CAPÍTULO XLIV

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Niall entró antes de lo habitual y como una ráfaga a la estancia del príncipe, pasando sin tocar a su habitación y encontrándose con la tierna imagen del rizado, acostado entre los brazos de Louis y durmiendo plácidamente, con las mantas cubriendo...

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Niall entró antes de lo habitual y como una ráfaga a la estancia del príncipe, pasando sin tocar a su habitación y encontrándose con la tierna imagen del rizado, acostado entre los brazos de Louis y durmiendo plácidamente, con las mantas cubriendo la mitad de sus cuerpos.

La noche anterior, después de la pesada broma del ojiazul que terminó en todo lo contrario a lo que esperaba, se estaban divirtiendo tanto entre risas y murmullos, que terminaron haciendo el amor de una forma dulce, no fue nada bruto y podrían catalogarlo como sumamente romántico. Fue diferente, no hubo más que suspiros y jadeos bajos, un cuerpo encima del otro y unos cuantos rasguños en la espalda de Louis.  

Pero como siempre, habían terminado acabados, porque esa sesión se repitió alrededor de tres veces más a lo largo de la noche, y el mosquetero ahora resentía toda esa actividad física y no tenía ni la más mínima intención de levantarse. O eso creía, hasta que la voz histérica del rubio, entro por sus oídos, taladrándole los tímpanos. 

“¡Levántate! ¡Louis!” Vociferó, sacudiendo el cuerpo del castaño perdido en sus sueños. “¡La reina viene hacia acá, levántate!” 

Creyó estar alucinando, pensó que se trataba de una pesadilla. Como pudo, abrió sus ojos para encontrarse con el rostro asustado de Niall. 

“¿Q-qué..?” 

“¡No hay tiempo para preguntas! Necesito que te duches, te cambies, y salgas a la estancia que la reina viene para acá y yo no puedo permitir que los vea así.” Habló el consejero con rapidez, y le aventó a la cabeza el traje limpio de mosquetero que usaría para hoy. 

Ni siquiera era el suyo, pero no se había dado cuenta que era una vestimenta de gala para ellos. Sin embargo, al oír la desesperación con la que le habían, prácticamente gritado, salió como un resorte del colchón, despertando lastimosamente al príncipe.  

“¿Viene para acá?” Cuestionó en medio de un bostezo, y talló sus ojos para despabilarse.  

“¿Tengo que repetirlo? Si, afortunadamente me la encontré en el pasillo cuando se disponía a llegar sin avisar. Le tuve que decir que su hija la estaba buscando y fue como la desvié un momento, pero no debe tardar.”  

Niall estaba rebuscando en el armario, necesitaba que el menor se colocara otra pijama, porque claramente la suya estaba hecha un caos, tirada en el piso. Ya se había encargado de levantarla y depositarla en el bote para que alguna mucama pasara por ella y la mandara a lavar.  

“¿Qué demonios está… ocurriendo aquí?” Harry habló con la voz ronca, llamando la atención de Louis.  

“Me iré a duchar para cambiarme, estaré en la estancia.” Fue lo único que le pudo decir, antes de tomar las prendas que Niall le había arrojado, correr con su chico y dejarle un dulce beso en la frente. “Te amo.” Murmuró y escapó aceleradamente rumbo al baño.  

The three musketeers ⚔ || larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora