haré nada~

Tratabas de recordar si aquella voz la habías escuchado antes pero no te parecía recordar.

—Tranquila~ tu no eres mía, tengo órdenes de no tocarte, así que considerarte una mujer con suerte~

Volvió a hablar. Escuchaste pasos y después la puerta abrirse, no querías voltear, aun tenías miedo.

Cuando volteaste ya no había nadie, llevaste tu mano a tu pecho, tu corazón latía con fuerza.

—Esta todo bien...—trataste se convencerte a ti misma—A quien engaño!? Me pudieron hacer cualquier cosa!! Mataré a Mitsuya una vez que lo vea!!

Gritaste enojada, saliste del lugar, estaban por dar las ocho de la mañana, tenías que volver al hospital.

Cuando llegaste todo era un desastre.

Habían cristales rotos, vidrios rotos por todo el lugar, en el pasillo podías ver a pacientes heridos.

—Qué pasó?

Fuiste rápidamente con recepción, no había nadie, cuando después viste a una chica asomarse.

—Ehh.. Que pasó aquí!?—le preguntaste, ella vio hacia los lados—Por favor, dime que todo está bien..

—Se llevaron, se llevaron a un paciente... Eran muchos, tenían armas, destruyeron todo...

Estaba traumada, corriste hacia la habitación de Takemichi, peor cuando llegaste la camilla estaba vacía. Y tu nota había desparecido.

—Mierda.... Se lo llevaron

Tal vez no querías aceptar que fueron por el, así que te dirijiste a las habitaciones de los otros pacientes.

Pero todos estaban en sus habitaciones, ya sea en sus camillas o escondidos en ella. Solo Takemichi no estaba.

Saliste del hospital y fuiste buscaste tu teléfono en tu bolsa, lo dejaste en tu departamento. Suspiraste enojada y fuiste nuevamente hacia tu hogar.

Pero cuando entraste, abriste la puerta humo empezó a aparecer, poco a poco te desmayaste.

Antes de perder totalmente la conciencia sentiste unos brazos atraparte antes de caer desmayada.