Dicen que la mafia es despiadada, oscura, enferma, que todo aquel que pertenece a ese mundo está condenado a la desgracia, a que sus manos siempre estén manchadas de sangre, a vivir cada día de su vida con la incertidumbre de si será el último, con...
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MANSION DE DIMITRI
¿Aprendí la lección? -dije cuando sentí la puerta de la habitación de Dimitri cerrarse detrás de mi.
-eres muy buena alumna, pero te enseñaré que siempre el profesor es el experto-el dijo con ego.
-no siempre, a veces el alumno supera al maestro-dije con malicia
-¿Crees que puedes superarme? -el alzo una ceja y jugo con el palillo en su boca como era de costumbre.
-tal vez-dije
-te demostraré que la única persona que puede superarme soy yo mismo-él dijo.
-¿Tienes algo que ver con tus fetiches? -cuestioné.
-¿fetiches? -él cuestionó y rió-no lo llamó fetiche. Lo llamó otra forma de placer, ¿Por qué debería ser fetiche dejar de sentir placer por lo tradicional?, ¿no te parece aburrido la rutina? A mi si y te demostraré como esto es más que un fetiche -él dijo
Tragué saliva al ver a Dimitri sacar sus juguetes, pero esa parte irracional estaba ansiosa.
-Bien, esto es una mordaza, abre la boca-el malo y obedecí-buena chica-el añadido -tus manos hacia atrás-el malo y coloco las esposas -esto estorba-él dijo quitando mi vestido.-me encanta como te queda esta lencería-él dijo mientras deslizaba el látigo por mi piel y de vez en cuando me sorprendía con sus azotes-esta noche conocerás mi mezcla favorita, el dolor y el placer-él susurró en mi oído y trague saliva antes de sentir como mis bragas se deslizaban por mis piernas y esperé atenta a sus instrucciones-voltéate -él ordeno con una ruda voz que hacía que apretara mis piernas con fuerza -si vuelves a apretar tus piernas te castigaré-el detectar y sentí el látigo azotar en mi piel, luego sus dedos recorrer desde mi abdomen hasta mi zona y cerré los ojos -¿Qué tan mojada estás? -él susurró en mi oído e introdujo dos de sus dedos en mi interior. Gemí sobre la mordaza y él me miró atento -estás tan húmeda, podría follarte ahora mismo, pero no lo haré. Quiero ver la desesperación en tus ojos, ver como suplicas por mi sin siquiera hablar. Como alguien dijo una vez "lo bueno se hace esperar" -él dijo y buscó una especie de pinzas, arrugue mi cara por la confusión -pinzas de pezones -el dijo como si pudiera leer la incógnita en mi mente -esto te dolerá al inicio, pero poco a poco aprenderás que el mayor placer nacer del dolor -el explicado para después quitar mi sostén -si te duele mucho solo niega con la cabeza y las retiraré, ¿está bien? -él dijo y asentí -bien -él dijo y las colocó.
