Inspirada en la película "Mickey, Donald, Goofy: Los tres mosqueteros": Una fic dónde Louis es un joven inexperto con el sueño de convertirse en mosquetero, después de haber sido salvado por uno.
Tras una situación lo suficientemente extraña, le dan...
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El eco de la oración de Louis se extendió por las cuatro enormes y lujosas paredes del gran salón. Esperaba un regaño, un escándalo y un reclamo por parte Anne, ¿Cómo iba a enamorarse de su hijo? Era algo inaceptable, algo fuera de la ley y con un merecedor castigo por la acción.
No planeaba decirlo ahí, o al menos no así, pero las cosas se dieron y si Harry no quería saber más de él, se quedaría con la custodia de haber expresado sus sentimientos.
Pero nadie parecía sorprendido.
La vista del castaño recorrió los tronos: Empezó por Gemma, quién solo tenía su boca torcida, y cuando sus miradas se encontraron, le sonrió de forma cómplice. Luego, sus ojos pasaron a la reina, ella solo tenía su rostro serio, neutral en otras palabras.
Por último, conectó con Harry; se dio cuenta de que su príncipe también le observaba sin decir nada, la línea de su mandíbula se marcaba, y pasó el dedo índice por su nariz, tallándola.
El mayor se intimidó un poco, Harry parecía luchar contra lo que sus impulsos le obligaban a hacer; y no estaba tan equivocado, por que el rizado ejercía fuerza sobre los reposabrazos de su trono con el fin de no levantarse a besar hasta el cansancio a Louis.
De verdad, necesita respuestas primero y no se iba a doblegar hasta tenerlas.
Así el castaño, decidió continuar con su explicación.
"Se que no es momento para este tipo de conversación, pero todo recae en lo mismo. Yo pedí ayuda por otros medios solo para que nada le pasara al príncipe..." Suspiró, bajando un poco la cabeza. "Por eso, lo único que quiero pedirle es que no castigue a mis amigos. Al final, fui yo quien organizó todo."
"Louis, levanta la cara." Murmuró la reina, y el ojiazul tembló por la inquietud.
Pero acató el mandato, haciendo contacto visual con la monarca. No podía leer sus expresiones, no tenía ni idea de lo que estaba pasando por su mente, tal vez se imaginaba una y mil formas de sancionarlo: en el calabozo, destierro, la muerte... había muchas opciones, y no, no creía que le dieran a elegir su condena.
"Hay cosas que aun no tengo claras... ¿Por qué no hablaste desde el inicio?" Ella se inclinó un poco a la derecha. "¿Por qué no le dijiste a Harry?"
"Su majestad, yo nunca quise mentirle a nadie... pero no podía, Kéven me amenazó. Si yo decía algo, a cualquiera de ustedes, quizá el príncipe me creería pero el rey..." Paró un momento, tratando de no tocar mucho el tema por su reciente deceso. "Eran muy allegados, iban a confiar más en él que en mi. Tal cual me lo dijo... si yo hablaba, se iba a encargar de refundirme en un calabozo por el resto de mi existencia."
El castaño estaba siendo completamente honesto después de mucho tiempo, y le estaba causando impotencia que no le creyeran del todo. Pero entendía perfectamente la posición de sus gobernantes, no podían pasar por alto la situación.