Parte 1

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Estaba en el pasillo del instituto escuchando a Kristen parlotear como una loca, intentaba no hacerle mucho caso para no terminar tirándole de los pelos, pero la verdad es que hablaba con un tono de voz tan alto que dudaba que alguien en 3 kilómetros a la redonda no le escuchara.

El timbre de clase sonó y yo decidí que era mi momento perfecto de huir. Me despedí de ella rápido y salí a toda prisa por el pasillo del instituto, habría conseguido llegar a mi destino de no ser porque Adam Walker; el tío más jodidamente bueno del instituto, me frenó.

-¿Te llamas Alicia no? -Le miré con el ceño fruncido.

-Sí,  ¿Qué quieres? -Pregunté, confundida. Nunca me había dirigido la palabra. 

-Vale a ver. -Fruncí el ceño. -Aunque tengas unas pintas de mala de la ostia, y de que te la suda todo. -Enarqué una ceja, esto era divertido. -Sé que sacas buenas notas.

-Ajá, no hay que ser Einstein para descubrirlo. -Me apoyé en las taquillas.

-La cosa es que quiero que me ayudes a mejorar mis notas. -Fruncí el ceño de nuevo.

-No voy a hacerte los deberes, Walker. -Dije rodando los ojos y siguiendo mi camino, pero me cogió del brazo y me frenó.

-No quiero que me hagas los deberes. Quiero que me des clase. -Abrí mis ojos como platos.

-No es por molestar. -Dije riendo. -Pero juraría que con tu dote para el deporte eso no te hace falta. -Él resopló.

-Quiero barajar otras opciones. -Dijo mirándome fijamente.

A la Alicia de 15 años le habría encantado que Adam le hubiese parado a hablarle. Se habría puesto a hiperventilar simplemente con que le hubiese mirado. Adam tenía un año más, pero había repetido, ya que digamos que estudiar no era su fuerte.

-¿Qué me llevo yo a cambio? -Dije cruzándome de brazos.

-Popularidad. -Contestó él, y se quedó tan tranquilo. 

-No quiero tu popularidad, los populares me parecen estúpidos. -Él soltó una carcajada.

-Al parecer estás tan amargada como dicen. -Fruncí el ceño.

-Yo no estoy amargada. -Contradije. -Está bien, te ayudaré. Pero no quiero tu estúpida popularidad a cambio.

-¿Enserio?, no sabía que eras una persona altruista. -Contestó él.

-Bromas fuera. -Dije seria, él se calló de inmediato. -¿Qué días puedes?

-Tengo entrenamiento todos lo días hasta las 6.

-Pues quedaremos en la biblioteca de 6 y cuarto a 8 y cuarto, de lunes a miércoles. Si por lo que sea necesitas más clases añadiremos los jueves. Dudo que quieras dar clase los viernes, no eres ese tipo de chico. -Dije incorporándome.

-¿Qué te hace pensar que no lo soy?, no me conoces. -Oh Walker, mi yo de 15 años te stalkeó lo suficiente para conocerte a la perfección.

-¿Quieres dar clase los viernes?- Pregunté, divertida.

-Por dios no. -Dijo él con una mueca.

-Pues eso. -Dije. -Que nos vemos esta tarde a las 6 y cuarto.

-Claro. -Asentí y él se marchó sin siquiera despedirse.

Menudos modales.

(***)

-Tendré planes de lunes a miércoles de las 6 y cuarto a las 8 y cuarto. -Dije mientras comíamos, mis padres me miraron con el ceño fruncido.

-¿Y eso? -Preguntó mi madre mirándome fijamente.

Y ahí iba, primera mentira del día. 

-Kristen necesita ayuda para estudiar y voy a ayudarla, me servirá para repasar. -Mi padre frunció el ceño.

-¿Así es cómo llamas a los chicos? -Preguntó mi padre.

-Déjala, Kristen tampoco es que sea demasiado inteligente. 

Rodé los ojos y me terminé la comida rápido, normalmente; por regla impuesta por mis padres, me quedaba hasta que ellos terminaban de comer, pero hoy tenía que irme rápido a mi cuarto para estudiar. Cuando llevaba una hora estudiando mi móvil sonó, era un mensaje de Kristen.

Kristen<3: ¿Por qué has llegado tarde a clase?

Yo: ¿Y tú que sabes? 

Kristen<3: Me lo ha dicho Marcus.

Yo: Dile a Marcus que se meta sus cotilleos por el culo.

Kristen<3: Tía que es mi novio.

Yo: Perdón, que los meta en el tuyo si le gusta más.

Kristen<3: ¡Alicia!

Yo: ¿Qué quieres?, estoy estudiando coño.

Kristen<3: Que por qué has llegado tarde a clase.

Yo: Adam me ha pedido que le de clases.

Kristen<3: ¿¡PERDÓN!?

Yo: Dice mi madre que dejes de gritar. -Ironicé.

Kristen<3: Genial, mi mejor amiga habla con el tío más bueno del mundo y ni siquiera me lo cuenta.

Yo: Déjame estudiar en paz Kristen, en apenas 1 hora tengo que estar en la biblioteca.

Mierda, en una hora tengo que estar en la biblioteca. Dejé los libros cerrados en mi maleta y me puse el abrigo, para esconder el top que llevaba debajo. Me peiné un poco y tras coger todo salí rápido de casa.

Saqué el septum, que estaba escondido en mi nariz, y emprendí mi camino a la biblioteca. Mis padres eran demasiado estrictos como para si quiera dejarme hacerme un piercing. Me habían dejado hacerme el segundo y tercer pendiente en la oreja de milagro. 

Yo por mi cuenta me había hecho un maravilloso tatuaje en la cadera, y otro en el tobillo. Mis padres siempre me veían en botines, por lo que lo del tobillo no fue un problema. 

Cuando llegué a la biblioteca respiré hondo, entré en ella y me puse a buscar a Adam con la mirada; rezando porque todo esto no fuese una broma de mal gusto. Lo vi sentado en una de las mesas del fondo, mirando su teléfono. Llevaba una camiseta de tirantes, que dejaba ver sus maravillosos músculos trabajados por el entrenamiento.

Quité esos pensamientos de mi mente sacudiendo la cabeza y me dirigí hacia donde estaba Adam, me senté a su lado y saqué todo.

-¿Empezamos?

El Primer Día Del Resto De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora