Adam
Llegué a la biblioteca un poco antes de lo habitual, había estado peleando con Alex porque decía que estaba perdido, que el estudiar me estaba dejando tonto.
Casi le da un infarto cuando vio que saqué un 8 en biología. Un jodido 8. Obviamente en cuanto me dieron el examen me giré a enseñárselo a Alicia, que me miró totalmente sonriente y feliz.
Alicia me hacía sentir bien. Cuando estábamos estudiando y le brillaban los ojos cuando decía cosas bien, me sentía cómo si realmente valiera para eso.
Alex se había burlado de mí por no ir con él al bar por las tardes, porque iba a estudiar. Se había quedado a cuadros cuando le dije que su cerebro era del tamaño de una almendra. Digamos que se lo creyó.
-¿A dónde vas? -Pregunté cuando Alicia entró en la biblioteca.
-No sé. -Dijo seria. -¿A hacer lo que llevamos haciendo tres semanas?
Le encantaba ironizar todo, pegaba mucho con su personalidad de paso-de-todo.
-Ah no, hoy vamos a divertirnos. -Dije cogiéndola de la muñeca y sacándola de allí. Ella miró mi mano en su muñeca y se apartó corriendo.
-Así no aprobarás. -Dijo rodando los ojos.
-¿Ves que me importe? -Dije señalando mi cara. -Me va bien Ali.
-No me llames así. -Me miró con horror.
-¿No te gusta el apodo? -Ella negó con la cabeza.
-Todo el mundo me llama Lis, o Alicia. Pero Ali no me gusta. -Asentí cómo si de verdad fuese a hacerle caso.
Pobre ilusa.
-Pues me alegro por ellos. -Rodó los ojos. -Pero yo no soy todo el mundo, así que te llamaré Ali.
-Te corto las pelotas. -Dijo ella, desde luego no tenía filtro.
-Definitivamente sería un honor. -Hice una especie de reverencia y ella rodó los ojos, cruzándose de brazos y pasando por mi lado.
-Si no quieres dar clase allá tú, nos vemos mañana pringado. -Le llamé y me sacó el dedo de en medio.
Tan sutil ella.
La alcancé y la frené, poniéndome delante. Ella chocó con mi pecho y se sobó la nariz, que estaba roja por el impacto.
-¿Eres tonto o no oyes? -Dijo ella con el ceño fruncido. -O damos clase o me voy a casa, no estoy para perder el tiempo Adam.
-Es un puto viernes. -Dije. -Ni siquiera deberíamos estar aquí, es pecado.
-Tú. -Dijo poniendo una mano en mi pecho. -Me pediste que viniera el viernes, si es uno de tus trucos para que salga lo llevas mal.
-Lo pasaremos bien, solo quiero llevarte a algún lado interesante. -Ella frunció el ceño.
-Tengo que... -La corté.
-Sí, sí, tienes que estudiar. Esa historia ya me la conozco. - Ella me fulminó con la mirada. -¿Alguna vez has jugado al billar?
-No.
-Pues te ha tocado la lotería, te voy a enseñar a jugar. -Dije de camino a mi moto.
-Oh sí, qué ilusión. -Dijo, obviamente con un tono de emoción parecido al de una piedra. -No tengo otra opción, ¿Cierto?
-Parece ser que vas entendiendo cómo van las cosas. -Ella respiró hondo y la escuché andar detrás mía, sonreí victorioso.
Iba a sacar a Alicia de su zona de confort.
Le puse el casco y noté que evitaba mirarme, me subí en la moto y ella se subió detrás, agarrándose lo menos posible.
Quería sentirla algo más cerca, así que cuando noté que su agarre se debilitó aceleré un poco, haciendo que diera un respingo y se abrazara a mí.
Así mejor.
-Nos casa a matar. -Se quejó.
-¿Algún día dejas de quejarte? -Pregunté. -Tiene que ser agotador.
-Nunca dejo de quejarme. -Contestó ella, por el retrovisor vi como rodaba los ojos. Cuando se dio cuenta de que la miraba me sacó el dedo de en medio.
-Toda una romántica empedernida eres Ali. -Noté que me pegaba en la espalda. -¿Sabes que pegarle al conductor pone aumenta tus probabilidades de morir en un doscientos por cien?
-Eso es mentira. -Dijo.
-Nunca lo sabrás. -De nuevo se separó, y de nuevo aceleré. Obteniendo los mismos resultados que la última vez.
-Adam me cago en tu puta madre. -Solté una carcajada.
-Esa boca Alicia. -Ella volvió a rodar los ojos.
-Vete a la mierda. -Solté otra carcajada.
-Debe ser molesto tener que soltar toda la frustración hacia tus padres en forma de insultos. Lo de la frustración indirecta no mola Ali.
-¿Me estás psicoanalizando? -Preguntó.
-No se psicoanalizar. -Noté que me pegaba dos veces en el brazo. -¿Ahora qué he hecho?
-Me has llamado dos veces Ali. -Contestó, con un tono de voz claramente molesto.
-Te voy a seguir llamando así, por lo que o te acostumbras o vamos mal.
Aparqué en la acera de enfrente del lugar al que íbamos. Solía venir aquí con Alex cuando nos aburríamos, y sabía que esto se escapaba totalmente de la zona de confort de Alicia.
La había visto en un par de fiestas, pero sabía que nada comparado con esto. Entramos y la música comenzó a inundar mis oídos, me giré para ver a Alicia; que observaba todo detenidamente y con el ceño fruncido. Una chica salió, empujando a Alicia y ella le gritó un par de insultos para nada éticos.
Ella y su humor tan encantador.
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El Primer Día Del Resto De Mi Vida
RomanceAlicia la típica chica mala que no dejaría que nadie la corrompiese. Con padres extremadamente estrictos, intenta llevar la vida que toda adolescente desearía. ¿Qué pasará cuando Adam, el chico más guapo del instituto, le pida ayuda con un tema? Des...