CAPÍTULO XLVIII

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Louis sentía una enorme nostalgia en el pecho, física y mentalmente estaba abatido, no era capaz de intentar moverse por todos los golpes que había recibido, los dedos de su mano izquierda empezaban a tornarse morados

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Louis sentía una enorme nostalgia en el pecho, física y mentalmente estaba abatido, no era capaz de intentar moverse por todos los golpes que había recibido, los dedos de su mano izquierda empezaban a tornarse morados. No sabía si era de lo hinchado, o porque de verdad tenía una fractura, no reunió el valor para doblarlos y averiguarlo.

Estaba empapado, su traje goteaba y tiritaba de frío, el agua se había metido al lugar, cubriéndolo ya hasta la cintura. Únicamente logró recargarse de nuevo en la pared curvilínea, quedando sentado.

Trataba de ignorar el hecho de que en unas horas, estaría luchando por su vida para no ahogarse e intentar sobrevivir en lo que la marea bajaba. Por otra parte, no imaginaba si podría nadar, o cuando menos de flotar, tampoco sabía a que altura llegaba el nivel de agua ahí adentro, y definitivamente no ansiaba averiguarlo.

Se puso a platicar consigo mismo, recriminándose muchas cuestiones y acciones. En particular, todo recaía a la estupidez de ser un mosquetero, a la gran tontería y anhelo. Lo único que podía agradecer de toda la desgracia vivida, era que había logrado conectar con el amor de su vida.

Poco tiempo, pero lo hizo.

Porque nunca pensó amar a nadie tan intensamente como a Harry. Nunca creyó tener un amor tan fuerte, un amante tan insaciable, un amigo tan bromista, un cómplice tan astuto... todo en la misma persona.

Sonrió con melancolía ante los recuerdos. Cuando el príncipe le lanzó uvas para que las atrapara con la boca, sin tino alguno porque muchas botaron sobre su nariz. O aquella vez que él, se cayó por entrar corriendo a mostrarle una catarina que traía entre sus manos; ese día, con el mismo resbalón, tiró al rizado y el bichito voló, dejando a dos chicos tendidos en el suelo.

Habían sido buenos momentos, los mejores, pero la vida a veces no era justa.

¿Verdad?

“¡Louis! ¡Boo! ¡Responde! ¡Lou!” 

Louis creyó estar alucinando, esa voz la conocía mejor que nadie.

"¿L-liam?"

No era posible.

Gateó a través del encharcamiento, pegando su oído y manos al frío metal de la puerta.

"¡Louis, soy yo! ¡Somos nosotros!" Si, si era Liam.

"¿¡Cómo carajo te sacamos ahí!?" Y no venía solo.

La sonrisa estuvo a punto de partirle la cara y el alma le regresó cuando escuchó a sus amigos hablarle. Estaban ahí, habían ido por él... estaban vivos.

O al menos eso esperaba, porque a juzgar por la cruda situación, también cabía la posibilidad de que los tres ya estuvieran muertos y lo estaban recibiendo en cielo. Porque claro que iban a ir al cielo.

"Chicos, ¡aquí estoy!" Con todo el volumen que pudo, les gritó. "Abran la puerta."

"¿¡Cómo no se nos ocurrió!?" Zayn, cuánto lo extrañó.

The three musketeers ⚔ || larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora