Dicen que la mafia es despiadada, oscura, enferma, que todo aquel que pertenece a ese mundo está condenado a la desgracia, a que sus manos siempre estén manchadas de sangre, a vivir cada día de su vida con la incertidumbre de si será el último, con...
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NARRADOR OMNICIENTE
FUERZAS ESPECIALES DE ITALIA
-Buenas tardes, soy Yelena Demidov.
Yelena Demidov era la definición perfecta de belleza y elegancia dulzura, una mujer con porte, cabello rubio, ojos azules grandes, cuerpo con las casi perfectas medidas que justo en ahora no se encontraba en su mejor momento, sus lentes ocultaban esos ojos rojos. e hinchados de tantas lágrimas derramadas durante esta última semana.
-Señora Demidov, el agente Parisi está en su oficina
-Muchas gracias.
TOC Toc
-¡ADELANTE! -dijo una voz del otro lado de la puerta.-¿Yelena?, ¿Qué haces aquí?.
-¿Qué hago aquí?, nuestra hija tiene una semana desaparecida, ¿y pretenderías que pasara un día más lejos de esta ciudad?. ¡Tenía que venir! -exclamó con desesperación
-Tengo todo bajo control-respondió el agente Parisi.
-Fabrizio es nuestra hija y estás aquí en una maldita oficina en vez de estar buscándola por cielo y tierra.
-¡No puedo mandar todo al demonio!, estoy trabajando -él alzó la voz.
-Claro que puedes, es tu hija debe ser prioridad-ella cuestionada.
-Tengo un equipo buscándola Yelena-
-Pues manda otro y otro y otro-ella dijo mientras se derrumbaba una vez más.
Las lágrimas salen descontroladamente de sus ojos, su pecho dolía del esfuerzo de llorar-
tú no entiendes, ¡Quiero a mi niña de vuelta!, no puedes entender el dolor de una madre al perder a su hija, ella es mi todo y no puedo permitir que me la arrebaten. ¡No puedo perderla! -ella exclamó entre lágrimas casi sin fuerzas.
-Yelena -él se acercó a ella pero esta se alejó.
-Quiero a mi hija, la buscaré por cada rincón de Sicilia y la encontraré -ella dijo firme.
-Escúchame Yelena, no puedes estar aquí, no en tu estado, vuelve a casa, toma el primer vuelo y regresa.
-No, no me pidas eso.
-Yelena mírate, estás teniendo una crisis nerviosa otra vez, hemos luchado con esto no puedes decaer, nuestra hija estará de vuelta y no puedes verte así -él dijo.
-Está bien -ella se rindió.
-Te acompañaré, haré que viajes con uno de los agentes para que estés seguro. Y no te niegues, te escoltaran y se quedaran contigo. Sé que si tienes otra crisis volverás aquí.
-Encuentra a mi pequeña-ella suplicó.
-Lo haré.
Como dijo Fabrizio, Yelena sería escoltada al aeropuerto, pero existen dos razones por la cual las personas hacen lo que sea sin importar nada, la primera es por amor, la segunda por sus hijos y la segunda se hace precisamente por la primera.
