Dicen que la mafia es despiadada, oscura, enferma, que todo aquel que pertenece a ese mundo está condenado a la desgracia, a que sus manos siempre estén manchadas de sangre, a vivir cada día de su vida con la incertidumbre de si será el último, con...
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El beso aumentó la intensidad, el calor de la habitación se hizo presente, las ganas de dar el siguiente paso me tenían completamente impaciente, me atreví a desabrochar su camisa y él no se opuso, quité su camisa por completo y él mi chaqueta, nos Separamos solo para quitarme la blusa y lo observamos por un momento.
Pasé mi mano por su abdomen marcado y él solo me miró con atención.
-Eres un robot muy sexy-confesé al parecer que los tragos estaban haciendo efecto.
-Sé que soy sexy, pero me encanta oírlo de tu boca -el alzo una ceja
-Muy sexy-dije y lo besé
El me llevó hasta la cama y se separó de mi para bajar mi pantalón.
-¿Qué?, ¿Qué esperas follame? -dije al verlo observarme.
- Pídelo -él preguntó y lo agarre del cinturón para atraerlo hacia mí.
-Follame Dimitri-susurré en su oído.
Quite su cinturón por completo y extendí las manos para que el jugara como de costumbre así lo hizo y cuando toda la ropa estaba en el piso el se posiciono en mi entrada .Gemí-cuando lo sentí mover e incliné mi cabeza hacia atrás, moví mis caderas a su ritmo sintiéndolo a un más profundo. Mordí mis labios para contener todo el placer que me estaba provocando.
-Mírame -él dijo con ese tono autoritario mientras con su mano tomaba mi barbilla y me obligaba a mirarlo, él mordió mi labio inferior mientras aumentaba sus embestidas.
Nadie que no sea yo puede tocarte, nadie más que yo puede tenerte, nadie más que yo puede besarte y nadie más que yo puede follarte-él dijo
Si sé que dije que todo esto de "Eres mía" además de ser una estúpida frase posesiva y machista era un cliché para mí pero nunca pensé que oírlo decir esto en un susurro en mi oído provocara tantas cosas en mí ya la mierda creo que todas queremos que alguien nos diga eso.
- ¡ah! -gemí
- ¡repítelo ! -él ordeno -Quiero que repitas lo que dije -el ordenó.
- ¿De verdad ahora? -me quejé y él se detuvo.
-Dilo o me iré ahora -él advertí.
-Nadie más que tú puedes tocarme, tenerme, besarme o follarme -dije con sensualidad mientras me acercaba a su boca y le robé un corto beso y -gemí nuevamente cuando él volvió a penetrarme con fuerza.
Muchas cosas que dije que no haría nunca las acabo de hacer, pero lejos de arrepentirme solo quiero que se repitiera.
Así entre gemidos, embestidas, caricias, besos, estrenamos aquella cama, después de un tiempo terminamos agotados y permaneceríamos en completo silencio mirando hacia el techo.
AL DÍA SIGUIENTE
Abrí mis ojos adormilados y me estiré, pero mi atención se colocó de inmediato en el cuerpo desnudo de Dimitri a mi lado, analicé sus fracciones relajadas, se vio tan dócil, angelical a pesar de ser todo lo contrario, su cabello rubio despeinado algo que era completamente extraño en él.
