Parte 13

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Estuve buscando a Adam por unos segundos con la mirada hasta que le vi, venía hacia mí con una gran sonrisa. Yo respiré hondo y él cambió su expresión al verme.

-Hola Ali. -Suspiré, él frunció el ceño. -¿Pasa algo?

-No podemos seguir con las clases. -Contesté, él me miró todavía más confuso.

-¿Es por el dinero? -Negué con la cabeza. -¿Ha pasado algo?

-No pasa nada de verdad. -Me miró de arriba a abajo, y su mirada recayó en mi brazo, lo cogió e inspeccionó la zona roja.

-¿Qué te ha pasado? -Respiré hondo.

-Nada de verdad. -Contesté. -Cuando me pongo nerviosa me aprieto el brazo.

-Alicia... -Comenzó a decir, al notar que mi voz se estaba empezando a romper. -Yo no te quiero presionar a que digas nada, porque eso solo te asustaría e incomodaría más. Solo quiero que sepas que, si hay algo que necesites contar, estoy aquí para escucharte. -Los ojos se me hicieron agua y él chasqueó la lengua. -¿Quieres que no entremos en clase?

-Me matarían. -Contesté como pude.

-Mi tío es el director, le diré que no avise por favor a tus padres. -Asentí. El timbre sonó y él me puso la mano en la espalda, guiándome hacia el despacho del director. -Espérame aquí.

Pasaron unos minutos en los que conseguí tranquilizarme, en esos minutos él estuvo hablando con el director, y cuando salió me rodeó con el brazo.

-Vámonos anda.

(***)

Nos sentamos en un banco en el parque y él se quedó mirando al suelo, supongo que para no incomodarme.

-Mis padres me han pedido que deje de darle clases a quién ellos piensan que es Kristen. -Me miró con una ceja alzada. -Me cabreé y mi padre me encerró en la habitación.

Adam abrió mucho los ojos y yo miré hacia abajo, no había sido consciente hasta ahora de que había empezado a llorar.

-¿Te tratan bien? -Me encogí de hombros. -Eso no puede seguir así Ali, vas a tener que hablar con alguien.

-Con ellos desde luego no. -Él sonrió.

-¿Quieres que hable yo con ellos? -Me secó las lágrimas y yo puse cara de horror.

-Si quieres salir muerto, adelante. -Me dio un pequeño beso en la cabeza.

-Merecería la pena. -Murmuró.

-Me obligan a estudiar medicina. -Contesté.

-Eso no es legal. -Me encogí de hombros.

-Hay tantas cosas que no son legales en este mundo. -Él rodó los ojos. -Pero basicamente quieren que estudie medicina y que no tenga novio hasta que tenga trabajo. Y oh claro, no les vale cualquier persona, tiene que ser alguien de lo que ellos llaman "alto estatus social", médico, ingeniero, arquitecto.

-Apuntan alto tus padres. -Dijo él, tratando de procesar la información.

-Quieren a alguien perfecto. Básicamente cómo ellos no pudieron estudiar eso, quieren que lo estudie yo para así ver su sueño cumplido en mí. -Comenté, con algo de rabia.

-Pero eso no es lo que quieres. -Negué con la cabeza. -Ve a por lo que tú quieras Ali, sé que es difícil, pero lo entenderán.

-No conoces a mis padres. -Dije, con una sonrisa amarga. -No me escuchan, parece que tienen un peluche en vez de una hija.

Le noté suspirar y se levantó, me tendió la mano y al cogerla me levantó a mí también.

-¿A dónde vamos? -Pregunté cuando comenzó a andar.

-A dar una vuelta, no pretenderás quedarte ahí sentada todo el día. 

(***)

-¿Segura que no quieres que entre? -Negué con la cabeza.

-Está bien así. -Contesté con una sonrisa.

-Si pasa lo más mínimo, por favor llámame. -Dijo él.

-Claro. -Le dediqué una ligera sonrisa. -No deberías haberte saltado clase. -Añadí. -Estaba bien.

-Eso lo dirás tú. -Dijo él, encogiéndose de hombros. -Que estuvieras bien era mi prioridad, seguro que luego puedes ponerte al día y explicarme. -Dijo guiñándome un ojo.

-Ya veremos. -Contesté, acercándome a él y dándole un beso en la comisura de los labios, él pareció sorprenderse, porque me miró perplejo.

-Espero que te sea amena la tarde. -Dijo él con una sonrisa.

-Yo también lo espero. -Dije girándome, él me cogió el brazo y me giró, para abrazarme y darme un beso en los labios, fue corto, pero dulce. Cuando se separó me quedé mirando fijamente sus ojos

-Me tienes para lo que sea Ali, ya lo sabes.

-Que no me llames Ali. -Dije con el ceño fruncido.

-Te saldrán arrugas si sigues así. -Carcajeó. -Te veo en clase fea. -Dijo revolviéndome el pelo.

-Gilipollas. -Contesté con una gran sonrisa.

Me gustaba, y demasiado.

El Primer Día Del Resto De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora