Inspirada en la película "Mickey, Donald, Goofy: Los tres mosqueteros": Una fic dónde Louis es un joven inexperto con el sueño de convertirse en mosquetero, después de haber sido salvado por uno.
Tras una situación lo suficientemente extraña, le dan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todo la gente en el castillo, estaba volviéndose loca. Un día previo a la boda, estaban dejando listo todo lo indispensable para llevarla a cabo.
Las grandes cantidades de cuartos extra en las plantas superiores, estaban siendo limpiados a fondo, sacudiendo el polvo y cambiando las sábanas de las camas por otras completamente nuevas y de mejor calidad. No acostumbraban recibir huéspedes, pero a juzgar por todas las personas que vendrían de las lejanas tierras del reino, sería mejor dar posada en caso de necesitar.
El espacio donde se estacionarían los carruajes estaba cubierto, los caballos tendrían una digna estadía también e incluso si sus dueños lo deseaban, los pasarían a las caballerizas para un mejor acomodo.
Las cocinas estaban repletas de vegetales, carnes y un montón de materias primas para preparar el banquete real, los cocineros entraban y salían, recogiendo todos los ingredientes que las personas de mantenimiento les hacían favor de llevar.
Los jardines siendo podados, los arbustos cortados y las flores regadas, así como la limpieza de la esculturas en el área exterior, las fuentes y la ornamentación de la fachada principal. En tanto al escombro en general, de salones, biblioteca, escaleras, vestíbulos y demás, era gracias a los lacayos bastante eficientes.
Desmond y Anne transitaban por cada lugar, solo supervisando que las cosas fuesen hechas tal y como lo solicitaron. Confiaban plenamente en todo su personal, siempre lo hacían bien y cumplían con los requerimientos. Solo faltaba montar todo en el jardín donde se llevaría a cabo el enlace matrimonial, pero lo dejarían para después, lo más seguro es que arreglarían eso mañana a primera hora.
Gemma se encontraba en su habitación, en compañía de Harry, Niall, y el sastre. Los últimos toques del vestido eran realizados con suma delicadez, colocando piedras preciosas y surciendo lo que faltaba en hilo de oro. Los ojos de la princesa brillaban cuando veía la hermosa prenda casi ser terminada, el brillo que tenía era único, nunca había visto otro igual.
Al príncipe igual le centellaban los orbes, pero por ver a su hermana tan feliz y entusiasmada. Él también usaría un traje muy lindo, el mismo sastre confeccionó la vestimenta de todos los miembros de la familia, incluido Niall.
El atuendo de Harry había sido, por mucho, el más complicado de fabricar y no por la mano de obra o por la dificultad, si no por el color. El chico se empeñó a un matiz exacto, uno que casualmente se parecía mucho al tono cerúleo de cierto par de ojos que conocía perfectamente bien.
Llámenlo enfermo, pero ahí estaba.
Sin embargo, tras varios días después del gran encargo, el costurero encontró las finas telas con el color indicado, lo cual le dio gran alivio porque no iba a faltar a un trabajo de tal magnitud. Harry se midió el traje, y Niall gritó por lo apuesto que su mejor amigo se veía.
"¡Me encanta!" Chilló el rizado, viéndose al espejo de todos los ángulos posibles. "¡Es hermoso, divino!"
"Te queda muy bien Harold, me gusta." El rubio se unió y tomó la mano del príncipe, indicándole dar una vuelta en su propio eje.